La crisis provocada por la pandemia ha tenido y tendrá graves repercusiones sanitarias, personales, sociales, políticas y económicas (para los trabajadores y para la mayor parte de las empresas); y ha comportado y comportará un gran cambio en nuestras actitudes, en nuestros hábitos y a nivel empresarial un reenfoque de sus estrategias.
Obviamente, en esta crisis podemos ver ejemplos variopintos, que deberíamos tener presentes, para aprender de cara a nuevas situaciones extremas, ya que, con toda seguridad, las padeceremos.
Un gran ejemplo empresarial es el de Primark, una multinacional enfocada a la venta de productos de bajo coste, destinada al gran consumo, con 376 tiendas repartidas en 12 países, fundamentalmente en grandes centros comerciales, ya que su venta está enfocada a la compra impulsiva. Por eso, en su plan estratégico no contemplaron la venta on-line; y ahora, en este período de confinamiento, inicialmente con las tiendas cerradas, y en esta fase, con los límites de apertura de 400 m2, control numérico de los clientes, etc., han visto reducir drásticamente sus ventas (según ha anunciado la compañía, las pérdidas son de unos 700 millones de € en ventas al mes), por lo que han debido efectuar un plan de contingencias, reduciendo los gastos discrecionales.
Por contra, las empresas que si que tenían planificada la venta on-line, han sorteado mejor la crisis, y algunas incluso las han mejorado, como Netflix, etc.
En otro orden, un ejemplo de personaje que está sacando petróleo de la crisis, es Pedro Sánchez, y eso que parecía imposible, pero ha ratificado sus dotes de funámbulo, como ya he comentado repetidas veces. Pero ahora lo ha demostrado una vez más, ya que, sin ningún tipo de escrúpulo, ha vuelto ha hacer una nueva pirueta en el alambre, y sin red, ya que los ciudadanos, para él, no contamos para nada, sólo nos ve como potenciales votantes.
Ahora, después de anunciar por activa y por pasiva que, en la tercera fase, los gobiernos autónomos recuperarían las facultades (que, según él, no había quitado), ahora, ha comunicado que la próxima semana aprobará un real decreto ley con las normas de actuación para su ‘nueva normalidad’. Es decir, que aplicará un 155 sanitario, en referencia al 155 aplicado por Rajoy en Catalunya, tras el referéndum de 1 de octubre del 2017; y del que todavía no nos hemos recuperado, ya que no tenemos la plenitud de las responsabilidades de gestión contempladas en el Estatut de Catalunya en vigor.
Por lo tanto, su promesa de que, a partir de la tercera fase, las autonomías asumirían plenamente la gobernanza de sus territorios, excepto la movilidad; ahora ya apunta que también regulará la sanidad (que en Catalunya tenemos totalmente transferida desde hace casi 40 años), la educación, el comercio, la cultura, etc.; en fin, que las comunidades autónomas quedarán reducidas a unas meras gestorías. Esa es su concepción del estado de derecho, del respeto a las leyes fundamentales.
Si con esa gestión, España hubiera salido bien de la pandemia, pero no es el caso. Somos los campeones, o casi, de todos los índices: fallecidos por cien mil habitantes; paro, y eso sin contar a los empleados que están en el ERTE (expediente regulación temporal empleo), que, por ciento, todavía hay cientos de miles que no han cobrado; déficit; desprotección de los autónomos y pequeños empresarios; confusión por la gran cantidad de normas, rectificaciones, y contra-rectificaciones (un último ejemplo lo tenemos con la apertura de las fronteras, ya que la ministra de industria, comercio y turismo, Reyes Maroto, ha anunciado a la prensa extranjera que el día 22 de junio se abrirían las fronteras con Portugal y Francia. Portugal ha pedido explicaciones a Pedro Sánchez por tomar decisiones unilateralmente y contra el criterio de Bruselas. Por eso, inmediatamente un comunicado de la Moncloa ha rectificado y ha dicho que la apertura sería el 1 de julio); el Financial Times ha publicado un contundente artículo poniendo en duda los datos oficiales de muertos por coronavirus, facilitados por el ministro de sanidad; la lista sería interminable, pero ya es suficientemente ilustrativa del caos e improvisación que caracterizan la gestión del gobierno español.
Pero con todo, repito, que Pedro Sánchez está sacando un gran beneficio personal y eso es lo que más le interesa a una personalidad con rasgos narcisistas, como ya comenté. Asimismo, está logrando romper el estado autonómico, está efectuando la mayor recentralización, iniciada por Aznar y Rajoy (con la ayuda de Soraya Sáez de Santamaría, la funcionaria empollona y aduladora, pero carente de la inteligencia precisa, así como de toda empatía). Y, eso sí, Pedro Sánchez no se cansa de decir que está abierto al diálogo (pero no el diálogo socrático), y que, salvo él, todos los otros, buscan réditos partidistas. Ya lo dice el refrán, ‘dime de los que presumes, y sabré de lo que careces’.
Y con toda esta experiencia sufrida, saber que Pedro Sánchez y sus corifeos, y con las exigencias del partido de derechas Ciudadanos, serán los que definirán, marcarán y controlarán nuestro futuro, eso sí, como gesto de cortesía, consultando previamente al consejo interterritorial de salud, un organismo multilateral donde Catalunya y el País Valencià tienen el mismo peso que Extremadura y la Rioja, y que hasta ahora ha tenido funciones consultivas, no ejecutivas, y tiene una clara función unificadora. Es para ponerse a llorar, a temblar y, pensar en marcharse bien lejos, a otro planeta.
“El gobierno de Pedro Sánchez no tiene mayoría para hacerlo avanzar, y el soporte de Ciudadanos es insuficiente, si no cuenta con los nacionalistas vascos (PNV) y los republicanos catalanes (ERC). El contenido del decreto es inasumible, no para un partido que se considere independentista, sino simplemente para uno autonomista. Si se aprueba, las competencias de la Generalitat de Catalunya volverán a ser mutiladas y secuestradas por el gobierno español, y sin límite de tiempo, durante meses, en el mejor de los casos, hasta que no haya una vacuna. Delante de la amenaza de un 155 sanitario perpetuo, el independentismo debería hacer frente común al congreso español para frenarlo. Pero como se ha visto esta semana, los intereses de partido pasan por encima del interés del país” (Vilaweb).
Es triste que todo lo dominen los intereses, “tres científicos que firmaron el polémico artículo publicado en la revista The Lancet contra el uso de la hidroxicloroquina para tratar pacientes del Covid-19, se han retractado del texto. (…) De hecho, The Lancet ha retirado el artículo a petición del profesor Mandeep Mehra, del hospital Brigham and Women de Boston, el autor principal del texto, por la falta de exactitud de los datos que hicieron servir para escribirlo. Por otra parte, el editor de The Lancet, Richard Horton, ha lamentado la mala praxi de los autores del artículo. Los autores aseguran que la empresa norteamericana Surgisphere no les facilitó todos los datos para hacer una revisión independiente posterior, y ahora ponen en duda la veracidad de los datos. La OMS, esta semana, ha reemprendido los ensayos clínicos con hidroxicloroquina” (Vilaweb).
El filósofo Joan Carles Mèlich, catedrático de la UAB, reconoce que “la sociedad olvida que no mueren los viejos, sino los vivos; y reconoce el valor del abrazo.
No podemos esperar que Pedro Sánchez nos autorice a poder abrazar a la familia y seres queridos; pues, como hemos visto, todo se mueve por intereses económicos. Ahora. que interesa potenciar el turismo y la restauración, parece que la salud ya interesa menos.
Por todo ello, a nivel personal, creo que debemos ser nosotros mismos los que determinemos las medidas profiláxicas que estimemos oportunas y pasar ya de tanta normativa, de tanto BOE, de tanta politiquería basura.
De no ser así, muchos caeremos en etapas depresivas, ya que un futuro como el que nos apuntan, no lo podremos aceptar, ya que la ansiedad está afectando psicológicamente más de lo que determinan las estadísticas manipuladas interesadamente.
“En la mitología griega Ezis era una divinidad que personificaba la angustia, la miseria y la tristeza. (…) Ezis es una de las descendientes de la Noche que representan los males del mundo, siendo hermana, por ejemplo, de Tánatos, Geas, Eris o Ápate” (Wikipedia).
Y nosotros, por nuestra parte, lo único que debemos hacer es alejarnos de Ezis, y eso comporta, en la medida de lo posible, evitar la información interesada, que es la predominante desde la cúpula. En la revista Sapiens de junio 2020, número 219, dedicado a los 300 años de corrupción de los Borbones, comenta que el rey Alfonso XIII hacía servir el seudónimo de Duque de Toledo, para hacer sus negocios. Y refiriéndose a Juan Carlos I, según Anasagasti, expolítico vasco, autor de “Una monarquía protegida por la censura” asegura que Suárez, González, Aznar, Zapatero y Rajoy lo sabían todo y lo permitieron. Es decir, nada nuevo bajo el sol.
Tenemos que alejarnos de ‘políticos’ como Miquel Iceta, socialista catalán, filial del PSOE, que todo lo justifican, como ahora, diciendo que el fichaje de Montilla por Enagás “no son puertas giratorias”. Vaya vergüenza. Esta gente hace mucho daño, y no podemos confiar en ellos para que decidan nuestro comportamiento, nuestros actos, nuestros abrazos. No es ético.
Amadeo Palliser Cifuentes