En mi escrito de ayer comenté que en este ‘desafortunado’ reino español, cada día afloran nuevos y escandalosos temas que, todos ellos, conforman una macro película de terror que, con toda seguridad, estaría muy bien posicionada en el ranking, junto a ‘El resplandor’, ‘La matanza de Texas’, etc.; si bien con pasajes más propios de la mejor chirigota, si el tema no fuera tan grave.
El tema de hoy es el caso de espionaje del teléfono móvil del President del Parlament de Catalunya, Roger Torrent, la segunda autoridad de nuestra Comunitat Autónoma.
“El president del Parlament de Catalunya, Roger Torrent, ha denunciado que el espionaje de su móvil con el software Pegasus, es la demostración que los aparatos del estado español persiguen la disidencia política. ‘Es impropio de una democracia y se ponen en riesgo los derechos fundamentales de los ciudadanos’, ha declarado. Por eso, Torrent ha exigido a la Moncloa que se manifieste públicamente sobre el espionaje de su móvil y los de Anna Gabriel y Jordi Domingo. ‘Queremos que se investiguen los hechos y que se depuren todas las responsabilidades’, ha afirmado.
Así mismo, el president del Parlament ha explicado que la semana pasada un periodista de The Guardian y uno de El País le informaron sobre el pirateo de su teléfono. ‘¿A cuanta gente pueden estar espiando en estos momentos, de manera impune?’, se ha preguntado.
Torrent ha resaltado que el espionaje supone una vulneración de su derecho a la intimidad y a la privacidad de las comunicaciones, así como una coacción de su libertad para desarrollar un proyecto político sin intromisiones. En este sentido, ha destacado que irá ‘hasta el final’ y que agotará todas las vías políticas y legales para aclarar los hechos.
‘Estas prácticas demuestran la existencia de una causa general contra el independentismo. Este tipo de actividades erosionan la democracia y deberían preocupar a todos los demócratas’, ha añadido.
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Torrent señala al estado español por el espionaje político y espera una respuesta de Pedro Sánchez. Exige a la Moncloa que se manifieste públicamente sobre los casos de espionaje y que depure todas las responsabilidades entre los aparatos del estado”.
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ERC (republicanos catalanes) ha pedido la comparecencia del ministro de interior español, Fernando Grande-Marlaska al congreso español (…) Según The Guardian y El País, Torrent fue espiado el 2019 con el programa Pegasus, que sólo pueden comprar gobiernos para combatir el crimen y el terrorismo.
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En un tuit, el abogado de Anna Gabriel, Olivier Peter, ha señalado como responsable al servicio de espionaje del gobierno español y ha dicho que si el espionaje a Gabriel no estaba autorizado por las autoridades suizas, supone una violación del artículo 271 del Código penal suizo y del convenio de aplicación de Schengen (art. 39 y siguientes)” (Vilaweb).
Es triste que noticias de esa índole, cómo también, por ejemplo, las de los ‘trapicheos’ del rey emérito Juan Carlos I, se hagan públicas gracias a la prensa y a la justicia extranjeras; en este caso, The Guardian, que abre su edición de hoy con esta gran noticia, mientras que, en El País, sólo aparezca en la versión digital.
Es preciso destacar que el programa Pegasus, desarrollado por el estado de Israel, únicamente lo venden a los estados que respetan los derechos humanos. Pero, como se ve, hay mucha tela que cortar.
También es importante destacar, nuevamente, que el gobierno de Pedro Sánchez debería asumir sus responsabilidades y convocar elecciones. Es inmoral tener un personaje así, gobernando el estado; no podemos soportar otro caso GAL, que al final, pasadas décadas, los informes de la CIA aclararon la responsabilidad de Felipe González.
Si Pedro Sánchez estaba al corriente, y lo autorizaba, debe ser juzgado. Si no lo sabía, debe dimitir, por inútil, por incapaz para controlar las cloacas del estado, la policía patriótica, que hace décadas que campa a sus anchas, ejerciendo de verdadero poder.
Igualmente, por responsabilidad, inmediatamente, el ministro de interior citado, Grande-Marlaska, debería dimitir ya.
Esa policía patriótica, que es transversal, ya que implica a diferentes cuerpos, guardia civil, policía nacional, CNI, etc., debería ser purgada, por no ser compatible con una democracia.
Ahora bien, todos sabemos que esas prácticas son generalizadas en todo el planeta, y que pagan los ‘mensajeros’ que desvelan esas malas praxis, como, por ejemplo, Julian Assange (Wikileaks), Edward Snowden (desvelador del programa Prism, de la NSA), etc.
Y también sabemos que gran parte de la prensa, no ejerce sus funciones de contrapoder, de control, salvo contadas excepciones; pero, los grandes medios, subvencionados por los estados y dominados por importantes entidades financieras, se limitan a ser ‘paniaguados’ que comen del pesebre.
Casos de espionaje, como he comentado, se han producido siempre; ya en la Biblia se citan diferentes ejemplos, estos dos, citados en el Antiguo Testamento, (doce siglos antes de C.):
Lugartenientes de Josué:
Josué, sucesor de Moisés, quería conquistar Jericó, y envió a dos lugartenientes para que investigaran la mejor estrategia militar para conquistar la ciudad.
Los emisarios fueron a la ciudad y se cobijaron en casa de una prostituta llamada Rahab.
Como pago por su ayuda, le prometieron que respetarían su vida y la de los inquilinos de la vivienda.
De tal modo que le indicaron que, en su momento, descolgara una cuerda roja sobre la fachada, para que todos los soldados supieran que esa casa no había de ser devastada. Y así sucedió, tras la conquista.
Dalila:
Según la Biblia, Sansón fue uno de los más importantes y conocidos jueces de Israel de la antigüedad; nació en pleno dominio de los filisteos.
Un día viajó a Gaza y conoció a una prostituta, que desveló a los filisteos que Sansón estaba allá, y pidieron a Dalila que preguntase de dónde le venía la fuerza sobrehumana.
Sansón, interrogado por Dalila, en repetidas ocasiones le mintió.
En una ocasión le dijo que debía ser atado con siete cuerdas nuevas y secas. Ella lo comunicó a las autoridades y le prepararon una trampa. Sansón se dejó atrapar y atar; cuando los filisteos se creyeron vencedores, Sansón se liberó fácilmente, y los repelió. Y así, en repetidas ocasiones.
Pero un día le explicó la verdad a Dalila, si le cortaban la melena, perdería su fuerza. Por la noche, Dalila le cortó la melena, y los filisteos lo pudieron apresar fácilmente, le vaciaron los ojos y lo encadenaron en una prisión de Gaza.
Al cabo de un tiempo, durante unas ceremonias, fue llevado al templo de Dagon, dios de los filisteos, y atado a unas columnas.
Sansón rogó a dios que les retornara las fuerzas y, recuperadas, pudo tumbar las columnas, derrocando el edificio y matando a tres mil filisteos
(fuente Wikipedia).
Es interesante destacar que, en ambos casos, Rahab y Dalila, eran consideradas prostitutas, pero ese sería otro análisis antropológico.
Ahora bien, que el espionaje político y económico sea una praxis consustancial de los estados y de todas las estructuras de poder, desde los tiempos más remotos, hasta nuestros días, no es un argumento para su mantenimiento. Es evidente que, por un tema de seguridad contra el terrorismo, se requiere el máximo nivel de inteligencia, pero siempre, siempre, controlado y dirigido por el estado, y siempre, siempre, de acuerdo con los convenios y tratados internacionales; es decir, siempre, siempre, dentro del marco democrático.
Y ese control debería ser transparente y compartido por las correspondientes comisiones de seguridad del congreso de diputados; y siempre, siempre, manteniendo la ética y la moralidad requerida.
Y nunca, nunca, debería ser utilizado con finalidades políticas, partidistas, financieras, ni demás corporaciones.
Por todo ello, en este momento, debemos exigir la asunción de responsabilidades, la depuración de todos los antidemócratas; ya que, en caso contrario, ¿cómo se puede dialogar – negociar, con irresponsables que utilizan las cloacas del estado?
Pero siendo realistas, sabemos sobradamente, que no pasará nada, todo seguirá igual, ya que la prensa le dedicará una mínima atención, y listos, tema zanjado. Aquí, en España, ni la fiscalía, ni el poder judicial en su conjunto, actuarán de oficio. Eso sólo lo hacen contra cualquier acción de los independentistas catalanes, para eso sí que son eficaces.
Amadeo Palliser Cifuentes