México enfrenta un reto económico en su lucha contra la obesidad y el sobrepeso, debido a que la incidencia entre la población ha alcanzado niveles «alarmantes y severos», aseguró el secretario general de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE), José Ángel Gurría Treviño.
Durante su participación en el seminario Sobrepeso, obesidad y diabetes: efectos sobre la competitividad del país, realizado en las instalaciones de la Secretaría de Economía (SE), el representante de la OCDE urgió a la mejora y fortalecimiento de las políticas públicas, legislación, códigos y reglamentos para combatir este fenómeno.
En su ponencia presentó el estudio de la OCDE «La pesada carga de la obesidad: la economía de la prevención», donde destacó que cerca de 73% de la población mexicana padece sobrepeso, en comparación con la quinta parte que había en 1996.
México tiene una de las tasas más altas de obesidad entre los países miembros de la OCDE, recordó el directivo, quien dijo que en 34 de los 38 integrantes, más de la mitad de la población tiene sobrepeso y una de cada cuatro personas es obesa.
«Y lo más grave, el estudio estima que durante las próximas tres décadas, el sobrepeso causará cerca de 92 millones de muertes en los países de la OCDE; estas cifras son alarmantes».
Gurría Treviño aseveró que, de acuerdo con las proyecciones, las enfermedades relacionadas con el sobrepeso reducirán la esperanza de vida en el país en más de cuatro años durante los próximos 30 años.
«Se trata de la mayor reducción proyectada entre los países de la OCDE, pero lo más trágico es el crecimiento de la obesidad infantil, la cual se ha duplicado de 7.5%, en 1996, a 15% en 2016».
En afectaciones económicas, destacó que los altos índices de sobrepeso reducirán la fuerza laboral mexicana en el equivalente a 2.4 millones de trabajadores de tiempo completo, por año.
«Las personas con sobrepeso y enfermedades relacionadas tienen menos probabilidades de estar empleadas y, en caso de estarlo, tienden a ser menos productivas».
Además, dijo, esto significará 8.9% del gasto de salud por año durante el periodo de 2020 a 2050, lo que restará al PIB mexicano 5.3 puntos porcentuales anuales en ese mismo periodo.
El director general de la OCDE reconoció que en México se ha avanzado en la lucha contra este mal, a través de la aplicación de impuestos sobre las bebidas azucaradas y a los alimentos no esenciales con alto contenido calórico, además de implementar el etiquetado de alimentos obligatorio, con lo que se convierte en uno de cuatro países de este organismo que lo hace.
Sin embargo, advirtió, la magnitud del desafío requiere intensificar los esfuerzos, como son la implementación de un paquete integral de políticas de salud públicas que incluyan etiquetado de menús, la prescripción médica de actividad física si bien no es suficiente-, así como programas de bienestar en los centros de trabajo.
La reformulación de productos alimenticios podrían fomentar estilos de vidas más saludables; en el país la reducción calórica de 20% en los alimentos con alto contenido en azúcar, sal, calorías y grasas saturadas podría prevenir 1.4 millones de enfermedades no trasmisibles de aquí al año 2050.
Con ello, añadió, se ahorrarían 1.9 mil millones de pesos al año en costos de salud y aumentaría el empleo y la productividad en el equivalente a 71,000 trabajadores de tiempo completo por año.