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Monseñor Manuel Eugenio Salazar Mora

Monseñor Manuel Eugenio Salazar Mora

Obispo de Tilarán-Liberia (Costa Rica), 6 de octubre del 2020

Ayer, un compañero del corte de la avenida Meridiana nos facilitó, al grupito de amigos, el siguiente enlace, y me dijo que ‘a mi me gustaría’, y así fue.

El enlace es el siguiente, y es un sermón del mencionado obispo.

https://youtube.be/jCwObVMMzt0

Realmente, no conocía a ese obispo, pero su discurso me pareció imponente, impecable, potente, sincero, verdadero e incorrupto. Por eso lo transcribo seguidamente:

‘Cuánto orgullo hay en el mundo, cuánta soberbia, cuánta vanidad, cuánta autosuficiencia, cómo nos cuesta ser humildes como María, sencillos, decir perdón, decir me equivoqué, decir rectifico, decir tenéis razón, cómo nos cuesta, cómo nos cuesta el diálogo, en la pareja, en la familia, en el trabajo, en el grupo apostólico, en la iglesia, en el país, porque estamos llenos de orgullo, de soberbia y de vanidad. Yo gobierno, yo dirijo, yo tengo el poder, yo tengo la razón, yo tengo la verdad.

¿Qué es un gobernante? Alguien que está obligado por la constitución política a dialogar con el pueblo. ¿Quién es un gobernante? Un funcionario público, alguien que está pagado, un empleado, para que esté al servicio del pueblo, que es el soberano. Esto es la democracia, lo contrario es la dictadura. Cómo nos cuesta que los funcionarios públicos en general y de todos los partidos políticos habidos y por haber, sean humildes, sean sencillos.

Parece que los ciudadanos somos siervos y esclavos de los funcionarios públicos que gozan de salarios, de pensiones y muchos de ellos de pensiones de diez millones de colones al mes, ¡diez millones de colones al mes!, una pensión de lujo, que indecencia, que inmoralidad, no les da vergüenza cobrar al pueblo costarricense diez millones de colones al mes cuando hay hambre, hay miseria, hay necesidad, familias sin vivienda, sin vestido, sin comida.

Empezando por el poder judicial, los jueces de este país, llamados a ser honrados, honorables, justos, a ejercer justicia al pueblo y hacen justicia a su favor, no son capaces, de renunciar a sus laudos, a sus privilegios, a sus beneficios.

Hay empleados públicos que ganan tres veces lo que gana un empleado privado. Qué vergüenza, y a veces decimos que los que están en huelga son vandálicos, que son chusma y que son delincuentes, pero no vemos a los otros chusmas, vandálicos y delincuentes de cuello blanco, corruptos políticos que le roban al pueblo su dinero, sus impuestos. Funcionarios públicos vandálicos que se ganan ‘tortas’ millonarias y jamás van a la cárcel, jamás son juzgados.

Chorizos en el estado costarricense, en todos los partidos políticos, chorizos, corrupción, robo, robo descarado al pueblo costarricense. ¿y esos no son vandálicos, no son delincuentes, y esos no atentan contra la democracia, esos no quiebran la ley? El pobre se roba una gallina y es un ladrón y los políticos corruptos se roban miles y miles de colones, y es don fulano o doña fulana. No es justo. El clamor del pueblo sube a Dios’

Por lo que he visto, Manuel Eugenio Salazar Mora, nació en Guadalupe, Costa Rica (1958); ordenado sacerdote en 1982 y su ordenación episcopal, como obispo en el 2016.

En internet pueden verse varios sermones, en la línea del citado.

Salvando las diferencias del país y de la época, me da miedo que acabe como el sacerdote y arzobispo de San Salvador (El Salvador), Óscar Arnulfo Romero Goldámez (1917-1980), San Romero de América, asesinado por su defensa de los derechos humanos ante la tiranía de los gobiernos militares.

Romero, defendió la teología de la liberación, lo que le ocasionó numerosos conflictos, tanto con el gobierno salvadoreño, como con la jerarquía de la Iglesia Católica; pues incluso fue aislado, rechazado e ignorado por Juan Pablo II, en una visita episcopal al Vaticano, de la que volvió desolado. Después de esto, sus críticas al gobierno fueron más fuertes y profundas, en una época en la que la intervención de los EUA en soporte de los militares salvadoreños era cada vez más fuerte.

Fue asesinado de un tiro al corazón por un francotirador de los escuadrones de la muerte, mientras celebraba la misa en la capilla del Hospital La Divina Providencia, en la colonia Miramonte de San Salvador.

Los escuadrones de la muerte están comandados por el ex mayor del ejército Roberto D’Aubuisson Arrieta, fundador del partido de ultraderecha ARENA, siendo el autor del atentado el capitán del ejército Álvaro Saravia, que actualmente reside protegido en los EUA. En 1993, la Comisión de la Verdad, creada por los Acuerdos de Paz de Chapultepec, concluyo la culpabilidad de D’Aubuisson, Saravia y del ultraderechista Enrique Altamirano Madriz.

La Teología Liberación (1968), con sus principales líderes: Gustavo Gutiérrez Merino, Leonard Boff, Hélder Câmara, Juan Luís Segundo, Ignacio Ellacuría, Jean-Bertrand Arístide, Ernesto Cardenal, Pere Casaldàliga, Óscar Romero, Jon Sobrino, etc.; fue y sigue siendo la respuesta de la Iglesia Católica de América Latina delante de la opresión y subdesarrollo de gran parte de su población.

La reacción del Vaticano (Juan Pablo II y la congregación para la doctrina de la Fe, dirigida por Joseph Ratzinger consideraron que el sustrato marxista o de otras ideologías no era compatible con la doctrina, por lo que Boff fue suspendido, y otros censurados; Tissa Balasuriya, de Sri Lanka, fue excomulgado, etc. Y el Papa Francisco, si bien ha relajado un poco el control, no ha rehabilitado el movimiento.

Entre ellos, además del citado Óscar Romero, también ha habido otros mártires, como el vasco Ignacio Ellacuría Beascoechea (1930-1989), asesinado por militares salvadoreños (batallón Atlácatl, mandado por el coronel René Emilio Ponce) el 16 de noviembre de 1989 (hace tres días se cumplieron 31 años), junto a Martín Baró, Segundo Montes, Amando López, Juan Ramón Moreno, Joaquín López, Elba Julia Ramos y su hija Celina, de 15 años.

Podemos ver que todos los problemas señalados por Monseñor Salazar, en su sermón que he reproducido, son los mismos que denunciaron los teólogos de la liberación, y que tanto los gobiernos correspondientes como el Vaticano, han ido tapando, olvidando y combatiendo, cada uno con sus diferentes fuerzas y medidas, para seguir protegiendo a los poderosos y a ellos mismos.

Y aquí, en Catalunya, no somos diferentes, ya que hay grandes capas de pobreza, que con la pandemia se han multiplicado y, a lo sumo se toman pequeñas medidas, como si fueran cataplasmas, pero siempre demagógicamente, como, por ejemplo, al imponer el toque de queda nocturno, para evitar la proliferación de la infección del covid-19, el ayuntamiento de Barcelona (Colau) consideró que los ‘sintecho’ (ya ni los consideran personas), no entraban en la prohibición, ya que la calle era su domicilio y, por lo tanto, ya cumplían la norma. UNA PURA VERGÜENZA, PERO SÍ, PRESUPUESTO PARA PAGAR LUCES NAVIDEÑAS, SÍ QUE HAY, PUES EL COMERCIO ES EL COMERCIO.

Por lo que los políticos en general, y los catalanes en particular, también deberían oír el sermón citado, y actuar en consecuencia, si es que su conciencia aún no está deteriorada del todo, perdida sin remedio.

Pero eso no debe limitarse a los políticos, sino a toda la ciudadanía en general, pues todos debemos asumir nuestras responsabilidades, como muy bien refleja la siguiente fábula:

‘¿Cómo crecer?

Un rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.

El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino.

Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.

La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble.

Entonces encontró una planta, una Fresia, floreciendo y más fresca que nunca.

El rey le preguntó: ¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?

No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías fresias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento, me dije: intentaré ser Fresia de la mejor manera que pueda’.

Pero aquí, el Roble quiere ser Pino, y nosotros, los Calabazas, queremos ser Rosas, y así no hay salida, como lo reflejan los siguientes dos tuits, publicados hoy, en el Ara (19/11)

‘Una manera de evitar que se produzcan filtraciones, sería simplemente debatir y decidir medidas sanitarias de manera pública y transparente (así, no habría nada a filtrar’). Filtrar secretos es malo, pero … ¿la planificación de la desescalada habría de considerarse un secreto?’

Tuit de Joe Brew (@joethebrew) Analista de datos. 

‘Los independentistas sufrimos 3 tipos de represión: la militar, la mediática y la fratricida. Las dos primeras son dolorosas, pero nos hacen más fuertes. La tercera nos divide hasta la aniquilación, por que nos hace estúpidos’

Josep Campmajó (@josepcampmajo) escritor y restaurador.

Y, mientras tanto, aquí seguimos distraídos con las fases de desescalamiento de las limitaciones por la pandemia, pensando cuándo podremos ir a comer a un restaurante, o a tomar algo en una terraza, ese es nuestro Moloch actual, pues los verdaderos problemas y los presos políticos, ya los hemos dado por amortizados.

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com