Naciones Unidas llama a focalizar nuevas políticas e inversiones en los territorios rezagados de América Latina y el Caribe, donde se registran los mayores niveles de malnutrición.
2 de diciembre de 2020, Santiago de Chile – Un nuevo informe de Naciones Unidas muestra la desigualdad territorial de la malnutrición en los países de América Latina y el Caribe.
El Panorama de la seguridad alimentaria y nutricional de América Latina y el Caribe 2020 analiza el sobrepeso infantil y el retraso en el crecimiento infantil en los países de la región, e identifica qué territorios están altamente rezagados, es decir, que exhiben niveles significativamente superiores al promedio nacional.
Según el informe, el sobrepeso infantil en los territorios altamente rezagados de la región es dos veces mayor que en los territorios sin rezago: 13,1% versus 6,6%. El retraso en el crecimiento infantil alcanza 27,6% en los territorios con alto rezago, y sólo 11,9% en los no rezagados.
“Los promedios nacionales esconden las desigualdades territoriales. En cada país tenemos lugares que han alcanzado muy buenos estándares, y otros donde las condiciones son muy graves. Es fundamental que los países enfoquen sus esfuerzos y canalicen recursos a los territorios rezagados, con soluciones a medida de cada uno de ellos”, dijo Julio Berdegué, Representante Regional de la FAO.
Uno de cada cinco territorios analizados por el Panorama sufre rezago en ambos indicadores: estos territorios suelen ser rurales, con altos niveles de pobreza y con alta presencia de población indígena y afrodescendiente.
“El Panorama confirma la urgente necesidad de invertir en las áreas rurales y en agricultura familiar. Primero, porque las zonas y poblaciones rurales son las más afectadas por los problemas de malnutrición. Y segundo, porque para la región, donde el costo de una dieta saludable es el más elevado del mundo, es clave promover sistemas alimentarios que favorezcan el acceso a alimentos nutritivos, diversos y asequibles, lo que sólo puede hacerse apoyando la agricultura familiar”, dijo Rossana Polastri, Directora del FIDA para América Latina y el Caribe.
El Panorama es una publicación conjunta de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO); el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA); la Organización Panamericana de la Salud / Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS); el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y el Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP).
“Este informe ratifica la necesidad que los gobiernos de la región amplíen sus redes de protección social existentes e incrementen el gasto social para que sus beneficios lleguen a las personas más vulnerables afectadas por inseguridad alimentaria en una etapa de pandemia”, dijo Miguel Barreto, Director Regional del WFP para América Latina y el Caribe.
El retraso del crecimiento es desproporcionadamente alto en los territorios rurales
Según el Panorama, en 23 países existen 142 territorios en los cuales el retraso en el crecimiento infantil es significativamente mayor que el promedio nacional: la diferencia entre los territorios altamente rezagados y no rezagados alcanza 48 puntos porcentuales en Panamá y 34 en Guatemala, y es particularmente marcada en Belice, Colombia, Guyana y Honduras.
El retraso en el crecimiento infantil se presenta de forma desproporcionadamente alta en territorios rurales, con menor acceso a servicios, mercados laborales predominantemente informales, con altos niveles de pobreza y bajos niveles de escolaridad.
Sobrepeso infantil sigue aumentando
Según el Panorama, el sobrepeso en menores de cinco años afectó en 2019 al 7,5% de la población infantil de la región, por encima del promedio mundial, de 5,6%.
El Panorama identificó 141 territorios rezagados respecto al sobrepeso infantil en 22 países de la región, y destaca que ese fenómeno afecta más a las grandes ciudades y las capitales de cada país, a diferencia de lo que sucede con el retraso en el crecimiento, que ocurre en mayor medida en las zonas rurales.
Los países con las mayores diferencias promedio entre sus territorios con alto rezago y sin rezago son Jamaica (17,5 puntos porcentuales), Guyana (14,7 puntos porcentuales), Panamá (14 puntos porcentuales), Bolivia (12,7 puntos porcentuales) y Perú (10 puntos porcentuales).
La pandemia golpea a la región
El Panorama destaca que el impacto de la pandemia ocurre en un momento en el cual la seguridad alimentaria regional ya venía en claro deterioro: en 2019, 47,7 millones de personas, el 7,4% de la población, vivía con hambre, un aumento de más de 13 millones sólo en los últimos cinco años. Además de ello, más de 190 millones de personas vivían en inseguridad alimentaria moderada o grave, lo que implica que uno de cada tres habitantes de América Latina no tuvo acceso a alimentos nutritivos y suficientes en 2019.
“En América latina y el Caribe, el fuerte golpe económico de la pandemia ha dejado a millones de familias con menos recursos para comprar alimentos nutritivos,” señaló Jean Gough, directora regional de UNICEF para América Latina y el Caribe. “No recibir una alimentación saludable entre los 6 meses y 2 años pone a los niños y niñas en riesgo de malnutrición. Para que pueden crecer sanos en tiempos de pandemia, es urgente asegurar la disponibilidad de alimentos saludables a precios asequibles.”
El nuevo informe también alerta sobre el aumento del sobrepeso y la obesidad, que ha ocurrido en todos los grupos de edad: en 2016, 315 millones de personas (casi la mitad de la población de la región) sufría sobrepeso y obesidad, en comparación con 239 millones en 2006. Esto es particularmente grave debido a la evidencia que la obesidad está asociado al riesgo de sufrir peores efectos en caso de una infección por COVID19.
“La distribución desigual de recursos y oportunidades está dejando atrás a muchas personas y se prevé que el COVID-19 aumente todas las formas de malnutrición infantil, incluidos el retraso del crecimiento, las deficiencias de micronutrientes y el sobrepeso y la obesidad”, afirmó Anselm Hennis, Director del Departamento de Enfermedades no Transmisibles y Salud Mental de la OPS/OMS. “Es necesario reformar los sistemas alimentarios y de nutrición, y proporcionar a las poblaciones una nutrición óptima”, agregó.