Konstandinos Petru Kavafis (1863 – 1933) en 1011 escribió diferentes variaciones del siguiente poema:
Murallas
Sin consideración ni piedad ni vergüenza
Alzaron muros a mi alrededor: gruesos y altos.
Y ahora me encuentro aquí, tan desesperado.
No puedo pensar en otra cosa: esta suerte roe mi cerebro…
Y es que ¡tenía tanto que hacer fuera!
¿Cómo pude no darme cuenta cuando alzaban los muros?
Pero nunca oí a los constructores. Ni un ruido.
Desde fuera imperceptiblemente me encerraron.
Murallas
Sin consideración, sin lástima, sin pena
me encerraron en altas y sólidas murallas.
Ahora estoy sentado aquí sin esperanza.
No pienso en nada más. No hay esperanza.
No pienso en nada más; a mi alma la devoró la suerte.
Eran tantas las cosas que pude hacer afuera.
¿Por qué no me dí cuenta cuando levantaron las murallas?
Nunca escuché a los albañiles,
Nunca un ruido …
Imperceptiblemente me encerraron fuera del mundo.
expresando la incomprensión y la soledad, así como el desconocimiento y desinterés que había tenido hasta entonces.
Asimismo, me parece interesante reproducir también el siguiente texto de Kavafis:
Esperando a los bárbaros
¿Qué esperamos congregados en el foro?
Es a los bárbaros que hoy llegan.
¿Por qué esta inacción en el Senado?
¿Por qué están ahí sentados sin legislar los Senadores?
Porque hoy llegarán los bárbaros.
¿Qué leyes van a hacer los Senadores?
Ya legislarán cuando lleguen los bárbaros …
pues esa es la sensación que tenemos en Occidente, temiendo la llegada de gobiernos de extrema derecha y, en esa espera, predomina la inacción, el desinterés, como explicaba Kavafis en el anterior poema ‘Murallas’; y, de este modo, en realidad estamos poniendo las alfombras rojas para ‘facilitar’ esa llegada, mientras nos limitamos a criticar.
Así, vemos que los principales medios de comunicación españoles han venido blanqueando la participación de Vox en las instituciones; y, hoy, vemos, cómo todos esos medios critican a Francisco Galindo Vélez, el diplomático salvadoreño, experto en negociación y mediación, elegido por el PSOE y Junts y la entidad Henry Dunant, como portavoz (los mediadores se mantendrán en secreto, para preservar su neutralidad y objetividad). Esta es la basura ‘informativa’, el detritus, con el que conforman la mentalidad de los españoles ‘y muy españoles’ (Mariano Rajoy) Y esa es la ‘realidad’ que nos venden, perfectamente enmurallada.
Es verdad que Kavafis también en 1911, escribió el poema Ithaca’ (Ítaca), la Isla natal de Ulises, a la que regresó desde Troya, en la narración de la Odisea de Homero (s. VIII a.C.).
Poema que, en Catalunya, tradicionalmente, hemos tomado como un referente optimista y un tanto a la ligera.
Ese poema nos muestra que más importante que el destino, es el propio camino, el quehacer cuotidiano. Pero, claro, los independentistas catalanes hemos tomado esa Ítaca como nuestro sueño mítico, prestando una excesiva atención a la meta, en lugar de al propio viaje en sí mismo, que deberíamos esperar que fuera largo y lleno de aventuras y de experiencias.
En esa misma línea, Antonio Machado Ruíz (1875 – 1939) en 1912 escribió el poema Proverbios y Cantares – XXIX:
Caminante no hay camino
Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.
Al andar se hace camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
que expresa, precisamente, esa misma idea de Kavafis, de que no existe el camino vital, que cada uno debemos írnoslo configurando; un camino que puede ser recto, si se tienen las ideas y objetivos claros, o muy enrevesado y tortuoso, si nuestras metas no las tenemos previamente definidas o si las murallas con las que nos encontramos nos parecen infranqueables.
Ante tantas murallas, es evidente, que las principales son las que nos autoimponemos, y así, con excesivo rigor, nos sometemos a aspectos y detalles insustanciales. Un ejemplo que me parece ilustrativo son las últimas palabras de Sócrates (470 a.C. – 399 a.C.), antes de morir:
‘Critón, debemos un gallo a Esculapio, no te olvides de pagar esta deuda’
Me parece claro, que todos convendríamos que tenemos excesivas interferencias, excesiva pseudo información, que nos abruma, por lo que deberíamos hacer caso a René Descartes (1596 – 1650):
‘Para investigar la verdad es preciso dudar, en cuanto sea posible, de todas las cosas’
es decir, que deberíamos ser cautos y prescindir de las simples impresiones y de la imaginación, pues, según ese autor:
‘Vivir sin filosofar es, propiamente, tener los ojos cerrados sin tratar de abrirlos’
Debemos superar la fase un tanto infantil de que ‘los pequeños cambios son poderosos’, de que el efecto mariposa, es decir, que una pequeña acción puede provocar una serie de acciones en cadena, que acabe siendo relevante.
El matemático y meteorólogo Edward Lorenz (1917 – 2008), estudió ese efecto, dentro de la teoría general del caos. Pero, a mi modo de ver, no podemos esperar ni confiar que nuestras pequeñas acciones puedan forzar cambios relevantes. La configuración de los diferentes estratos de poder y de contrapoder, tienen muy ‘controlado’ su zoo, nuestro circo.
Si realmente queremos caminar e ir haciendo camino, debemos derrumbar todas las murallas ideológicas (impuestas o autoimpuestas), definir bien la meta (esa la tenemos clara, la independencia), y planificar la estrategia del viaje, intentando hacer cambios sustanciales, no pequeños cambios folclóricos.
Me parece que así podríamos conseguir hacer realidad el fenómeno Lázaro, el de reanimar a más independentistas para que se movilicen. Pero, claro, la movilización es un medio, no un fin. Y los medios, si no están planificados, diseñados y coordinados, acaban diluyéndose, es como pretender hacer un camino en el salón de los pasos perdidos.