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“No hay razón para impedir que una persona o un pueblo hable su lengua”

Ruperta Bautista, escritora tsotsil de Chiapas, México, llama a respetar la lengua materna para un mejor aprendizaje e invita a leer, escuchar poesía, teatro, textos y audios en lenguas originarias.

CIUDAD DE MÉXICO, 21 de febrero.- Respetar las lenguas es respetar la vida de las personas, la cultura de los pueblos y sus territorios, opina Ruperta Bautista, antropóloga, educadora, escritora, poeta, actriz y traductora tsotsil-español, ganadora en 2024 del Premio de Literaturas Indígenas de América (PLIA), otorgado en la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2024.

“Las lenguas se agotan porque hay una estructura que las desaparece. Esa estructura es la imposición de una cultura sobre (otras culturas) y sobre las lenguas originarias. Más que conservar se debe respetar; que se respete la cultura, a las personas y a sus territorios. Va más allá de la lengua”, indicó Bautista, en entrevista con ONU México.

“El respeto debe ser todos los días. No hay razón para impedir que, consciente o inconscientemente, una persona o un pueblo hable su lengua, agregó la escritora oriunda de los Altos de Chiapas, zona con una gran diversidad étnica y población mayoritariamente indígena ubicada al sureste de México, en el marco del Día Internacional de la Lengua Materna (21 de febrero), que este año cumple 25 años como parte de un esfuerzo sostenido de las Naciones Unidas por preservar la diversidad lingüística y promover las lenguas maternas en el mundo.

De acuerdo con la UNESCOen el mundo existen 8,324 lenguas, de las cuales alrededor de 7,000 siguen en uso y sólo 1,400 son reconocidas legalmente. Se calcula que cada dos semanas desaparece una lengua, lo que elimina todo un patrimonio cultural e intelectual.

Respetar y promover la lengua materna para un mejor aprendizaje

Millones de personas, sobre todo poblaciones indígenas, son discriminadas o violentadas por el simple hecho de hablar su propia lengua. Así lo vivió la misma Ruperta desde niña, cuando empezó a aprender español, a los 6 años, en medio de imposiciones escolares y rechazos. Fue como si viviera entre dos mundos, con idiomas, cosmovisiones y valores muy diferentes. “En mi infancia era violento, había violencia física en la escuela, en las calles, en los mercados, en los hospitales”, asegura. Incluso cuenta que una profesora la llegó a reprobar a propósito.

“Lo ideal es que los niños/as que hablan una lengua originaria sean educados en su propia lengua. El aprendizaje de otra lengua se podría complementar con una materia, pero no como una imposición en la que tienes que hablar. Eso no es psicológicamente sano”, señala la poeta.

El Día Internacional de la Lengua Materna busca visibilizar lo importante que es garantizar que los sistemas educativos respeten el derecho a aprender en la lengua materna para mejorar los resultados del aprendizaje. Cuando las y los estudiantes aprenden en una lengua que entienden muestran una mejor comprensión, compromiso y capacidad de pensamiento crítico. 

En el caso de Ruperta, el apoyo de su familia, el amor por su cultura y las ganas de querer estudiar fueron la base para que ella pudiera sortear las dificultades y construir su propia resiliencia. “Yo quería estudiar. Lo que hice fue ser la de los dieces. Yo dije: ‘si no me respetas de esta forma, me tendrás que respetar de esta otra forma’. Entonces decidí ser la que sacaba dieces. Siempre estuve en los ‘cuadros de honor’, en el primer lugar”, cuenta.

Hablar su lengua materna con mucho orgullo

La escritora tsotsil aconseja leer y escuchar poesía, ensayos, teatro y otro tipo de textos y audios en lenguas originarias.

También recomienda a niñas y niños de pueblos originarios cuya lengua materna no es respetada, a seguir adelante a pesar de las adversidades: “Si alguien te ofende por tu lengua no te detengas en lo que quieres hacer. Es muy difícil, muy complejo y muy doloroso, pero no te detengas. Todo es posible si quieres hacerlo. Que esto no sea una limitación sino lo contrario, que sea el impulso para que hagas lo que quieras. Puedes ser artista, científico, médico, lo que quieras ser. Sí se puede”.

Por otro lado, a quienes no respetan el multilingüismo y las lenguas de los pueblos originarios, Ruperta les invita a informarse, hacer a un lado los miedos y cuestionar su propia educación: “Revisen por qué se sienten así y por qué piensan así. ¿Qué los hace sentirse superiores?”.

Ruperta Bautista recibió el Premio PLIA 2024 por su poemario “Ik’al labtavanej” (“Presagio lóbrego”), en el que habla sobre la muerte y la memoria de mujeres a las que no les tocaba morir en medio de un contexto de desplazamiento forzado, feminicidios y otras violencias, así como sobre el luto de sus ausencias, el dolor y la orfandad.

Otras obras de su autoría son: los poemarios “Ch’iel k’opojelal” (“Vivencias”); “Xchamel Ch’ul Balamil” (“Eclipse en la madre tierra” y “Xojobal Jalob te’” (“Telar Luminario”), entre otros. También ha escrito y dirigido obras de teatro y algunos de sus textos han sido traducidos al inglés, francés, italiano, catalán, portugués, sueco, alemán y holandés. En la mayoría de sus obras aborda los temas sociales que afectan a los pueblos originarios.