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Pedro Sánchez culpable de asesinato

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

En mis escritos he criticado mucho a Pedro Sánchez, acusándole de múltiples actuaciones, de promesas incumplidas, de pensar sólo en sus propios intereses, etc.; pero, hasta el presente escrito no he utilizado una acusación tan grave.

Y esta acusación es debida a la forma de responder y frenar a los inmigrantes en la frontera de Melilla; tema que ya comenté y critiqué, tanto el hecho en sí, como la forma de justificación que al respecto ha ido haciendo Pedro Sánchez, aprobando la actuación de las fuerzas marroquís y española. Y diciendo que los responsables son las mafias.

Es verdad que la UE, y sus portavoces, si bien han lamentado los fallecidos (ya es un paso mejor que Sánchez), en el fondo, han justificado la defensa de las fronteras; dando, así, una cierta cobertura a Sánchez. Por ejemplo, Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, ayer, desde la reunión del G-7, tuvo la inmoralidad de declarar: ‘Apoyamos totalmente los esfuerzos de España y otros países en primera línea para proteger las fronteras de la Unión Europea’.

Europa hace años que ha externalizado el ‘control’ de las fronteras molestas, a países como Turquía; y ahora España ha externalizado el control de la frontera con Melilla, permitiendo que fuerzas marroquís entrasen en territorio español, para cazar, como si fueran animales, a los que habían pasado, y regresarlos a Marruecos (obviando los mandatos de la ONU sobre las ‘entregas en caliente’).

Es una muestra de hipocresía total, los gobiernos europeos no quieren mancharse las manos con sangre, y por eso pagan para que se las ensucien otros.

Pero eso no elude su responsabilidad, por mucho que su hipocresía sea mayúscula.

Dejar que se ahoguen centenares, miles, de personas en el Mediterráneo, que refugiados sirios lleven más de diez años en campos de concentración infrahumanos, que haya miles y miles de sud-saharauis en las fronteras de Ceuta y Melilla, que, después de recorrer miles de kilómetros para huir de la muerte en sus propios países, esperan la ocasión para saltar el último obstáculo nada fácil (concertinas, palizas, etc.); y que todo esto pase, y nadie se altere. Que los europeos sigamos considerándonos el faro de la democracia, no deja de ser todo un engaño.

Por todo eso, todos somos culpables de asesinato. Unos por acción directa, otros por omisión, otros por votar a gentuza inmoral, sin principios que, al mismo tiempo, mantienen el doble discurso, de ayudar a los ucranianos con el argumento de defender la democracia, pero machacan a los africanos sin ningún pudor.

En el caso reciente de Melilla, con más de 40 asesinados, y muchos más que morirán, por las heridas sufridas, y que no sabremos, ya que Marruecos rápidamente los entierra, para ‘olvidar’ lo que ha pasado, sin que se pueda investigar nada. Pues bien, en este caso concreto, Pedro Sánchez, como mínimo, es cómplice de ese asesinato.

El código penal español, en el art. 29, define el cómplice como ‘aquel que coopera en la ejecución de un hecho mediante la realización de actos anteriores o simultáneos, que contribuyan al mismo y que no puedan ser catalogados como autoría, inducción o cooperación necesaria’.

Pues bien, a mi entender, Pedro Sánchez tiene las manos manchadas de sangre, ya que supera la complicidad, ya que ‘quizás’ las fuerzas españolas no sean las autoras (cosa que debería ser analizada, vistas las declaraciones de Sánchez, defendiendo la represión, y sin empatía con los heridos y muertos), pero la inducción y colaboración necesaria, es evidente, pues dejar entrar en territorio español a las fuerzas marroquís, cae en esas figuras delictivas, así que no se salva de los eximentes del art. 63, para el mero cómplice.

Y, además, ese hecho muestra las mentiras del citado Pedro Sánchez, que tras la tragedia del Tarajal del 2014 (Ceuta), en la que el ejército (legión y regulares), la policía y guardia civil españolas, bajo el gobierno de Mariano Rajoy (PP) mataron a 15 inmigrantes, y que la justicia archivó, sin más. Y, en ese momento, Pedro Sánchez, líder de la oposición, a la pregunta de qué ministerio sobra, respondió: ‘falta más presupuesto contra la pobreza, la violencia de género … y sobra el ministerio de defensa’ (www.elindependiente.com)

Y otra muestra la tenemos en uno de sus primeros actos de gobierno, y que el mismo Pedro Sánchez reflejó en su libro ‘Manual de resistencia’ (2019), tras acoger el barco humanitario Aquarius (que Italia y Malta se negaban a acoger), escribió: ‘El haber salvado la vida a las 630 personas del Aquarius hace que valga la pena dedicarse a la política (…) podíamos haber mirado para otro lado, como ocurre con demasiada frecuencia respecto al tema de las migraciones (…) pero decidí actuar en favor de los necesitados’. (Pero, unos meses después, impuso todas las trabas posibles al Open Arms, para evitar su salida. Ya había sido doblegado, confirmando que el poder corrompe)

Es preciso recordar, asimismo, que según declaró el propio ejecutivo español, Pedro Sánchez, y los ministros de defensa e interior, habían sido espiados por el programa Pegasus; si bien no desveló quién era el autor del espionaje, todo apuntó a Marruecos, como corroboró que ese país conociera que el líder saharaui Brahim Gali, fuese hospitalizado en Logroño, con todas las medidas de seguridad e identidad falsa, para evitar filtraciones.

Todo ello comportó la traición del gobierno de Sánchez, regalando el Sáhara Occidental, a Marruecos, rompiendo, así, el tratado político con la excolonia, apoyado por la ONU. Y esa ruptura, publicitada por Marruecos, al hacer pública una carta de Sánchez, fue la cereza del pastel, ya que ni el citado Sánchez tuvo la entereza de hacerlo público, quizás pensaba que no se sabría. Posteriormente, ‘justificó’ ese cambio político, para defender las fronteras. Pero, ahora se ha visto, que no sirvió ni para eso.

Lo que nunca sabremos, qué información captó el programa de espionaje Pegasus, para chantajear a Pedro Sánchez, que incluso llega a ‘justificar’ las muertes que nos ocupan.

Todos sabemos que no es lo mismo estar en la oposición que ejercer de presidente, pero, no olvidemos, que Sánchez es jefe del ejecutivo desde el 2018, y su libro citado, es del 2019, y, en ese momento, decidió acoger a los embarcados en el Aquarius.

Las declaraciones del 2014, sobre la disminución o eliminación del ministerio del ejército, del 2014, muestran su propia inconsistencia moral e intelectual. Y ahora, como sabemos, sólo sueña con aumentar el presupuesto de ese ministerio (recientemente la compra de aviones que cité en un escrito anterior), y total, para quedar bien de cara a sus socios, en especial para hacerse la foto con el presidente Biden.

Esta semana, con la reunión de la OTAN en Madrid, Pedro Sánchez trabajará para conseguirse un puesto internacional (quizás el de secretario de la OTAN, vista su tendencia), pues en el reino de España su ‘flor’ ya se ha marchitado, y todo apunta que el próximo gobierno será del PP.

En definitiva, sabemos que ni la fiscalía ni la justicia española investigarán nada; y el propio PSOE/PP frenarán cualquier comisión de investigación al gobierno. Así que tendremos que esperar a la justicia internacional.

Ayer, un compañero de Meridiana Resisteix, me comentó que había asistido a la manifestación realizada en Barcelona, contra los hechos de Melilla y en esa manifestación coincidió con Joan Tardà (ERC) y Gerardo Pisarelo (En Comú Podem), y les preguntó ‘¿cómo podían apoyar a un gobierno como el que tenemos?’, y Tardà respondió, enfadado, ‘vale’, y se dio la vuelta. Personajes así, que presentan una doble faceta, ir a la manifestación, pero no criticar…; como esta mañana, en una tertulia de RAC1, en la que Teresa Cunillera (PSC/PSOE), hasta hace poco delegada del gobierno en Catalunya, ha mantenido la única responsabilidad de las mafias que trafican con personas. Personajes así, lo único que hacen es mostrar su amoralidad, la defensa del statu quo, de sus privilegios. Pues, no tener empatía para ponerse TOTALMENTE en favor de los inmigrantes, es pura hipocresía.

Hace siglos que el reino de España nos ha mostrado que la sacrosanta unidad de España está por encima de todo, las personas no contamos, sólo valen los kilómetros cuadrados y los recursos. Felipe VI ya nos lo mostró con el ‘a por ellos’ (los independentistas catalanes) que promovió el 3 de octubre del 2017, Mariano Rajoy y Pedro Sánchez, imponiendo el art. 155, para destituir a nuestro gobierno y parlamento, y ahora, para no ser exhaustivos, Pedro Sánchez diciendo que la actuación efectuada en Melilla ha sido para defender la integridad territorial de Ceuta y Melilla (otra muestra de falta de rigor).

Como cité en un escrito anterior, al mencionar el libro del ex jefe del estado mayor de la defensa, Fernando Alejandre, obra titulada ‘Rey servido y patria honrada’ (2022), muestra, tal como comenté, que los auto-considerados constitucionalistas, son los primeros a incumplirlas, ya que la constitución especifica, en su artículo 1, que la soberanía reside en el pueblo. No dice nada que la soberanía dependa de los kilómetros cuadrados ocupados (aunque en el art. 8, diga que las fuerzas armadas deberán garantizar la integridad española). Pero, claro, todos sabemos las circunstancias en las que fue redactada la constitución, y qué personajes la hicieron posible. Y esta es una de las muchas contradicciones que tiene el texto.

Y, claro, todos somos hipócritas, nadie queremos sacrificarnos, todos pensamos que otros ya solucionarán el problema; que ya pagamos los impuestos, para solucionar estos problemas. Por ejemplo, en la puerta del supermercado al que voy a comprar, siempre hay un inmigrante africano, pidiendo, y nunca he visto que nadie le diera nada, ni yo. Y el otro día, vi que una señora muy mayor, de más de 80 años, le dio una moneda, y le dijo, ‘hoy sólo esto, mañana, si, puedo, más’. Y el inmigrante le contestó: ‘muchísimas gracias, para mí cualquier cosa, aunque sea poco, es mucho’.

Por eso, todos somos culpables (sobre el particular sería interesante releer el breve cuento de mi escrito de ayer), si seguimos votando a esos personajes a los que deberíamos desterrar de la vida política, ya es el momento de mostrar si realmente nos queda algo de ética y de moralidad.