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Obviar los daños colaterales, la imperdonable práctica habitual en el reino español

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

El carpetovetónico reino español sigue con su impasible ademán (como prescribía el ‘Cara al sol’) de ‘olvidar’ los daños colaterales; y es vergonzoso e imperdonable, que ni el rey ni Pedro Sánchez hayan hecho ninguna referencia a los seis fallecidos provocados por el apagón eléctrico. Y sobre esta carpetovetónica visión, va este escrito.

El término carpetovetónico, según se especifica en el diccionario de la RAE, se refiere a la pertenencia o relación con los carpetanos y vetones; pero en su segunda acepción indica: ‘adjetivo considerado como característico de la España profunda frente a todo influjo foráneo’. Y como sinónimos, se indican: troglodita, cavernario, retrógrado, carca, etc.

Los carpetanos (lat. Carpetani), también denominados carpesios, fueron una de las tribus prerromanas, de filiación céltica o indoeuropea, que habitaron la Península Ibérica; se les conoce como los primeros manchegos de los que se tiene constancia histórica, incluyendo dentro de este término manchego a los habitantes del sur de los Montes Carpetanos, tal y como Quevedo bautizó a la capital de España, pues los madrileños prerromanos fueron carpetanos.

Los vetones (lat. Vettones) eran un pueblo prerromano de cultura celta que habitaba el oeste de la Península Ibérica. Su asentamiento se produjo entre los ríos Duero y Tajo, principalmente en el territorio de las actuales provincias de Salamanca, Cáceres, Ávila, Zamora y Toledo.

Pues bien, sin querer menospreciar las culturas carpetania y vettonia, ni muchísimo menos, en el presente escrito he tomado el mencionado adjetivo citado de la RAE, que se mantiene con el ‘que inventen ellos’ que Miguel de Unamuno Yugo (1864 – 1936) rector de la universidad de Salamanca, mencionó primero en una carta enviada el 30 de mayo de 1906 a José Ortega y Gasset (1883 – 1955), y, después, en julio del mismo año, en su artículo titulado ‘El pórtico del templo’, en forma de diálogo de dos personajes:

  • Román: Inventen, pues, ellos y nosotros nos aprovecharemos de sus invenciones. Pues confío y espero en que estarás convencido, como yo lo estoy, de que la luz eléctrica alumbra aquí tan bien como allí donde se inventó.
  • Sabino: Acaso mejor.

Esta cita, que he mencionado en repetidas ocasiones, me parece que se ajusta a los señalados sinónimos: troglodita, cavernario, retrógrado, carca, etc., que describen, también hoy día, al reino español, que, como he dicho, sigue defendiendo su tesis orgánica: la defensa de su monarquía y la unidad de su reino. Y eso, lo demuestran con el mantenimiento de su espíritu de ‘impasible ademán’ (como prescribía el ‘Cara al sol’ falangista) y que, jocosamente, los antifranquistas cantaban diciendo ‘imposible el alemán’.

Aquí, en esta oscura, opaca, agresiva y delincuente España, siguen en sus trece, ‘erre que erre’, manteniendo su máxima: ‘sostenella y no enmendalla’, como se dice en ‘Las mocedades del Cid’, de Guillem de Castro, de inicios del siglo XVII, donde se lee, referido al orgullo y empecimiento errado del noble que es padre de doña Jimena: ‘Esta opinión es honrada. Procure siempre acertalla el honrado y principal; pero si la acierta mal, defendella y no enmendalla’.

Así, vemos que ese orgullo carpetovetónico, siguiendo con la cita de Miguel de Unamuno, ahora incluso se ‘perfecciona’, ya que la información oficial es que, la causa del apagón fue que a las 12.33 h, en 5 segundos, desaparecieron 15 gigawatios (1 gigawatios son mil millones de vatios, así que se esfumaron 15 mil millones de vatios), el 60% de la producción española. 

Y claro, esa respuesta oficial merece el premio Nobel de física, ya que contraviene el postulado de Antoine-Laurent Lavoisier (1743 – 1794), que dijo que ‘la energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma’ (ley de conservación de la masa, de Lavoisiser); Albert Einstein (1879 – 1955), en 1905 demostró que ‘la materia puede crearse a partir de la energía, y que ésta, a su vez, puede desaparecer, ya que ‘la energía, ni se crea ni se destruye, sólo se transforma’.  Pues bien, Pedro Sánchez corrigió a Lavoisier y a Einstein, pues ‘descubrió’ que la energía, en España, desaparece. 

Y en ese contexto, seguimos viendo que se preservan los privilegios de los de siempre, de los todopoderosos, de la corporatocracia (o corporocracia) que comenté en mi escrito de ayer; así, no me extraña en absoluto que, bajo la teatral comparecencia de Pedro Sánchez, exhibiendo mano dura con las empresas hidroeléctricas, y garantizando que exigiría responsabilidades, en realidad, en ningún momento mencionó a las seis víctimas mortales (ni a sus familiares) ocasionados por el apagón eléctrico del pasado lunes 28.

‘El apagón provoca la muerte de seis personas en España: 

Una mujer que residía en una residencia de mayores, en Basauri (Vizcaya), y que precisaba oxígeno, murió al desconectarse la máquina (…) el centro disponía de dos equipos para tratar las insuficiencias respiratorias, que funcionan conectados a la electricidad, y también tienen otro portátil. Al producirse el apagón, las dos máquinas dejaron de funcionar al no tener suministro eléctrico y, las dos mujeres con un estado delicado de salud que los estaba usando, tuvieron que pasar a turnarse con el portátil. La residencia llamó entonces a Emergencias para comunicar la situación, pero al estar saturado el servicio, no lograron pedir una ambulancia hasta cerca de las 14.30 h, por lo que los sanitarios no lograron llegar hasta cerca de las 15.00 h, cuando la anciana ya había fallecido.

(…)

La guardia civil investiga si la muerte de un matrimonio (de 81 y 77 años) y su hijo (de 56 años) en Taboadela (Ourense) por inhalación de monóxido de carbono tuvo su origen en un generador, debajo de la vivienda, activado durante el apagón para suministrar energía a un respirador médico.

(…)

Una mujer de mediana edad ha fallecido y trece personas resultaron heridas en estado leve a consecuencia de un incendio que tuvo lugar en una vivienda ubicada en el barrio madrileño de Carabanchel (Madrid), por una vela encendida en plena oscuridad, que provocó el incendio en su vivienda.

(…)

Un paciente de esclerosis lateral amiotrófica (ELA) murió en Castilla y León durante el apagón, pues la vida de muchas personas estuvo ligada a la duración de las baterías de sus soportes de mantenimiento vital. 

(…)

Una mujer de 46 años que necesitaba un respirador falleció en Alzira (Valencia) tras el apagón. Pese a que en un principio se pensó que podría ser víctima del apagón, los servicios médicos certificaron que se trataría de una muerte natural, ya que la paciente pluripatológica sólo tenía pauta nocturna de oxígeno durante ocho horas.

(The Objective)

Es imperdonable que el rey no hiciera ningún comunicado ese día, que estuviera ausente, viviendo en su burbuja con todas las garantías, lujos y sin sufrir el corte de luz; asimismo, en su comparecencia tardía (6 horas después del inicio del apagón), Pedro Sánchez no hizo ninguna mención a esos fallecimientos; y tampoco en su comparecencia del martes. Y eso es una vergüenza que muestra la falta de empatía de esos personajes, su falta de ética y de moralidad, que debería incapacitarles, invalidarles, para las funciones que teóricamente ejercen.

Asimismo, ni los principales medios de comunicación sistémicos dieron la debida información, apenas unas breves notas minúsculas.

Y todo eso son claras muestras de la ‘carpetovetonidad’ mencionada. Aquí, siguen con sus antiguas recetas. Un compañero de manifestación, me recordó el siguiente dicho (que ya mencioné hace unos años) y que ahora me parece adecuado para extrapolarlo a la estrategia gubernamental, en general:

‘De cintura para arriba, Eufilina; de cintura para abajo, Buscapina; Urbason un montón; y Antibiótico, si hay infección’.

Elisa Beni ayer en su artículo en elnacional.cat, escribió:

‘El segundo abandono del gobierno central fue no decretar la emergencia nacional, nivel 3 de Protección Civil, desde el principio. No hace falta que nadie se lo pida. Se trata de tener en aleta los servicios necesarios. ¿Si el apagón no era una emergencia nacional, y la DANA tampoco, qué esperan, a la guerra nuclear, a la llegada de alienígenas?

Está claro, el referéndum que hicimos los catalanes el 1 de octubre del 2017, para el estado, sí que fue una emergencia, pues afectaba a su integridad nacional, que es lo único que les importa. En cualquier otra situación, como la crisis financiera y bancaria, la respuesta del gobierno central fue la de proteger y dotar a los bancos de más de 60 mil millones de euros (que debían haber devuelto, pero no lo harán), esa sí era su preocupación.

En mi escrito de ayer cité al economista conservador Milton Friedman, defendiendo las condiciones políticas autoritarias, lo que la canadiense Naomi Klein denomina ‘doctrina del shock’, y de eso se vale Pedro Sánchez, para recordarnos ahora que ‘todos juntos’ superamos las crisis anteriores, como la pandemia, el volcán, la DANA, etc. Esa es su desvergüenza, mentir para tocar la fibra emocional. 

En definitiva, el reino español sigue aumentando la ‘leyenda negra’, por más que otros la suavicen: ‘leyenda blanca’ (Gibson), ‘leyenda rosa’ (García Cárcel) o ‘leyenda dorada’ (Blasco Ibáñez, Juderías). 

Yo tengo muy claro que un estado, con todos sus poderes (centralizados y autonómicos), se olvide de los fallecidos, que, en última instancia son responsabilidad suya, como lo son los 228 fallecidos por la DANA en Valencia, no merecen perdón, ni olvido, y deberían ser penalizados políticamente; y también deberían ser inculpados y juzgados por omisión de prestación de los servicios debidos, por su incapacidad manifiesta, por la dejación de sus responsabilidades, y eso es una ‘culpa in vigilando’ (culpa en la vigilancia), pues ahora sabemos que ya en el mes de febrero se habían dado muestras evidentes de alteraciones, de fluctuaciones en la red hidroeléctrica:

‘(…) un informe de la Comisión Nacional de Mercados y Valores, del 26 de febrero pasado, advertía a los inversores de los riesgos que suponía para la actividad de la empresa la penetración de las energías renovables (…) y avisó de las posibilidades de desconexiones de generación por la alta penetración de renovables sin las capacidades técnicas necesarias para un adecuado comportamiento de las perturbaciones (…)’

(Joan Antoni Guerrero Vall, elnacional.cat, 29 abril 2025)

Y, por lo visto, el gobierno, el estado en su conjunto, no actuaron, esa es su responsabilidad, no lo olvidemos, por más excusas y trucos de manos que, con toda seguridad hará el narcisista y trilero Pedro Sánchez, pues, dentro de muchos meses, acabará con una multa ridícula a las empresas hidroeléctricas, que seguirán con sus beneficios multimillonarios, y la ciudadanía afectada, no verá ni un euro de las aseguradoras.

El 29 de setiembre del 2019, una avería en la subestación de Granadilla de Abona dejó la isla de Tenerife durante 9 horas sin electricidad. Y la comisión del gobierno, tardó, nada más y nada menos, que 10 meses para concluir su informe. Tenerife y La Palma, llevan ‘cinco ceros energéticos’ en solo 11 años. ¿Y qué ha pasado? Nada, las empresas hidroeléctricas siguen teniendo beneficios impresionantes, y los responsables institucionales tienen las puertas giratorias para pasar a sus consejos de administración, excelentemente remunerados.

Y, claro, si no se solucionan los problemas estructurales de la red eléctrica, el riesgo de repetición irá en aumento. 

Y como dice el tango ‘Cambalache’ (1934) de Enrique Santos Discépolo Deluchi (1901 – 1951):

Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé.

En el quinientos seis y en el dos mil, también.

Que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, varones y dublés.

Pero que el siglo XX es un despliegue de maldá insolente, ya no hay quien lo niegue.

Vivimos revolcaos en un merengue y en el mismo lodo, todos manoseaos.

Hoy resulta que es lo mismo ser derecho que traidor, ignorante, sabio, chorro, generoso o estafador.

Todo es igual. Nada es mejor.

Lo mismo un burro, que un gran profesor, los ignorantes nos han igualao y otro roba en su ambición, da lo mismo que sea cura, colchonero, Rey de Bastos, caradura o polizón.

Qué falta de respeto, qué atropello a la razón.

Cualquiera es un señor, cualquiera es un ladrón…

(…)

Por eso debemos actuar, y marchar del reino español. No tenemos otra salida posible.