Ouróboros es la serpiente que se come la cola, y me parece que es una buena metáfora de la situación política en la que nos encontramos los independentistas catalanes, inmersos en unas negociaciones con Pedro Sánchez (PSOE)
Una situación que gira entorno de la amnistía de los independentistas encausados, teniendo como referente remoto la aplicada en 1977, que dejó impunes los crímenes de los vencedores del sublevamiento ilegal y sanguinario de 1936, a cambio, perdonar a los vencidos, a los republicanos leales y legales, así como a los demócratas que intentaron boicotear, mínimamente, al régimen franquista.
Y ahora, con la nueva posible amnistía, se reconocerá el derecho de los independentistas para efectuar un referéndum legal y democrático, dejando en evidencia desde el rey hasta las bases del unionismo español más integrista (incluidos Felipe González, Alfonso Guerra, etc.), que verán que históricamente quedarán en evidencia, y por eso, están tan cabreados. Pero los independentistas no debemos ser incautos, seguro que esa amnistía nos cerrará las puertas a futuros intentos. Esto lo tengo clarísimo. El estado no es tan ‘inocente’ como para quedarse ‘desamparado’.
A pesar de esto, esta amnistía, por más que Pedro Sánchez la limite e intente contextualizarla bajo la gran mentira de la convivencia, dejará en ‘pelotas’ a todo el estado español.
Pero el estado español está doctorado en mentir y tergiversar la historia a su beneficio, como podemos ver por los siguientes ejemplos:
Hoy, 31 de octubre, hemos tenido una de esas parafernalias que montan para adoctrinar a la ciudadanía, como hemos visto con el juramento de la princesa Leonor, al cumplir los 18 años, y, como muy bien comenta Joan Rovira:
‘Ya se ha puesto en marcha, hace tiempo, la edulcorada maquinaria mediática de los cortesanos y súbditos. Día a día va subiendo el nivel de peloteo, genuflexión babeante y sumisión medieval a la monarquía. Desde los excesos de entusiasmo (del estilo de Leonor se casa con la constitución, como si fuera una especie de monja-soldado) hasta fantasías tronadas: por ejemplo, inventar una Generación Leonor, para aproximarla al pueblo, como si fuera una más entre la ciudadanía extasiada y rendida a sus pies.
Pero no nos engañemos con tanta dulzura y tanta anestesia. El juramento de la Constitución y el juramento de la bandera han estado diseñados como ceremonias militares. Pura escenificación de poder, de una monarquía disfrazada de constitucional y parlamentaria, cuando en realidad es una monarquía militar, que borbonea escondida entre las sombras del estado y juega un papel decisivo en la política, justo donde no debería tener ningún papel. El rey español reina, manda y gobierna. Y encima es el jefe supremo del ejército, por si alguno no lo había entendido: el ejército es suyo y no del gobierno, que simplemente paga las facturas y las nóminas.
(…) Saben que el pueblo castellano, a diferencia de catalanes, valencianos, mallorquines, vascos y gallegos, caerá rendido a los pies de la futura reina vestida de uniforme militar. Saben que en su reino no hay republicanos de verdad, solo de fachada. Y los otros republicanos, los de las tierras colonizadas, los tienen de momento muy reprimidos, peleados y despistados’
(Joan Rovira, https://elmon.cat, 29 de octubre del 2023)
Otra forma de reescribir la historia, es la que hemos visto hoy, por parte de la conferencia episcopal española, presidida por el cardenal y arzobispo Joan Josep Omella i Omella, que, tras estudiar durante unos días el informe del defensor del pueblo (que ya comenté hace unos días) sobre la pederastia dentro de la iglesia católica española, pues ha dicho que pedían perdón, pero que no asumen dicho informe, que las cifras no son correctas, que están muy exageradas, que no tienen fundamento, y que cree que muchas opiniones fueron efectuadas con el fin de engañar y perjudicar a la iglesia; máxime, cuando la mayor proporción de los abusos sexuales se producen en el interior de las familias.
Es decir, como en el caso de la amnistía de 1977, ahora, la conferencia episcopal, en lugar de asumir su responsabilidad como culpables, se muestran como víctimas, y ponen en marcha el ventilador para esparcir la mierda por toda la sociedad.
Y en esta mezcolanza de ideas patrióticas para despistar a los ciudadanos, vemos otro claro ejemplo de manipulación del momento. Me refiero a la foto que finalmente accedió efectuar Pedro Sánchez, enviando a visitar a Carles Puigdemont, en Bruselas, al número 3 del PSOE, al secretario de organización, Santos Cerdán.
Realmente, es un éxito de Puigdemont, que exigía ser reconocido como interlocutor, y así, si tras 6 años de exilio, considerado como un fugado, un loco excéntrico y desconectado de la realidad, hemos visto que la Moncloa ayer trataba por email a Puigdemont como ‘president’, y le ha enviado esa comisión.
Pero, deteniéndonos en esta foto, pues de la reunión sólo ha trascendido, de ambas partes, que fue muy fructuosa y cordial (¿debían pensar que Puigdemont les maltrataría?), es preciso señalar:
Que nunca, nunca, Pedro Sánchez se ofrecerá en persona, a ser fotografiado con Puigdemont; y eso demuestra su falsedad y escasa talla política, ya que incluso en los acuerdos del Viernes Santo en Irlanda (1988), nadie se negó a ser fotografiado con sus interlocutores (como puede verse con Tony Blair, Gerry Adams, David Trimble, etc.).
Envió al número 3 de su partido, una persona totalmente desconocida y de nula relevancia política, más allá de la orgánica de su partido. Y eso es así, ya que Pedro Sánchez, como ‘líder’ absolutista, tiene a su partido ‘atado y bien atado’. Nadie destaca, ni tiene ideas propias. Todos hacen de monosabios. Buena prueba de ello es que nadie conoce que el número 2 del partido es la ministra de hacienda, María Jesús Montero, vicesecretaria general del partido.
Otro detalle es que en la salita de reuniones había una gran fotografía mural del 1 de octubre del 2017, el día del referéndum; cuando, en la reunión de hace un par de años con el president de la Generalitat del momento, Quim Torra, el equipo de Sánchez hizo cambiar las flores ponsetias amarillas por otras rojas, para evitar la ‘reivindicación’ de los presos políticos que simbolizábamos con el color amarillo (lazos, banderolas, etc.)
Pero el detalle fundamental, me parece, fue la asistencia de Iratxe García, portavoz del PSOE en el parlamento europeo. Esa ‘señora’ fue extremadamente belicosa contra el presidente de la cámara, David Sassoli, que había decidido aceptar, en diciembre del 2019, las condiciones de eurodiputados de Carles Puigdemont y Toni Comín. Y, según los medios del momento, Iratxe García pidió una entrevista previa a Sassoli, y esa ‘señora’ perdió los papeles, llegando a gritar a Sassoli: ‘No puedes hacer eso, a España’, ‘¿Te das cuenta de lo que estás haciendo?, y, de la rabia que tenía, como explicó Jean Quatremer, de Libération, uno de los periodistas de más prestigio de Bruselas, esa ‘señora’, como digo, llegó a tirar sus papeles a los pies de Sassoli.
Pues bien, esa ‘señora’, ayer tuvo que asistir, comiéndose su propio cabreo, a la reunión, junto a Javier Moreno, también del grupo socialista en el parlamento. Y ante la fotografía que ella misma (junto a Ciudadanos) hizo quitar, censurándola de la exposición del vestíbulo del parlamento.
Para finalizar el análisis de esa reunión, es preciso señalar que la fecha de la misma, planificada por Puigdemont, por tratarse del sexto aniversario de su exilio, fue aceptada por Sánchez, ya que sabía que hoy, todos los medios de comunicación están centrados en la princesa Leonor, como he comentado. Y eso, para Pedro Sánchez, es un salvavidas mediático.
Y volviendo a esas negociaciones, me repito de nuevo, ya que negociar con un tahúr como Pedro Sánchez, es un peligro, pues no es de fiar.
Lo hemos visto con la negociación para el reconocimiento de las lenguas minorizadas en el parlamento europeo. Mucha ‘diplomacia’, pero nulos resultados.
Otro ejemplo de incumplimiento, lo hemos visto con la exigencia de Carles Puigdemont, de rectificar la consideración del movimiento independentista catalán, como terrorista. Consideración que impuso el año pasado Pedro Sánchez, y que la Europol incorporó, a petición del gobierno español.
Pues bien, hace un mes, el gobierno español envió una carta pidiendo formalmente la retirada de las alusiones al independentismo catalán del apartado de terrorismo.
Pero vemos ahora, que Pedro Sánchez solicitó la modificación a medias, pues la nueva versión del informe sobre el terrorismo europeo, publicado el pasado 26 de octubre, mantiene la misma redacción estigmatizadora con el independentismo, pues el cambio efectuado ha sido mover los dos párrafos que hacían referencia, que antes aparecían dentro del apartado ‘terrorismo etnonacionalista y separatista’ y ahora están en el apartado ‘extremismo’. Pero se mantienen los párrafos, que empiezan: ‘En España, los movimientos independentistas catalán y vasco son actualmente los más activos y violentos de la escena del separatismo español’.
(fuente: Arnau Lleonart, Vilaweb, 31 de octubre del 2023)
Creo que este ejemplo, debe remachar el clavo de la desconfianza. Un personaje como Pedro Sánchez, que hace los movimientos de forma estudiada, con el máximo eco mediático, pero, en realidad, hace las cosas a medias, como hemos visto con el catalán en Europa, con la desclasificación a medias en la citada lista de la europol, etc.
Por eso, ¿quién se puede fiar de la amnistía que pueda preparar Pedro Sánchez? Sabemos que pacta y acepta con Carles Puigdemont, determinadas cosas, pero no las lleva hasta el final, juega con el tiempo para ir anestesiando los temas, pero manteniendo, en última instancia su posición inicial.
Y viendo el antecedente de la amnistía de 1977, que exculpó a criminales franquistas, pero dejó al margen a los militares democráticos de la UMD, ¿podemos confiar que la amnistía, al final, no tendrá también sus trucos?
Sabemos que siempre hay letra pequeña, que es la realmente importante, y, claro, teniendo en contra a todo el estado, esa letra pequeña será la válvula a la que se acogerán los jueces para torpedear la amnistía. Y, si finalmente, el trámite parlamentario se hace por la vía ordinaria, que podrá durar meses o años, veremos que, al final, puede acabar en nada.
Así, Pedro Sánchez habrá conseguido la investidura a cambio de nada o de muy poco.
Y Carles Puigdemont, si acepta esos trágalas, verá que su capital político se pondrá en entredicho, que es lo que realmente busca Pedro Sánchez, pues sabe que comportará divisiones, y los independentistas acabaremos canibalizándonos, y que el movimiento independentista, acabará implosionando, hasta desaparecer.
Por todo esto, de cada vez tengo más claro que Carles Puigdemont no debe caer en la trampa, no puede investir a Pedro Sánchez. Y confío que no lo haga, pues el president, por experiencia, dijo en un twitter que ‘nunca se arriesgaría a comprar un coche de segunda mano a Pedro Sánchez’. Pues bien, en estas estamos. Si no somos capaces de cobrar por anticipado, a un trilero que controla el reloj y la banca, dejemos de marear la perdiz.
Sabemos que las cosas deberían ser muy claras. Para Aristóteles (384 a. C. – 322 a. C.), lo verdadero y lo falso se da en el juicio, el enunciado ‘A es B’, encierra una verdad y una falsedad en función de la realidad. Así, en cuanto se refiere a las monedas, señaló que un disco de plomo, como tal, es perfectamente verdadero, pero como moneda (no siéndolo) es falso.
Sabemos que el poder se sirve de la mentira para existir, como el engaño a los indígenas americanos, de intercambiar cristales por oro, y eso es lo que pretende Pedro Sánchez.
Y, a la vez, introducir la amnistía como si fuera el caballo de Troya, para acabar de aniquilarnos a los independentistas, como he comentado más arriba.
Gilbert Keith Chesterton (1874 – 1936) dijo que ‘nadie abandona mediante razones una creencia a la que no ha llegado mediante razones’. Pues exactamente es eso, el estado español se basa en la creencia sacrosanta de la unidad de su España. Así que nunca, y nunca es nunca, aceptará racionalmente abandonar esas creencias.
Y, Pedro Sánchez, el narcisista saltimbanqui, es capaz de vendernos cuatro cristales, cuatro baratijas, a cambio de humo, pues nunca irá ni hará nada contra su estado y su rey; y las ‘posibles promesas’ de mejorar la financiación, traspasar la red de trenes de cercanías, etc., como sabemos, nunca se materializarán. Posiblemente se incluyan en los presupuestos, pero, como sabemos, su ejecución efectiva nos dejará como estábamos, sin ninguna mejora sustancial.
Así que estoy convencido que Junts no debería investir a Pedro Sánchez, salgamos de la trampa del estado ouróbico.
Mejor volver a votar, pues la amnistía, beneficia e interesa más al estado que, de ese modo, se librarán de la repulsa del TJUE.