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Pedro Sánchez: ‘consejos vendo y para mí no los tengo’

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

El mencionado refrán, citado en el Quijote, hace referencia a otro refrán: ‘consejos sin ejemplo, letras sin aval’, es decir, una actitud propia de quien da consejos a los demás, pero no los toma para sí o no sabe resolver sus propios problemas.

Y es una nueva vergüenza que el tahúr Pedro Sánchez, vuelva a lucir sus ‘habilidades’ de impulsivo tramposo; y, el colmo, es que ERC vuelva a picar el anzuelo.

Es penoso ver que ahora, Pedro Sánchez haya pactado con ERC, en la mesa de diálogo descafeinada, el compromiso de pedir al parlamento europeo el uso de las lenguas cooficiales en España: catalán, euskera y gallego, pero no como lenguas oficiales, sólo como lenguas de uso, ofreciéndose a pagar los costes de traducción.

Esa ‘mesa de diálogo’, en lugar de tratar los temas para la que se constituyó, es decir, solucionar el problema político entre Catalunya y España, mediante un referéndum de autodeterminación acordado; se limita a tratar temas menores para los que ya hay otros foros de debate; por eso digo que está descafeinada, devaluada, desprestigiada. Es un vagón en una vía muerta, por mucho que sus patrocinadores quieran venderla como estuvieran negociando la carta universal de los derechos humanos de la ONU; cuando todos sabemos que les falta la categoría de estadistas y de liderazgo.

Centrándonos en el tema de la lengua:

‘La petición de lengua de uso puede quedar en un cierto limbo, ya que, en teoría, esta posibilidad existe desde 2005, pero con una operatividad por parte de ningún estado prácticamente nula. En todo caso, el gobierno español podría perfectamente pedir al Europarlamento que fueran reconocidas como lenguas oficiales y no lo hace, porque la oficialidad tiene poco que ver con la importancia del idioma y su número de hablantes, sino que tiene que ver con la consideración que le dispensa cada estado y es ahí donde radica el quid del problema.

Porque ¿cómo puede pedir el uso en el Europarlamento cuando se lo niega en el congreso de los diputados y en el senado? ¿Se puede impedir en Madrid y solicitarlos a Bruselas y Estrasburgo? Claro que no. En esa diferente vara de medir se explican, a la perfección, las insuficiencias de la propuesta española y el postureo de quienes cierran a cal y canto el reconocimiento en España de un estado plurilingüe, pero que, por necesidad, acaban abriendo mínimamente una puerta para que no sean acusados de inmovilismo’

(José Antich, director de elnacional.cat, 16 de setiembre del 2022)

Y esa falta de reconocimiento de las lenguas parte del inicio, pues el pecado original está en la constitución española, ya que en el artículo 3, se dice:

3.1 – el castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla.

3.2 – las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas comunidades autónomas de acuerdo con sus estatutos.

3.3 – la riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección.

Es decir:

  • Diferencia entre el deber de conocer el castellano, pero no de las otras lenguas, que queda como opcional.
  • No se atrevieron ni a citar las lenguas, somos ‘otras lenguas españolas’, y por eso, en el escrito que ha enviado el ministro de exteriores a la UE, se refiere, también, a ‘las otras lenguas españolas’. Todo es posesión española, todo, la lengua, el territorio, los ciudadanos de las autonomías, todo es español, como bien dice la canción ‘Torna, torna Serrallonga’ (Vuelve, vuelve Serrallonga), de Esquirols: ‘que la encina nos quemarán, que nos arrancarán las piedras, que la tierra nos robarán’.
  • Y el último punto ya nos reduce a una curiosidad antropológica y folclórica, contrapuestas al castellano, que los unionistas llaman español.

Es vergonzoso que en la UE el catalán sea despreciado el catalán, a pesar de:

‘que no existe ninguna otra lengua de las dimensiones, vitalidad, peso económico, fuerza de atracción y representatividad legal y simbólica como la del catalán que no sea plenamente oficial en Europa, pues la voluntad política de los sucesivos gobiernos españoles ha provocado que el idioma siga estando discriminado hoy día.

(…) Con respecto a las lenguas oficiales, no dependen del número de hablantes, sino de la importancia que les da cada estado, como muestra que una de ellas es el gaélico irlandés, que tiene pocos hablantes. Los otros idiomas oficiales de la UE son el inglés, el alemán, el castellano, el croata, el danés, el eslovaco, el esloveno, el estonio, el finés, el húngaro, el italiano, el letón, el lituano, el maltés, el neerlandés, el polaco, el portugués, el sueco, el checo, el búlgaro y el rumano’

(Plataforma-llengua.cat/nooficials)

Y más penoso todavía, es ver que ese posible ‘logro’, ERC intentará vendérnoslo como un gran triunfo. Y es verdad que todo avance en el reconocimiento de nuestra lengua es importante, pero la mesa de diálogo no está para esto, ni nos queremos contentar con esas bagatelas.

Es preciso señalar varias cosas al respecto:

  • Para no ser acusado de favorecer a los catalanes, Pedro Sánchez hace extensiva la petición a las tres lenguas cooficiales.
  • Pedir la limitación a ‘lengua de uso’, pero no oficial, es utilizar una puerta trasera apenas visible, ya que ninguna documentación se redactará en estas tres lenguas, aunque los parlamentarios puedan usarlas en sus exposiciones.
  • Es preciso señalar que, en el año 2005, José Luis Rodríguez Zapatero ya efectuó esa misma petición, y la respuesta de la UE fue que, no siendo lenguas oficiales en España, y, por lo tanto, no utilizarse en el congreso y senado españoles, no había motivo para ser aceptadas en el parlamento europeo. 

Así que, en definitiva, se trata de un nuevo fuego de artificios de Pedro Sánchez, ya que, en el caso remoto de que, por una vez, la UE actuara con un mínimo sentido político, y aceptara su ‘uso’, no dejaría de ser una nueva muestra de las trampas que los occidentales utilizamos al llegar a nuevos territorios, como América, por ejemplo, intercambiando espejos y cuentas de vidrio y otras bagatelas, por el oro y piedras preciosas de los nativos.

En nuestro caso, las bagatelas: cascabeles, cuentas de colores y los espejitos, serían a cambio de lo más preciado: el referéndum de autodeterminación acordado.

Y como he dicho, nuestros políticos, orgullosos, nos mostrarán los cascabeles y espejos, como un gran logro nunca alcanzado en la galaxia; y eso les auto-justificará en su política negociadora y en su propio ‘destino en lo universal’ (vieja rémora franquista).

A mi modo de ver, si fueran honestos, y tuvieran un mínimo de ética, actuarían como el sabio sufí del siguiente cuento, y no perderían el tiempo en cosas accesorias:

‘Ocupaciones

Érase una vez un sufí a quien se le acercó un erudito de una devoción incomparable, célebre por el meticuloso cumplimiento de sus deberes externos. Este hombre le dijo al sufí:

Observo que no se te ve en las oraciones públicas.

Así es, respondió el sufí.

El hombre continuó: vistes ropas corrientes y no las túnicas de varios colores que utilizan muchos sufís.

Cierto.

Y no te reúnes con otras personas para debatir acerca de la espiritualidad; raramente te vemos con un rosario en la mano. Nunca te refieres a los grandes maestros, y en apariencia no te atraen las personalidades santas, prosiguió el hombre.

Cierto, muy cierto, confirmó el sufí.

¿Puedo preguntarte por qué?

El sufí respondió: porque ocuparme demasiado en tales cosas interferiría con mis actividades espirituales’.

(https://www.revistadelauniversidad.mx)

Y nuestros políticos deberían, asimismo, dejar de tratarnos como si fuéramos niños, como Nasrudín en el siguiente cuento:

‘Tener la razón

Una pareja llegó ante Nasrudín, magistrado del lugar.

La mujer presentó sus argumentos y Nasrudín le dijo: Señora, usted tiene la razón.

El marido argumentó: Pero, Nasrudín, aún no ha escuchado mi punto de vista. Después de presentarlo, Nasrudín le dijo: Señor, usted tiene la razón.

Otro magistrado que estaba ahí dijo: Nasrudín, ambos no pueden tener la razón. Y Nasrudín, dictando sentencia, le dijo al magistrado: Usted también tiene la razón’

(https://www.revistadelauniversidad.mx)

Deberían tratarnos como adultos, no engañarnos más.

Somos conscientes de la dificultad que comporta romper con España, un estado corrupto y poderoso, con ‘sobrada fuerza bruta’ (como dijo Miguel de Unamuno, que cité en mi escrito de ayer); pero estamos hartos de falsas promesas y engaños. Si son incapaces o no tienen la valentía precisa, que se vayan a casa, que dejen de marear la perdiz, pues, volviendo con Unamuno, así no nos convencerán.

No queremos seguir así, gestionando una autonomía de cada vez más debilitada e infradotada económicamente y no queremos negociar bagatelas.

Por eso, en mi estado pesimista actual, viendo lo que tenemos, sólo me queda esperar unos días, confiando que el 1 de octubre, el quinto aniversario del referéndum del 2017, sea, efectivamente, una inflexión, como dijo la ANC; y si ese día, únicamente queda reducido a un mero folclore más, a una nueva performance, sinceramente, lo daré todo por perdido.

Eso sí, me gustaría que los políticos independentistas, los ‘negociadores’ y los ‘conllevantes’, al final, tengan el pudor de mirarse en los espejitos que les ofrezca el mago Pedro Sánchez, y seguro que, al mirarse, verán el ‘lado oscuro’.