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Ofrecen Pueblos con Encanto turismo cultural a quienes visitan el Estado de México

• Tienen distintos destinos origen, identidad, diversidad y tradiciones.
• Destacan el Museo Virreinal, Acueducto del Padre Tembleque y la Casa Museo Gonzalo Carrasco, entre otros.

Acolman, Estado de México, 6 de mayo de 2023. A través del turismo cultural se conocen, comprenden y disfrutan origen, identidad, diversidad y tradiciones de los destinos; por ello, el Estado de México invita a visitantes nacionales y extranjeros a recorrer la riqueza cultural con la que cuentan sus Pueblos con Encanto.
 
En Acolman se ubica el Museo Virreinal, el cual está alojado en la Parroquia y exconvento de San Miguel de Hipona, en el que las y los turistas pueden recorrer el hermoso edificio, cuya planta baja alberga el portal de peregrinos, la portería, la cocina, el refectorio, el ante-refectorio y los claustros mayor y menor.
 
En la planta alta se pueden admirar las celdas, la galería poniente, los claustros mayor y menor, la sala capitular, la capilla abierta y la biblioteca, entre otros espacios.
 
El templo, abierto al culto, cuenta con una cruz atrial de cantera labrada conforme al estilo tequitqui. La fachada del exconvento es una joya arquitectónica de estilo plateresco.
 
La Hacienda Panoaya, en Amecameca, fue hogar de Sor Juana Inés de la Cruz, de los tres a los ocho años de edad. Dentro se encuentra el Museo que lleva su nombre, en el que se puede admirar las habitaciones, el jardín y la capilla.
 
En este Pueblo con Encanto también se ubica el Señor del Sacramonte, construido sobre ruinas piramidales prehispánicas, específicamente, donde se encontraba un teocalli y un adoratorio dedicado a Tezcatlipoca.
 
El cerro donde se encuentra la iglesia sirve como un mirador natural desde el que se puede observar el poblado de Amecameca y disfrutar de la hermosa vista a los volcanes Iztaccíhuatl y Popocatépetl.
 
Axapusco, Nopaltepec y Otumba comparten el Acueducto del Padre Tembleque, nombrado Patrimonio Cultural de la Humanidad el 5 de julio de 2015, y erigido en 1554, construcción que duró 17 años, hasta 1571, por 40 comunidades indígenas.

Esta magna obra facilitó llevar agua a pequeñas poblaciones del yermo Altiplano mexicano, ubicadas entre los actuales Estado de México e Hidalgo.
 
En Otumba disfrutarán de la Casa Museo “Gonzalo Carrasco”, inmueble edificado, en el siglo XIX, conocido como el portal del Fénix, lugar de nacimiento del sacerdote jesuita y pintor, Gonzalo Carrasco Espinosa.
 
Destacan al interior la “Virgen de la Concepción” óleo sobre lámina de Nicolás Enríquez, atuendos litúrgicos y el estudio del artista. Quienes son apasionados a coleccionar monedas antiguas, encontrarán una colección cuidadosamente seleccionada que datan del año 1863 al 1925.
 
Sultepec cuenta con un Museo municipal en la Casa de Cultura. En este espacio las y los visitantes encontrarán información sobre la conquista de Sultepec, su importancia minera, su participación durante el movimiento de Independencia, la Suprema Junta Nacional Americana, el periódico Prospecto al Ilustrador Nacional y la etapa en la que el municipio fue capital de la entidad.
 
Tepetlixpa es un destino que se distingue histórica y culturalmente porque en el año de 1648 nace Sor Juana Inés de la Cruz en la localidad de Nepantla. En ésta se construyó el Centro Regional Cultural Sor Juana Inés de la Cruz y Museo Casa de Juana Inés con teatro al aire libre, auditorio, paseo escultórico, museo, biblioteca y cafetería que pueden recorrer visitantes nacionales y extranjeros.
 
Temascalcingo alberga el Centro Regional de Cultura que se aloja en lo que fuera la casa natal del insigne paisajista de fama mundial José María Velasco. Es un espacio dedicado a la difusión y la enseñanza de las bellas artes.
 
En Zinacantepec es imperdible que visitantes nacionales y extranjeros recorran y admiren el Museo Virreinal, ubicado en un exconvento franciscano del Siglo XVI, cuenta con una pila bautismal, construida en 1581, se trata de la escultura monolítica más grande en su tipo, la cual muestra una narrativa religiosa de arte tequitqui, que da cuenta del sincretismo franciscano e indígena de esa época.
 
El museo reúne una colección de arte sacro y un gran acervo documental, en el que se expone el desarrollo religioso, político y social de la época.