
Dada la situación actual, estos últimos días mis escritos han sido bastante pesimistas, por eso creo que es preciso señalar que, a pesar de todo, no pierdo ni perdemos la esperanza de que todo pueda acabar bien, aunque sé que no será de forma inmediata, y no sólo por la inacción de la actual UE, al considerarlo todo, cuando le interesa, ‘un problema interno’.
De cara al exterior, el estado español es un mero trampantojo, (etimológicamente: trampa ante el ojo), pues quiere hacer ver lo que no es. Y la UE, interesadamente, se ‘deja’ engañar. Tenemos memoria de los ‘sapos’ que se han querido pasar, pues la única balanza que funciona no es la que, simbólicamente, se asigna a la justicia; sino que la que sí que está siempre muy activa, es la de los comerciantes, que sopesan y calculan el posible beneficio.
Sabemos que:
‘Ya en 1953, con el pacto de Madrid, el convenio hispano-norte americano, firmado el 26 de setiembre de 1953, así como con el concordato firmado con el Vaticano, se puso fin al aislamiento virtual de la España franquista, si bien los Aliados de la Segunda Guerra Mundial y gran parte del resto del mundo se mantuvieron hostiles al que consideraban como un régimen fascista, simpatizante con la causa nazi y establecido con la ayuda del Eje.
Aún así, el entonces presidente de los EUA, Truman, asimilaba a Franco con Mussolini y Hitler, y reprochaba al régimen la falta de apertura y la libertad de culto.
(…)
Después de un estudio de las partes secretas, ahora accesibles, la historiadora Del Rocío concluye que los americanos, sin duda, fueron los más beneficiados y que España perdió mucho de su soberanía (…) Los EUA se comprometieron a facilitar ayuda económica y militar a España. A los EUA se les permitió construir y utilizar bases aéreas y navales en territorio español.
(…) Las ayudas militares a España fueron mínimas, y en caso de ataque, quedaba claro que los EUA no les daría soporte. (…) Las ayudas económicas permitieron el ‘milagro español’ de 1959 -1973, no tanto por la ayuda directa, si no por permitir una cierta integración de España en la comunidad internacional’
(Wikipedia)
Es decir, siempre hay factores ajenos, ocultos; otro tipo de intereses, que están por encima de salvar los valores democráticos. Y esto sigue siendo igual de válido en la actualidad, pues el reino de España tiene una deuda, enorme, del 115,5% del PIB; y eso es inasumible para la UE, que no puede dejar que caiga, pues comportaría una crisis en toda la Unión, que la desestabilizaría.
El poeta Joan Margarit (1938-2021), en una entrevista radiofónica, hace tres años, y repetida hoy en RAC1, por su reciente fallecimiento, ya comentó que no podemos aprender de los errores, pues el siguiente problema que se nos plantee, será diferente, nunca son idénticos, y se presentará tan rápido, que no nos permitirá asimilar el anterior.
Por eso estoy convencido que no podemos confiar en una ayuda externa, eso sería volver a equivocarnos, con diferentes matices, pero con idénticas consecuencias.
En esa misma entrevista, el poeta y arquitecto reconoció que en los diferentes poderes españoles: judicial, policial, militar, económico, etc., se fueron acumulando nuevos funcionarios, pero sin depurar a los franquistas. Y sin hacer un análisis de los diferentes estratos, no sabemos lo que hay debajo de la pátina exterior. Dijo, asimismo, que sólo con un análisis de los cimientos de unas obras, los especialistas pueden saber si sustentarán un edificio de 4 plantas, o de 24.
Y como no se han hecho estos análisis estructurales, tenemos lo que tenemos; máxime considerando que, por el espíritu corporativo, la selección de los nuevos funcionarios debió tener la conformidad de los anteriores. Y así nos va.
Otro aspecto que comentó fue que, mayoritariamente, los jóvenes y los mayores son los que comentemos más errores, en concreto, los jóvenes que no han roto el cordón umbilical con sus padres, y los mayores que siguen creyéndose jóvenes y quieren ganarlos al tenis.
Por eso debemos replantearnos muchas cosas, para escapar del estatus quo español, del Ñordistán, pero no debemos permitir que el mero pragmatismo nos quite los sueños. No podemos aceptar la parálisis por el análisis, pues siempre hay un exceso de información (una correcta y otra manipulada); e, intentar analizarla, obsesivamente, sólo llevaría a un aumento de la ansiedad.
En el estudio de la toma de decisiones se aconseja practicar la ignorancia selectiva, para descartar elementos que más que ayudarnos, nos alejan de poder obtener unas conclusiones, que nunca serán las perfectas, pero sí, las más adecuadas y heurísticas, dadas las limitaciones que tenemos.
Ayer, en un artículo dedicado al análisis de la enseñanza, pero que a mi me parece muy adecuado para aplicarlo a la situación política actual, se señalaba que:
‘(…) en grandes líneas podríamos dividir a las aves en dos grupos, hay aves que vuelan muy alto y tienen una vista excelente, y cuando ven una presa, ésta ya está perdida. Otras aves vuelan más bajo, acostumbran a comer semillas o insectos, y hacen los nidos en los árboles, a poca altura, incluso en la misma tierra, escondidos entre las hierbas y los arbustos.
Las primeras observan el mundo de una manera global, no están del todo atentas al detalle (…) esa es la mirada de la administración.
(…) el segundo grupo de aves está formado por los profesores que viven en las escuelas, en las aulas, en los espacios educativos. Están pendientes de todo lo que pasa en su entorno. Con todos los sentidos bien despiertos, ven que aquel alumno no come o no descansa bien, aquella otra tiene problemas para leer, aquel otro está mucho rato solo en el patio, aquella otra es muy hábil para tejer relaciones sociales, etc.
(…) estas aves son calves en el proceso educativo. Las otras, las que vuelan por el espacio sideral, han de estar atentas, sobretodo, a las necesidades de las aves más terrenales (…)
(Juli Palou y Jaume Cela, Ara, 20 de febrero 2021)
Pues bien, recogiendo estos pensamientos que los autores centran en la enseñanza, me parece que es muy interesante aplicarlo a nuestro momento político.
Nuestros dirigentes políticos, ni nosotros, nunca lo sabremos todo, aunque sepamos ‘mucho’, pero ambos debemos complementarnos.
Los dirigentes independentistas tienen una visión como las de las aves de vuelo elevado, una visión global, generalista.
Pero nosotros, los ciudadanos que vivimos los problemas en la calle, tenemos unas evidencias claras, que son necesarias, pero no suficientes.
Ambas visiones deben ser complementarias. Si los que vuelan alto no atienden a las evidencias; o si los que volamos bajo, nos creemos que nuestras evidencias concretas son extrapolables a la generalidad, todos nos equivocaremos.
Lo importante es que las bases seamos activas, no nos quedemos adormiladas, hipnotizadas. Y seamos exigentes, críticos. Y los dirigentes, deben tener una actitud receptiva, honesta, con los que los hemos votado. Al fin y al cabo, gracias a nosotros están en su posición, les pagamos su sueldo y sus privilegios. Por eso no deben decepcionarnos.
Ahora bien, lo importante es que los que vuelan alto, presten atención al común denominador de los que volamos bajo. Y en este caso, mayoritariamente, estoy convencido, los independentistas queremos seguir avanzando, o empezar a hacerlo, hacia la futura república catalana.
Sabemos que la ciudadanía sigue motivada, por eso pudimos superar el 51% en las pasadas elecciones, y vemos que cuando hay motivos, como el encarcelamiento del rapero Pablo Hasél, mucha gente se moviliza para expresar su disconformidad.
Y vemos, también, que los dirigentes más carpetovetónicos, como Pedro Sánchez, Ada Colau, etc., centran su interés en las muestras de violencia que estos días estamos viendo, sin darse cuenta que, precisamente ellos, como representantes del estatus quo actual, son parte del problema general: económico, político, social, moral, etc.
Por todo eso, me parece interesante remarcar que nuestro objetivo, como colectivo de base, es seguir estando movilizados, mostrando nuestros deseos.
No podemos hacer como el chiste que está circulando hoy por las redes:
Se ve a Mafalda, estirada en un sofá, y alguien le pregunta:
Interlocutor externo: ¿Qué harás hoy?
Mafalda responde: Nada
Interlocutor externo: ¿Es lo mismo que hiciste ayer?
Mafalda: ¡Si!, pero no lo acabé.
Precisamente, tanto las recientes elecciones catalanas, como las movilizaciones de estos días, nos muestran que la ciudadanía no está dormida, no es pasota, y eso nos ha de alegrar. Sabemos que perdimos el tren en octubre del 2017, por la presión del estado y por nuestros miedos, pero el tren, aunque está marchando, aún está en la estación, y por poco que corramos, aún podremos coger uno de los últimos vagones metafóricos.
Queremos coger el tren de las ilusiones renovadas para seguir actuando en el camino de la república catalana. Allí nos llevará el tren de medianoche, pues, según la siguiente canción, ese tren sale cada noche y todos nos podemos subir.
Obviamente, no es un tren para huir, nuestra tierra, nuestro país es Catalunya, y ya estamos aquí.
‘El tren de mitja nit’ (2003), grupo Sau, álbum: ‘Un grapat de cançons per si mai et fan falta’.
(El tren de medianoche, álbum: ‘Un conjunto de canciones por si alguna vez te hacen falta’)
Letra de la canción:
A menudo me siento atrapado
por mi propia pesadilla,
y tengo ganas de chillar,
cada día en algún lugar
sale el tren de medianoche.
Hay poetas que se han perdido,
pintando graffitis en sus paredes,
mucha gente que se encuentra sola,
cada día en algún lugar
sube al tren de medianoche.
A menudo me siento engañado,
Cuando me veo en el espejo,
no tengo suficiente con soñar
necesito deshacerme de este peso
que me ata el corazón.
Hay sirenas que están cantando,
la leyenda de un viejo marinero,
mucha gente que se encuentra sola,
cada día en algún lugar
sube al tren de medianoche.
Si eres lunático y estás asustado,
si vives en las nubes y estás deprimido.
Si la niebla ya te ha acompañado.
Cada día en algún lugar
puedes subir al tren de medianoche.
He conocido muchos como tú y yo,
está bien saber que no estamos solos, esto está bien.
No siempre se está de suerte,
no siempre encontrarás el mar detrás del puerto.
Hay Julietas buscando Romeos,
hay princesas que buscan dolor.
Si tienes el corazón solitario,
cada día en algún lugar
sube al tren de medianoche.
Si eres lunático y estás asustado,
si vives en las nubes y estás deprimido.
Si la niebla ya te ha acompañado.
Cada día en algún lugar
puedes subir al tren de medianoche.
Si eres lunático y estás asustado,
si vives en las nubes y estás deprimido.
Si la niebla ya te ha acompañado.
Cada día en algún lugar
sale el tren de medianoche.
Si eres lunático y estás asustado,
si vives en las nubes y estás deprimido,
si la niebla siempre te acompaña,
cada día en algún lugar
puedes subir al tren de medianoche.
Este tren de medianoche que nos llevará a la república catalana, nos permitirá huir del trampantojo español, SEGURO.