• Cuenta CEMyBS con cinco refugios para
resguardar la vida de las mujeres víctimas de violencia, esto aunado a una
Puerta Violeta y una Casa de Transición.
• Han atendido a 362 mujeres y a sus hijos, con lo que un total de 832
personas se han beneficiado con este mecanismo de protección en lo que va de la
actual administración.
Toluca, Estado de México, 8 de marzo de 2020. Adriana, nombre que
usamos para proteger su identidad, sufrió violencia de género durante los
últimos 11 años de su vida. El amor que ella pensó que le profesaba su pareja,
se convirtió en un ciclo de vejaciones y agresiones, tanto físicas como
psicológicas.
“Desde la primer semana que estuvimos juntos él me empezó a golpear, cuando
estaba embarazada, yo tenía siete meses de embarazo cuando él me dio una
golpiza que me dejó desfigurada de la cara”, recuerda Adriana.
Aunque al paso de los años y ya con dos hijos, ella pensó que su compañero de
vida cambiaría y consolidarían una familia, el escenario se recrudeció. Una
amenaza de muerte, presenciada por sus pequeños, fue el detonante para romper
el ciclo de violencia.
“Fue el miedo que me paralizó y las amenazas que constantemente me decía
que si yo lo dejaba él iba a matarme, que al cabo que quién se iba a preocupar
por una mujer como yo”, recuerda.
A través de una plática impartida en la escuela de su hijo mayor, Adriana se
acercó a las autoridades del Gobierno del Estado de México. Ella fue extraída
de su domicilio y llevada a uno de los cinco refugios que administra el Consejo
Estatal de la Mujer y Bienestar Social (CEMyBS).
“Este servicio es muy importante porque hoy ha permitido salvar cientos de
vidas de mujeres que se encontraban en riesgo y que el Gobierno del estado les
dio un hogar seguro donde restablecer de nuevo y donde reiniciar su vida”,
afirma Melisa Vargas Camacho, Vocal Ejecutiva del CEMyBS.
A estos refugios, se suman una Puerta Violeta y una Casa de Transición, que
desde 2017 a la fecha, han atendido a 362 mujeres y a sus hijos, en total 832
personas se han beneficiado con este mecanismo de protección.
“En estos refugios se restablece la salud emocional de las mujeres, se les
acompaña legalmente en todo el proceso y en todo el juicio que pueda derivar de
una denuncia de violencia de género, de igual manera se restablece la relación
con sus hijos, se busca empoderar a las mujeres económicamente para que esto
les dé elementos para salir de una vida de violencia que están sufriendo”,
asevera la Vocal Ejecutiva.
A cuatro meses de su ingreso, Adriana recuerda con valentía la noche cuando
salió de su casa, buscando ayuda en las diversas instancias con las que cuenta
el Gobierno del Estado de México. En uno de estos refugios, encontró un hogar,
donde se le brinda una segunda oportunidad para ella y sus hijos.
“Me salí porque él empezó a discutir y empezó a aventar todo como era su
costumbre. Estarme insultando. Nos salimos por la noche llegamos al Centro de
Justicia que está en Matlazincas y ahí es donde me canalizaron para este lugar.
Con los brazos abiertos me han tratado, casi cuatro meses que llevo aquí muy
bien me ha servido de mucho en mi persona, he tomado terapias, he aprendido
varios oficios aquí estado muy contenta aquí”, finaliza Adriana.
Para poder acceder a este mecanismo de protección, las mujeres víctimas de violencia
pueden acudir a las Unidades de Atención de las Fiscalías de Atención a
Mujeres, llamar a la Línea sin Violencia: 800 108 40 53 o a través del 911,
posteriormente se realiza un tamizaje para resguardar la vida de la víctima.
“Es un proceso certificado que lo lleva personal que ha sido capacitado, los
refugios están abiertos los 365 días del año, las 24 horas del día, una vez que
una mujer llama a una de las líneas, acude una unidad de rescate por ellas, que
coordinamos con la Secretaría de Seguridad Pública del estado y a través de
esta unidad de rescate, es que nosotros extraemos a las mujeres y a sus hijos y
las resguardamos”, informa Melissa Vargas.
En estos centros, las mujeres en situación de violencia extrema reciben
atención multidisciplinaria que incluye asesoría y acompañamiento legal,
terapia psicológica especializada, servicio médico, hospedaje y alimentación,
así como un área escolar y actividades recreativas para sus hijos, además se
les brinda vinculación y capacitación laboral, a fin de dotarlas con las
herramientas que les permitan empoderarse y mejorar su calidad de vida.
“Nunca es tarde para poder despegarse de esta situación, que hay instituciones
como el Consejo Estatal de la Mujer y Bienestar Social, que apoyan a las
usuarias en todos los aspectos para que ellas puedan cambiar esa situación y
sobre todo, cuando ellas tienen hijos que no puedan replicarse esas situaciones
de violencia en ellos, porque son el futuro de nuestra sociedad”, puntualiza la
Directora de uno de estos refugios.
En 2019, CEMyBS inició con un programa de egreso para dar seguimiento al
proceso de reinserción de las víctimas, a través del cual se les brinda apoyo
para rentar una vivienda, además se realizan los trámites para que sus hijos
regresen a la escuela y los trámites para que puedan acceder a programas o
servicios sociales, así como medidas de protección en caso de que el agresor no
se encuentre privado de su libertad.
Cabe destacar que en caso de no contar con redes de apoyo, las mujeres que egresan
pueden acudir a la Casa de Transición, donde se les brinda apoyo hasta por un
año más, además se les busca un empleo y siguen contando con el apoyo
psicológico y legal para cada uno de sus casos.