· Marco Antonio Marín lidera a una brigada de 10 elementos, entre ellos está su hijo, quien apenas con 18 años protege con valentía las zonas boscosas del Estado de México.
· Los jóvenes se suman a esta labor y se preparan para incorporarse en las nueve regiones forestales.

METEPEC, Estado de México. – La historia de Marco Antonio Marín Marín, Jefe de Brigada de la Protectora de Bosques del Estado de México (Probosque), con 34 años de servicio, y de Marco Antonio Marín Casimiro, novato de 18 años, no es solo del relevo generacional en la ardua tarea de proteger a los bosques del fuego, es una historia de valor, resiliencia y amor por la naturaleza.
Ambos, padre e hijo, tienen en común haber tomado a temprana edad la decisión de sumarse al personal de Probosque.
“Yo entré el 8 de octubre de 1990 y a la fecha todavía permanecemos aquí y pues experiencias así bueno o sea que, he tenido sustos; la lumbre a veces me ha querido acorralar, he visto caer a compañeros y realmente no es fácil”, señala Marco Antonio Marín Marín, responsable de guiar a 10 elementos de su brigada, entre ellos a su hijo.
Ahora, gente joven se ha incorporado a esta labor y se prepara para relevar a los brigadistas de mayor edad en las nueve regiones forestales que la dependencia tiene en Texcoco, Naucalpan, Jilotepec, Toluca, Valle de Bravo, Coatepec Harinas, Atlacomulco, Tejupilco y Amecameca.
“Me inicié porque mi papá pertenece aquí a esta corporación de Probosque y a mí me empezó a llamar la atención desde niño y de grande quise ser como él y ahorita ya llevo un año. Cuando recién entré, estuvo algo pesado, no tenía condición y ahorita ya la estoy agarrando”, explicó Marco Antonio Marín Casimiro.
A su corta edad y oriundo de Villa Victoria, municipio con vocación forestal, Marín Casimiro es uno de los jóvenes que se han incorporado a Probosque para contribuir a la preservación forestal.
Ambos están conscientes del peligro y riesgos que implica este trabajo, por ello, una de las mayores preocupaciones del jefe de la brigada es extremar las medidas de seguridad para su gente y su hijo en cada una de las incursiones.
Marín Marín indica que, frente a un incendio forestal, se debe hacer, en primer lugar, un reconocimiento del terreno y valorar el fuego, partiendo de factores como la hora del día, la dirección del viento, el tipo de combustible y la topografía.
Luego, agrega, se debe hacer una estrategia de cómo combatir el incendio, tomando todas las medidas de seguridad, y si no se puede con una sola brigada, solicitar más apoyo. Además, es importante definir una ruta de escape hacia dónde ir en caso de un cambio intempestivo en el comportamiento del fuego.