El gestor de cartera Daniel Graña de Janus Henderson, analiza los componentes de la «ecuación de crecimiento» y evalúa el papel de México en los mercados emergentes, con potencial de impulsar el crecimiento económico futuro y ofrecer rendimientos atractivos.
El éxito en la inversión no se trata solo de elegir las acciones correctas; se trata de comprender el amplio entorno macroeconómico que moldea la trayectoria económica de un país. En mercados emergentes como México, donde abunda el dinamismo y el potencial de crecimiento, comprender las complejidades del panorama macroeconómico es fundamental para los inversionistas que buscan rendimientos atractivos en acciones.
En una exploración reciente realizada por el equipo de Janus Henderson Investors, la importancia del entorno macro dentro de las acciones de los mercados emergentes se destacó claramente. El análisis profundiza en lo que impulsa el crecimiento económico y los rendimientos de las acciones, arrojando luz sobre qué países de mercados emergentes están preparados para cumplir con estos objetivos. México emerge como un caso de estudio convincente, mostrando tanto sus fortalezas como áreas de mejora.
La ecuación del crecimiento: un mapa hacia la prosperidad
En el corazón de este análisis se encuentra la «ecuación del crecimiento», un marco que encapsula los insumos esenciales que impulsan un crecimiento económico sostenible:
Mano de obra: En función de la población en edad de trabajar, la tasa de actividad, la tasa de dependencia, etc.
En el caso de México, se ha utilizado la emigración como válvula de escape. En estos casos, las remesas han contribuido al consumo interno y han beneficiado a las cuentas exteriores del país.
Capital: En función de las infraestructuras, la inversión del sector privado, la vivienda, etc.
Si bien México ha avanzado en esta área, hay margen para un mayor desarrollo para garantizar rendimientos sólidos de la inversión.
Productividad: Impulsada por la calidad de la mano de obra y el capital, y la capacidad de una economía para crear y absorber innovación. Mejorar la calidad de la educación y fomentar un entorno empresarial competitivo son prioridades clave para México para impulsar la productividad.
Gobernanza: Facilidad para hacer negocios, Estado de Derecho, regímenes reguladores justos y predecibles, responsabilidad gubernamental, buena gestión macroeconómica, etc.
Siguiendo los anteriores factores, México es un actor clave en el panorama de los mercados emergentes, con un potencial significativo para el desarrollo económico.
La historia de México en el ámbito de los mercados emergentes es convincente. Bendecido con una fuerza laboral en crecimiento y una posición geográfica estratégica, México tiene el potencial de surgir como una potencia económica regional. Sin embargo, realizar este potencial requiere esfuerzos concertados para abordar los desafíos existentes y capitalizar las oportunidades.
Las dinámicas laborales en México pintan un panorama prometedor, con una población joven lista para impulsar el crecimiento económico. Las inversiones estratégicas en infraestructura y tecnología pueden fortalecer aún más la productividad, allanando el camino para una prosperidad sostenida. Además, mejorar los estándares de gobernanza y fomentar un entorno favorable para los negocios son imperativos para atraer inversión extranjera y estimular la actividad económica.
A medida que los inversionistas trazan su curso en el siempre cambiante panorama de los mercados emergentes, comprender las dinámicas macroeconómicas en juego es esencial. México, con su combinación única de oportunidades y desafíos, presenta un caso convincente para los inversionistas que buscan exposición a mercados de crecimiento dinámico.
Aunque el camino puede estar lleno de incertidumbres, el potencial de México como destacado mercado emergente es innegable. Al aprovechar sus fortalezas y abordar áreas clave de mejora, México puede trazar un curso hacia un crecimiento económico sostenido y ofrecer rendimientos atractivos en acciones para inversionistas astutos.
