Regresar a nuestras actividades habituales será un reto interesante para todos: gobierno, empresas y ciudadanía. Primero porque tenemos que estar conscientes de que nada será como antes, segundo porque todos tenemos una responsabilidad para evitar más tragedias y tercero porque, seamos honestos, el “coronavirus” llegó para quedarse.
Si bien hace unos días la Secretaría del Trabajo dio a conocer los Lineamientos Técnicos de Seguridad Sanitaria en el Entorno Laboral, bajo los cuales las empresas y sus empleados pueden regresar a trabajar, es interesante notar como en dichos lineamientos se encuentran una serie de recomendaciones para los empleados que impactan en su imagen personal pero qué, evidentemente, van enfocados a su seguridad, pues dice: “evitar el uso de joyería, corbatas, barba y bigote, toda vez que son reservorios de virus y demás microorganismos (fómites)”; lineamiento que debe ser aplicando por las micro, pequeñas, medianas y grandes empresas.
Ciertamente, el objetivo no es interponer medidas que atenten contra la individualidad pero sí tomar acciones que eviten la propagación del virus, por lo mismo también solicitan a las empresas que implementen lineamientos en el que incentiven al trabajador a que no comparta herramientas de uso personal como: celular, plumas, papelería, utensilios, equipo de protección, etcétera; además de que se respete la ya conocida “distancia social” con al menos 1.5 metros de distancia, uso de cubrebocas y protección ocular o facial. Lo que significa en general que regresar a trabajar implicará también un cambio activo de los empleados cuya presencia en la empresa sea indispensable, pues además de cambiar su imagen, también hay cambios sustanciales en los protocolos sociales: no puedes saludar de mano, beso o abrazo por ejemplo.
Estos cambios también generarán un impacto importante en la imagen de las empresas, por ejemplo la Cámara Nacional de la Industria de Restaurantes y Alimentos Condimentados (Canirac) ha dado a conocer una serie de lineamientos para el sector turístico en su búsqueda por reducir el contagio. Evidentemente considera los protocolos básicos de distancia y protección, sin embargo hay ciertos aspectos que contempla que resultan muy interesantes sobre la imagen de las empresas restauranteras como son: el cierre de las áreas de juegos infantiles, se eliminan servilleteros o decoraciones innecesarias o la implementación de menús digitales, desechables o en pizarra lo que implica un cambio también en el tipo de atención que darán al cliente además de la imagen ambiental que darán a los espacios. Por lo que será sumamente interesante ver como los restaurantes aprovecharán esta oportunidad para mejorar sus procesos de servicio y su imagen integral.