SAO PAULO, 1 ene (Reuters) – Los brasileños recibieron 2021 con fuegos artificiales bajo inusuales medidas de distanciamiento social, mientras que en una sala de cuidados intensivos de un hospital en las afueras de Sao Paulo, los médicos que atienden a pacientes con COVID-19 guardaron un minuto de silencio por el cierre de un año mortal.
El personal médico se paró a los pies de las camas con personas conectadas a ventiladores y luego les deseó a sus pacientes un feliz año nuevo a través de escudos faciales y mascarillas.
El sonido de los fuegos artificiales en las calles de afuera rompió la monotonía del zumbido de los ventiladores y los pitidos de los monitores.
Había poco que celebrar con 195.000 brasileños que perdieron la vida en el segundo brote de coronavirus más mortal del mundo después de Estados Unidos, pero hay esperanzas de que las vacunas lleguen en el Año Nuevo.
En la sala de UCI del hospital de campaña erigido en la ciudad industrial de Santo André, adyacente a la metrópolis más grande de Brasil, los pacientes con ventiladores recibieron el Año Nuevo sufriendo en silencio y esperando un 2021 mejor.
“Me entristece estar separado de mi familia, pero espero volver a casa sano”, dijo a Reuters Vinicius Perreira, hospitalizado hace cinco días con la mitad de los pulmones colapsados. “Espero que la vacuna finalmente llegue en 2021 para hacer frente a esta enfermedad y todos tengamos un año mejor”.
Los médicos y enfermeras se declararon agotados por la batalla interminable que han librado desde marzo para salvar vidas.
“El minuto de silencio fue muy conmovedor”, expresó Wakiria Miranda, enfermera de 19 años que extrañaba a su familia, pero que estaba feliz de dar un poco de amor a pacientes aislados. “Que esta pandemia retroceda y la gente se vuelva más consciente de la necesidad de distanciamiento social”.
A pesar de la cancelación de la mayoría de los eventos de fin de año debido a la pandemia, los brasileños celebraron con fuegos artificiales principalmente desde sus hogares, aunque cientos fueron a playas que generalmente están abarrotadas en la víspera de Año Nuevo.
La famosa playa de Copacabana en Río de Janeiro, donde 2 millones de personas vieron los fuegos artificiales lanzados desde barcazas en alta mar el año pasado, estaba prácticamente vacía el jueves por la noche, pero cientos de personas llegaron usando mascarillas.
En Sao Paulo, el promedio móvil de muertes diarias se ha cuadriplicado desde la primera quincena de noviembre, cuando comenzó una segunda ola del contagio, de 22 muertes diarias a 88 el viernes.
Brasil informó el jueves 56.773 casos adicionales confirmados del coronavirus en las últimas 24 horas y 1,074 muertes, dijo el Ministerio de Salud. Fue el tercer día consecutivo con más de 1.000 decesos tras el resurgimiento de la pandemia en el país.
Reporte de Leonardo Benassatto; escrito por Anthony Boadle; Editado en español por Janisse Huambachano