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Pedro Sánchez embriagado de sí mismo

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

El narcisista Pedro Sánchez está tan cegado de sí mismo, de su ‘inteligencia y belleza’, que desprecia cualquier sentimiento ajeno, que no sea coincidente con el suyo. Se considera el máster del universo y por eso, desprecia a todos los ciudadanos; cuando, en realidad es un ‘mindundi’, una persona insignificante, si pierde el poder.

Y claro, estar borracho, ebrio, beodo, etc., de sí mismo (como narcisista extremo), es tan peligroso como estarlo por el alcohol o por cualquier otra sustancia adictiva, pues acaba teniendo alterada la percepción de la realidad.

Que esto le pase también a Felipe VI, no es nada extraño, pues es propio de la dinastía borbónica. Y, desgraciadamente, tampoco no es nada extraño que padezcan esa patología cognitiva los políticos y poderes españoles y ‘muy españoles’ (como decía el ‘premio Nobel’ Mariano Rajoy; premio que le darán, cuando los jueces españoles sepan quien es ‘M. Rajoy’)

Un ejemplo del ‘máster / mindundi’ Sánchez fueron sus declaraciones de ayer, 27 de febrero, en una entrevista a Telecinco, siguiendo su campaña electoral a costa de los presupuestos del estado, en las que dijo: ‘que fue una equivocación el desplante de Aragonès al Rey en el Mobile, ya que el presidente de la Generalitat evitó participar en el saludo protocolario al Rey durante la inauguración del Mobile World Congress en Barcelona, pues esta feria internacional es la que cuenta con un mayor respaldo institucional en España, un apoyo ‘sobresaliente’, que está liderado por el Monarca.’

Es preciso recordar, como señalé ayer, que Pere Aragonès no estuvo en la fotografía inicial del ‘besamanos’, pero sí en la posterior cena.

Respecto a las declaraciones de Sánchez, es preciso matizar diferentes aspectos:

  • Un rey constitucional no debe ni debería ser objeto de pleitesía; debería ser un ciudadano más, con ciertos privilegios (desgraciadamente), pero obligado a realizar neutramente su papel siguiendo las pautas constitucionales. Todo lo demás, es absurdo y obsoleto.
  • El rey, asimismo, no puede liderar nada, eso sería sobrepasar sus deberes.
  • Efectivamente, sabemos que esos papeles se los salta cuando quiere, como hizo con su desgraciado discurso del 3 de octubre del 2017, alentando el ‘a por ellos’ institucional; y, también, llamando a los presidentes de las principales empresas catalanas, para que se deslocalizasen de Catalunya.
  • Y, claro, los demócratas catalanes, independentistas o españolistas, nunca lo olvidaremos. Otra cosa son los catalanes españolistas no democráticos, que también abundan en Catalunya, desgraciadamente. Y espero que esa actitud y fascismo (por cuanto representa un desprecio de las minorías) más pronto que  tarde, el estado español lo acabe purgando.
  • En cuanto a Pedro Sánchez, opinar sobre los sentimientos ajenos, no deja de ser, también, una muestra de ese fascismo (hay que utilizar las palabras adecuadas).
  • Creer que por que desde la Moncloa se determine que el proceso catalán ya se ha acabado, que la situación actual es mejor que la del 2017, que ahora tenemos una concordia que no teníamos en la última década, no deja de ser más que otra prueba de prepotencia, una proyección de sus deseos alejada de la realidad.
  • Los afectos no se dictan a golpe de decreto, según conveniencias electorales (personales y partidistas), se han de ganar realmente. Y para ello, se ha de ser dialogante y empático, pero sabemos que el estado español, en su conjunto, desconocen estos términos, pues siguen impregnados por sus genes ‘conquistadores, ladrones e ignorantes’. 

Los dirigentes de todo tipo (políticos, empresariales, policiales, judiciales, etc.), deberían aprender de memoria y obrar en consecuencia con el siguiente fragmento:

‘Si ordeno a un general que vuele de flor en flor como si fuera una mariposa, que escriba una tragedia o que, de pronto, se transforme en un ave marina y no lo hiciera, ¿quién estaría en falta, él o yo?

Vos, contestó el Principito, con tono seguro.

Correcto. Se debe pedir a cada cual, lo que está a su alcance realizar. La autoridad posee un primer sustento, que es la razón – dijo el rey –

De tal forma que si ordenas a tu pueblo arrojarse al mar, seguramente éste se inclinará a una revolución. Me creo con el derecho de exigir obediencia ya que mis órdenes están dentro de lo razonable’.

Antoine Marie Jean-Baptiste Roger de Saint-Exupéry (1900 – 1944), ‘El Principito’ (1943), capítulo X.

Y, efectivamente, las órdenes han de ser razonables, justas, adecuadas; y, en cuanto se refiere a aspectos relacionados con los sentimientos de identidad, obviamente, los dirigentes deberían tener una sensibilidad extrema, para respetar a los que piensan y sienten de forma diferente.

En pleno siglo XXI parece impensable e inaceptable que sigan prevaleciendo los derechos de conquista, de bragueta y de poder, por encima de todo sentimiento moral y ético. Y así nos va.

Desgraciadamente, así nos va, pues, utilizando unas frases de Bernat Dedéu en la tertulia de RA1, ‘en la guerra descanse’ (refiriéndose al exministro Alfredo Pérez Rubalcaba (1951 – 2019), y ‘un mono con metralleta’ (refiriéndose al excomisario policial José Manuel Villarejo), los independentistas catalanes estamos cansados, hastiados de tantos ‘monos con metralleta’ atacando a todo lo que les huele a catalán; por eso, a todos ellos y a sus dirigentes, les deseo, también, que ‘en la guerra descansen’, que no encuentren nunca la paz, salvo que pidieran perdón y actuasen democráticamente.

Juan Ramón Resina, en su artículo titulado ‘Respetar al enemigo’, señala:

‘Los españoles también se esfuerzan por dar al ‘problema catalán’ una solución final, definitiva. Si han podido relativizarlo e incluso negarlo es por que desistieron de solucionar el ‘problema’ con la radicalidad modélica de los alemanes. En ‘Aurora’, Nietzsche advierte: ‘quien quiera matar a su enemigo ha de considerar si no es una manera de perpetuarlo en sí mismo’

(Vilaweb, 26 de febrero 2023)

Y desgraciadamente tenemos ejemplos, pues el dictador y asesino Francisco Franco sentenció a muerte a nuestro president de la Generalitat, Lluís Companys i Jover (1882 – fusilado el 15 de octubre de 1940); que, por cierto, la censura sigue funcionando, ya que, en Wikipedia, como causa de muerte dice: ‘herida por arma de fuego’.

Un asesinato, como otros miles, por los que no han pedido perdón, ni el PP ni el PSOE, en esos más de 40 años de aparente democracia.

Y, efectivamente, Companys, un presidente con pros y contras, una vez fusilado, acabó siendo mitificado por todos nosotros, como bien apuntaba Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844 – 1900)

Asimismo, vemos cómo funciona el doble y el triple rasero del estado español, armando a Ucrania, y olvidándose del Sáhara Occidental, del Pueblo Palestino, etc.; facilitando que las grandes empresas del Ibex 35, las grandes eléctricas y los grandes bancos (que, por cierto, no han devuelto los 60.000 millones de euros de su rescate), tengan beneficios astronómicos, en plena crisis económica, que seguimos pagando el pueblo en general.

Un pueblo engañado, pues, por ejemplo, Pedro Sánchez se llena la boca reconociendo que han revalorizado las pensiones, de acuerdo con el IPC (índice de precios), pero oculta que no han inflacionado las tablas de la renta, así que, finalmente, pagaremos mucho más, ahora con el IRPF y después en la renta anual.

Esa es la amoralidad de esos dirigentes españolistas y de los europeos en general, que ven que la invasión rusa de Ucrania, en definitiva, está lucrando las grandes empresas, y no solo las de armamento, si no, también, las de extracción de gas de los EUA y los transportistas de ese gas licuado, etc.; siempre hay cuervos que se benefician de la carroña.

Ante todo este panorama, sin aparente solución, la salida que desean los españolísimos, es que los independentistas catalanes desconectemos de todo, emborrachándonos, para perder la consciencia de la realidad, pues, como he ido repitiendo, nos quieren ‘muertos vivientes’.

Por eso, sólo nos queda una salida, levantarnos, manifestarnos, pacíficamente, pero de forma contundente. Dejar de ser zombis siguiendo las ocurrencias del momento. Debemos ir directos al núcleo duro. No hay otra.

Sabemos que hasta los matrimonios ya no tienen que ser ‘hasta que la muerte los separe’, así que España tiene que acabar rompiéndose, no solo con nuestra independencia, si no, en mil pedazos, no se merece otra salida; pues esa sería la única forma para que la casposa casta dirigente y extractiva, pierda todos sus privilegios en beneficio de todos.