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Nostalgia del franquismo

Amadeo Palliser Cifuentes
Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Etimológicamente, la palabra nostalgia tiene su origen en el término latino ‘nostalgiam’, y éste, en los términos griegos ‘nostos’ (regreso) y ‘algos’ (dolor); y fue acuñada por el doctor Johannes Hofer (1669-1752).

La expresión ‘nostos’ fue utilizada por Homero y Hesíodo, relacionándola con el retorno, el regreso a casa; mientras que el sufijo ‘algia’, como cualidad, se puede observar en múltiples expresiones actuales, como neuralgia, dolor de nervios (neuro = nervio), dermalgia, dolor de la piel (dermos = piel)

Según el diccionario de la RAE, en su segunda acepción, encontramos la definición de nostalgia como tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida.

Y esa añoranza, que los gallegos denominan ‘morriña’, expresa la tristeza provocada por estar fuera de la patria, lejos de nuestra casa y de nuestros seres queridos.

Lógicamente, todos podemos sentir cierta nostalgia; pero en este escrito me centraré en la añoranza del franquismo.

Biológicamente, de cada vez quedan menos personas que vivieron la guerra incivil (1936 -1939), pero muchos vivimos la larga dictadura, ya que el dictador y asesino Francisco Franco murió el 20 de noviembre de 1975. Y estos 47 años pasados desde su defunción, han perpetuado una mentalidad, unas estructuras de poder (desde el rey, el poder judicial, militar, policial, etc., hasta muchos funcionarios de base) en parte facilitado por la gran endogamia de esos mismos cuerpos.

Asimismo, vemos que, en estas últimas décadas, en muchos países se ha producido un giro hacia la extrema derecha, potenciado por ideólogos como Steve Bannon, afortunadamente detenido en 2020, por apropiación de fondos; pero su ideología, mejor dicho, su paleo-ideología, desgraciadamente, se ha difundido como una mancha de aceite.

Una ideología racista, xenófoba, machista, nativista (defiende a los autóctonos frente a la inmigración), el nacionalismo (frente a la globalización), oposición a los derechos LGBTI y al aborto, negacionista del cambio climático, etc. que Bannon materializó en ‘the movement’, el movimiento internacional de la nueva derecha, con sede en Bruselas

Esta mentalidad, propia de terraplanistas, es decir, de personas con un encefalograma plano por su falta de crítica, de cultura, de empatía, y de todo humanismo, por carecer de moral y ética.

Centrándonos en el reino de España, vemos que hay gente nostálgica del franquismo, y eso puede ser por diferentes causas:

  • personas que directamente se beneficiaron de los privilegios del franquismo, y quieren seguirlos conservando.
  • herederos de esas personas, con idénticas motivaciones.
  • los ‘acomodados y asimilados’ (no se me ocurre otra forma mejor para denominarlos), es decir, personas que no se beneficiaron de nada, pero que tienen una cultura conservadora que les hace temer todo tipo de cambio.
  • los ‘arribistas’, es decir, los que se apuntan a ese movimiento, por si pueden ‘pescar’ algún beneficio.
  • los ‘paracaidistas’, con ese término me refiero a los que se apuntan a esa ideología, por estar en contra del progreso, por escaso y tímido que sea.
  • esta lista sería muy larga, ya que hay una gran gradación, pero no quiero finalizarla sin hacer mención a dos grupos sociales muy relevantes:
    • algunos jóvenes, que no han vivido ni saben siquiera quién fue Franco, pero se alinean con ese pensamiento, de forma acrítica, para ir a la contra.
    • algunos inmigrantes, que, también sin conocer nuestra historia, se identifican con el conservadurismo a ultranza, pensando que así estarán más ‘protegidos’  

Esta tipología podríamos aplicarla también pensando en el conflicto: unionismo vs independentismo catalán, como muchos sabemos.

Pues bien, y siguiendo con la ‘casuística’ de la derecha y extrema derecha española (mejor dicho, la extrema y la súper extrema derecha), este mes hemos tenido dos ejemplos contundentes:

En primer lugar, el traslado de los restos del asesino y genocida, del general Gonzalo Queipo de Llano y Sierra (Tordesillas, 1875 – Sevilla, 1951). Restos exhumados el pasado 3 de noviembre, sacándolos de la iglesia de La Macarena. Exhumados también los restos de su esposa (Genoveva Martí Tovar), y del general auditor, mano derecha de Queipo, Francisco Bohórquez Vecina, otro asesino y genocida.

Ese nefasto y satánico general Queipo, junto a sus colaboradores, fue el principal responsable de miles de asesinatos y de todo tipo de violencia sexista. En sus peroratas radiofónicas, de las que era tan aficionado (a través de radio Sevilla), exclamaba, entre otras ‘lindezas’:

  • ‘Vayan las mujeres de los rojos preparando sus mantones de luto, id preparando las sepulturas’.
  • Y añadía a sus seguidores ‘yo os autorizo a matar como a un perro a cualquiera que se atreva a ejercer coacción ante vosotros; que si lo hiciéreis así, quedaréis exentos de toda responsabilidad’.
  • ‘Matar rojos, violar rojas’.
  • ‘Nuestros valientes legionarios y regulares han demostrado a los rojos cobardes lo que significa ser hombres de verdad. Y, a la vez, a sus mujeres, Esto es totalmente justificado porque estos comunistas y anarquistas predican el amor libre. Ahora por lo menos sabrán lo que son hombres de verdad y no milicianos maricones. No se van a librar por mucho que berreen y pataleen’.
  • ‘Dadle café, mucho café, a Lorca’ (el poeta asesinado Federico García Lorca, 1898 – 19 agosto de 1936); ídem a Blas Infante Pérez de Vargas (ideólogo del andalucismo, 1885 – 11 de agosto de 1936), y con infinidad de personalidades destacadas en todos los ámbitos.
  • Etc.

Su mayor crimen de guerra fue la llamada ‘La Desbandá (Desbandada), la masacre de la carretera Málaga – Almería; efectuada el 8 de febrero de 1937. Un ataque a civiles que huían tras la entrada de las tropas franquistas a Málaga. Una multitud de refugiados (entre 40.000 y 150.000) se abarrotaron en la carretera, huyendo hacia Almería, ciudad todavía bajo el control del legítimo ejército republicano. Esa multitud fue atacada por mar y aire, causando la muerte de unos 3000 / 5000 civiles.

Pues bien, que la exhumación de esos asesinos tuviera que hacerse por la noche, para evitar, en lo posible, manifestaciones, no impidió que un grupo se concentraran y gritaran vítores a Queipo, con el brazo en alto.

En segundo lugar, ayer vimos que el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida (del PP), puso una estatua a José Millán-Astray, precisamente delante de las instalaciones del estado mayor del ejército, sito en la calle del mencionado Millán.

En el año 2018, el nombre de esa calle fue sustituido por el de una maestra republicana, Justa Freire; pero en 2021, una sentencia judicial obligó a recuperar el nombre de esa calle. Así son muchos de sus jueces.

Es preciso recordar que el general de brigada José Millán-Astray y Terreros (1879 – 1954), fue el fundador de la legión, y de 1943 a 1954 fue procurador en las cortes. Y, a sus ‘heroicidades’ durante la guerra incivil, cabe recordar la discusión que mantuvo el 12 de octubre de 1936, con el rector de la universidad de Salamanca, gritando: ‘Viva la muerte y muera la inteligencia’. A lo que el rector, Miguel de Unamuno y Jugo (1864 – 1936) contestó ‘venceréis, pero no convenceréis’, y también le dijo públicamente ‘que era una especie de inútil que le gustaría que todos los otros fueran inútiles como él’ (era manco del  y tuerto, por las heridas en la guerra de Marruecos, en 1924 y 1926; asimismo, su primer matrimonio no se consumó nunca, posteriormente se casó y tuvo un hijo con una sobrina del filósofo José Ortega y Gasset, 1883 – 1955)

Estos dos ejemplos nos muestran que el franquismo sigue vivo en algunas personas y en estructuras de poder. Y es una vergüenza extrema que haya personas con esa ideología.

En Alemania sería impensable que se pusieran estatuas o nombres de calles a nombre de Erwin Rommel (el zorro del desierto), por ejemplo. Pero el reino de España es diferente, ya lo dijo el ministro franquista Manuel Fraga Iribarne: ‘Spain is different’; y así nos va, en esta España: ‘una, grande y libre’, y en su ‘Viva España’, y ‘por el imperio hacia Dios’.

Es verdad que muchos siguen pensando que ‘con Franco vivíamos mejor’ y ‘esto con Franco no pasaba’; y esta es nuestra lacra.

Pero me parece importante hacer extensiva mi crítica, no sólo a esos franquistas confesados, si no, también, a los que defienden el régimen del 78, heredero del franquismo, con una constitución encorsetada por los militares, policías y jueces del momento, y por los actuales.

En ese sentido, ver que Pedro Sánchez, critica al mencionado alcalde del PP, por la citada estatua, me parece correcto; pero ver la forma seguida para efectuar la exhumación de Franco del Valle de los caídos (2019), con unos ‘honores’ y seguimiento televisado propio de las mayores gestas del estado; y manteniendo, todavía, la sepultura en ese lugar, de José Antonio Primo de Rivera (1903-1936), fundador de la falange, así como la tímida y casi nula ayuda para la búsqueda de los miles de asesinados y enterrados, olvidados, en cunetas, deja mucho que desear.

Asimismo, estos días hemos visto cómo el PSOE ha ensalzado la figura de Felipe González, por su 40 aniversario de su ‘histórica’ primera victoria electoral. Y Pedro Sánchez elogiando el ADN de su partido, como ‘pioneros abriendo el camino’; pero ‘olvidando’ que, como dijo Pablo Iglesias, González ‘tiene las manos manchadas de cal viva’ (en el congreso de los diputados, en marzo del 2016)

Y esta semana, para confirmarlo, el nefasto y criminal José Barrionuevo, el que fue su ministro de interior, reconoció que desde su ministerio dirigía el batallón patriótico del Gal. Él, como Queipo, decidía a quién dar ‘café’, siguiendo con la desgraciada metáfora.

Y si bien la declaración de Iglesias levantó todo tipo de ampollas y críticas, llenando todos los medios de comunicación subvencionados; las de Barrionuevo han sido ninguneadas.

Pero, claro, el PSOE ni se ha inmutado, han mirado hacia otro lado. Cuando lo ético y moral hubiera sido que ese partido expulsara a Felipe González, a José Barrionuevo, y a otros muchos, que hiciera limpieza, si realmente quiere abrir caminos nuevos.

Y la inmoralidad, como he dicho antes, se hace extensiva, pues vemos que Salvador Illa (PSC/PSOE) pide repetidamente el cese del diputado del Parlament de Catalunya, Francesc de Dalmases, por las presiones efectuadas a una periodista. Obviamente, esa actuación fue denigrante y merece todo tipo de repulsas. Pero es incomparablemente un tema menor, al lado de los asesinatos y torturas efectuadas como ‘crímenes de estado’. Pues eso no les parece digno de repulsa.

En definitiva, ese comportamiento encaja a la perfección entre los nostálgicos, los que añoran épocas pretéritas y no quieren pasar página.

Y ese es otro de los motivos por los que queremos independizarnos. No queremos probar su ‘café’.