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Nueva red mundial de laboratorios permitirá comparar las vacunas COVID-19

LONDRES, 2 oct (Reuters) – La Coalición de Innovaciones en Preparación ante Epidemias (CEPI) ha creado una red mundial de laboratorios con la que evaluar los datos de las posibles vacunas contra la COVID-19 para que puedan ser comparados por científicos y fabricantes de medicamentos y acelerar así la selección de las candidatas más eficaces. En declaraciones a Reuters, Melanie Saville, directora de I+D de vacunas de la CEPI -una organización sanitaria sin ánimo de lucro-, dijo que la idea era “comparar manzanas con manzanas” mientras los fabricantes de fármacos se apresuran a desarrollar una vacuna efectiva para ayudar a controlar la pandemia de COVID-19. La red centralizada es la primera de este tipo que se establece en respuesta a una pandemia. Se trata de una estructura que abarca Europa, Asia y Norteamérica y con la que los laboratorios centralizarán el análisis de los ensayos de las vacunas candidatas.

“Es como si todas las vacunas se estuvieran probando bajo un mismo techo”, explicó Saville. El objetivo es minimizar el riesgo de variación en los resultados. “Cuando se comienza con el desarrollo de posibles vacunas para una nueva enfermedad, cada farmacéutica desarrolla sus propios ensayos. Todas utilizan diferentes protocolos y diferentes reactivos, por lo que mientras se obtiene una lectura, la capacidad de comparar entre diferentes candidatas es muy difícil”, agregó. “Adoptar el enfoque de un laboratorio centralizado nos da la seguridad de saber que estamos comparando manzanas con manzanas”. La red CEPI incluirá inicialmente seis laboratorios, uno en cada uno de los siguientes países: Canadá, Reino Unido, Italia, Países Bajos, Bangladés e India, dijo Saville. Actualmente cientos de potenciales vacunas para la COVID-19 se encuentran en diversas fases de desarrollo. En Rusia y China ya se han aprobado dos vacunas sin que se hayan realizado las pruebas de eficacia completas y está previsto que Pfizer, Moderna y AstraZeneca presenten los resultados de sus respectivas etapas finales antes de 2021. Normalmente, la inmunogenicidad de las posibles vacunas se evalúa en análisis de laboratorio individuales, que tienen como objetivo comprobar si los biomarcadores de la respuesta inmunológica -como los anticuerpos y las respuestas de las células T- se producen después de que los voluntarios del ensayo clínico reciban una o varias dosis de la vacuna. Pero con más de 320 candidatas en desarrollo las muchas diferencias en la recopilación de datos y los métodos de evaluación son un problema, indicó Saville. Aparte de las posibles variaciones en los marcadores de inmunidad, hay diferencias en cómo y dónde se recogen, transportan y almacenan las muestras, lo que puede afectar a la calidad y utilidad de los datos obtenidos. Además, con la gama de diferentes tecnologías que se están explorando -desde las vacunas de vectores virales hasta las basadas en el ARN mensajero- la evaluación estándar del verdadero potencial de cada candidata “se vuelve muy compleja”, subrayó. “Con cientos de vacunas COVID-19 en desarrollo… es esencial que tengamos un sistema que pueda evaluar y comparar de forma fiable la respuesta inmunitaria de todas las candidatos”, abundó.

Así, al centralizar el análisis en una red de laboratorios, se puede eliminar gran parte de lo que Saville denominó “variabilidad de interlaboratorios”, lo que permite realizar comparaciones más precisas. La CEPI dice que todos los desarrolladores de posibles vacunas contra el COVID-19 pueden utilizar la red centralizada de laboratorios de forma gratuita para evaluar a sus candidatos en función de un protocolo común.

Por ahora, la red evaluará las muestras de las pruebas de los candidatos a vacunas en las primeras etapas y de los ensayos en humanos en la primera y segunda fase, pero el organismo apuntó que espera ampliar su capacidad a los datos de los ensayos de la última etapa (fase III) en los próximos meses.

Información de Kate Kelland; editado por Mark Potter; traducción de Jorge Martínez