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Pedro Sánchez ha conseguido su objetivo: ser el centro de atención político español

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Todavía es pronto para ver el efecto de la estratagema realizada por Pedro Sánchez (PSOE), si bien, de entrada, viendo el eco en los medios de comunicación, parece que ha conseguido dos objetivos: el primero, y fundamental para un narcisista como él, es situarse en el centro mediático, y el segundo, españolizar la campaña electoral catalana del próximo día 12 y, también, la europea, prevista para el 9 de junio.

Una primera muestra la tenemos con el servil vasallo Salvador ISLA (Illa), ya que, anteayer, en un mitin, castellanizó el nombre de Lleida, citándola como Lérida; y ayer, en un tuit en castellano, agradeciendo a Pedro Sánchez que continúe en su cargo, escribió:

‘Esta es la mejor noticia para Cataluña. Una decisión valiente para recuperar la dignidad de la política y un compromiso para frenar a quienes intentan socavar nuestra democracia. ¡Adelante, presidente!’

Es inconcebible que Salvador ISLA castellanice el nombre de Catalunya, pues, como fija el Estatut, el nombre es ‘Catalunya’.

Si Salvador ISLA, tiene la desfachatez de castellanizar Lleida y Catalunya, yo puedo castellanizar su apellido, Illa, llamándole ISLA.

Jordi Barbeta, en su artículo titulado ‘Caen Marlaska (cloacas) y Robles (espionaje). ¿O qué?, comenta que:

‘Desde el momento en el que se repartieron entre los militantes socialistas carteles fabricados en serie, donde ponía: ‘Pedro, no te rindas’, estaba claro que el líder del PSOE ya no tenía otra opción que continuar en el cargo de presidente, si es que en algún momento se había planteado seriamente la dimisión. Rendirse habría sido meterse, él mismo, en la papelera de la historia, abandonando a su partido a su suerte. Nadie le habría perdonado, pero menos que nadie, los suyos más próximos; así que lo que no puede ser no puede ser y además es imposible. Lo que los estrategas socialistas han sabido hacer ha sido movilizar a sus columnistas afines para hacer creer que podría marchar y que así todo tuviese una apariencia más real que ficticia.

Dicho esto, lo que es evidente es que Sánchez ha visto necesario hacer un golpe de timón delante de las elecciones que vienen, empezando por las catalanas y siguiendo por las europeas. En este momento, para Pedro Sánchez son más trascendentes las catalanas, así que ves a saber si no estaba espantado por algunas encuestas impublicables. Ciertamente, antes de la carta sobre el tema de su mujer, mucha euforia no se percibía en los actos del PSC /PSOE. Todo el mundo puede entender que una victoria de Puigdemont sería una hecatombe en la política, en las instituciones y, sobretodo, en los tribunales españoles.

(…)

Es de suponer que en los próximos días Sánchez hará anuncios de su proyecto de regeneración democrática, como ha anunciado, cambios importantes en su gabinete y en sus políticas, porque, si no, todo quedaría como un ridículo fuego de artificios. Para entendernos, si después de todo este sideral, mañana o esta semana Pedro Sánchez hace alguna cosa trascendente como, por ejemplo, relevar de su gobierno al ministro de interior (cloacas) y a la de defensa (espionaje) y presenta al congreso la derogación de la ley mordaza, francamente, deberemos sacarnos el sombrero, pero, si no lo hace, es para enviarlo a pastar barro’.

(elnacional.cat, 29 de abril del 2024)

Me parece que este artículo fotografía con gran claridad la situación en la que estamos, mejor dicho, en la que se ha metido voluntariamente Pedro Sánchez.

Pero, como sabemos, ese personaje se caracteriza por decir blanco, hacer negro, y asegurar que está haciendo blanco; y, también, decir A, y después no A, y quedarse tan pancho; pues se mueve por sus impulsos e intereses puntuales, nada más, ni proyecto ni nada que no sea él mismo.

Así, habiéndose visto ‘obligado’ a aceptar la tramitación de la ley de amnistía, ‘haciendo de la necesidad virtud’, ahora, una vez investido presidente, es capaz de hacer cualquier trampa, cualquier martingala, para evitar que esa ley llegue a ser aprobada. Y, en esa línea, ahora es capaz de decir que la situación política no es la adecuada, y frenarla, y, claro, salvaguardar, de ese modo, los poderes judicial, policial, mediático y monárquico, que están cabreados por esa ley, que supone un carpetazo a su política represora.

Me parece evidente que Pedro Sánchez, a pesar de tramitar, por necesidad, esa ley, sigue pensando como siempre, como cuando decía que Carles Puigdemont era un fugado de la justicia que traería aquí para ser juzgado. Y, claro, la posibilidad de que Puigdemont gane las elecciones y sea investido president, sería, para Sánchez, para todo el estado y para la mayoría de los españoles (‘artistas’ incluidos), la peor imagen, la peor pesadilla, que nunca perdonarían a Sánchez.

Pedro Sánchez, en su discurso, dijo que ‘con la regeneración que haremos, demostraremos al mundo cómo se defiende la democracia’; es decir, ahora se considera el contrarreformador inquisitorial patrocinado por el Concilio de Trento (1545-1563) contra la reforma centro europea provocada por el cisma luterano, así que se prepare el mundo y la galaxia …

Si ese nefasto espectáculo llega a ser una realidad, no deberíamos conformarnos con mandarlo a pastar barro, si no que deberíamos ir directos a la barraca, y hacer la declaración unilateral de independencia. No habría otra alternativa.

Hace años que sabemos que el rey va desnudo, como explica un famoso cuento; y también que Pedro Sánchez va igual, por más que sus vasallos y secuaces les alaben sus maravillosas vestiduras y virtudes. Pero, tras la inmoral estratagema de estos días, espero que menos ciudadanos sigan engañados y engañando.

Hay otro cuento que también me parece adecuado en este momento:

El rey sin sal

Al rey Goloso le encanta que sus hijos, los príncipes Éric y Evelyn, le dijeran tooooodo el tiempo cuánto le querían.

Te quiero más que a los árboles, más que a las montañas, más que al palacio, más que al reino entero, le dijo un día Éric.

¿Y tú hija mía …cuánto me quieres?, preguntó el rey Goloso mirando a su hija Evelyn.

La princesa se quedó pensativa, no quería repetir lo mismo que su hermano. Necesitaba encontrar algo más original…

Yo te quiero … más que a la sal, contestó por fin a su padre.

Aquello no le gustó ni pizca al rey Goloso. ¿Qué la sal?, gritó. Si hubieras dicho que me quieres más que al pollo en pepitoria, al filete a la plancha, al cordero asado, a la tarta de manzana, a los pasteles de nata…

Tú no me quieres nada de nada. Qué disgusto, lloriqueó el rey Goloso. Si hubieras dicho que me quieres más que al chocolate, a los caramelos  … No quiero ni verte, castigada a la cocina, le gritó el rey Goloso enfadadísimo.

Te demostraré que quererte que a la sal es quererte mucho más de lo que te imaginas … contestó entonces la princesa.

No me repliques, a la cocina he dicho.

Pensativa la princesa bajó a la cocina, y decidió preparar ella misma las comidas a su padre.

El primer día le sirvió todas las golosinas que encontró en el palacio. Pero el rey Goloso no pensaba perdonarla así como así …

Si hubieras dicho que me quieres más que al azúcar … dijo mientras se comía todos los chuches.

El segundo día la princesa le preparó pasteles de frutas, de nata, de chocolate … Pero nada.

El tercer día, la princesa preparó dos comidas muy distintas para que su padre eligiera entre ellas … La primera era dulce: una tarta de chocolate, su preferida. La segunda era una comida salada: un guiso de carne con pimiento rojo, y el rey Goloso odiaba el pimiento rojo.

El reu Goloso empezaba a echar de menos las comidas saladas, pero si elegía el guiso, le daría la razón a Evelyn.

Al final, y pese a odiar el pimiento rojo, el rey Goloso se dio por vencido: tienes razón, hija. La sal es fundamental …

Quererme más que a la sal, es quererme mucho. Y, tras abrazar a su hija, devoró el guiso’.

(https://www.muchoscuentos.com)

Pues bien, los independentistas catalanes queremos la sal, entendida como metáfora de una financiación adecuada, una justicia justa y, en definitiva, un referéndum de autodeterminación acordado.

Pero los golosos Felipe VI y Pedro Sánchez no están por la labor, y prefieren los halagos vacíos de sus súbditos, y así nos va a todos.

Y por lo que dijo Pedro Sánchez en la entrevista que ayer a última hora le hizo TVE, en la que mostró su frivolidad, comentando que la carta fue una decisión suya que su esposa conoció después, y que ella, desde el primer momento le dijo que no dimitiera, pero que él, viendo lo que hacían determinados pseudos medios de comunicación, con su esposa, con Mónica Oltra, con Ada Colau, con Carmen Calvo, se veía obligado a seguir y combatir ese estilo, esa manera de hacer. En definitiva, una muestra más de su vergonzosa utilización de los medios, y de su visión infantil, parcial, machista, narcisista, y, claro, sin citar a los represaliados independentistas.

Y, para mayor desgracia, en el reino español abundan los palmeros, los trompeteros, los aduladores como Salvador ISLA, y así nos va, pues, inconcebiblemente, la gente les vota.