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En el 2020 escribí un artículo con el lema del título, aplicándolo al poder judicial y, ahora, me parece oportuno aplicarlo a Pedro Sánchez, por su inoportuna gestión en la tramitación del real decreto A-2024-26915 del 23 de diciembre, sobre medidas urgentes en materia económica, tributaria, de transporte y de seguridad social, conocido popularmente por la ‘ley ómnibus’, que he comentado ampliamente en mis escritos anteriores y que continúo con el presente.
En mi escrito anterior recordé el siguiente lema:
‘Sosteneya y no enmendaya’, ‘sostenella y no enmendalla’, ‘defendella y no enmendalla’, o ‘mantenella y no enmendalla’.
Esa expresión aparece en antiguos romances castellanos del siglo XIII, y está recogido en el romance ‘Las mocedades del Cid’, obra del valenciano Guillem de Castro, de inicios del siglo XVII, donde se lee, referido al orgullo y empecinamiento errado del noble, el conde Lozano, que es padre de doña Jimena:
‘Esta opinión es honrada. Procure siempre acertalla el honrado y principal; pero si la acierta mal, defendella y no enmendalla’
El personaje del Cid, Rodrigo Díaz de Vivar, mitad histórico y mitad legendario, aplica esa hipotética ética caballeresca, y mata al citado conde, si bien, finalmente, se casó con su hija.
‘La expresión define la actitud de quien persiste empecinadamente en errores garrafales, incluso a sabiendas, por orgullo o por mantener las apariencias, aunque el mantener el error cause un daño peor que no mantenerlo, y a ellos se le dice. La forma es la del castellano antiguo (en lugar de ‘sostenerla y no enmendarla’) porque definía la actitud y el concepto del honor de los antiguos hidalgos que, según algunos, una vez habían desenvainado la espada por algún agravio, aunque se hubieran equivocado, no tenían más remedio que sostenerla y usarla hasta el final, so pena de quedar en entredicho’
(fuente Wikipedia: etimologías.dechile.net; angelmanuelarias.com y lanzadigitasl.com)
Pues bien, acabamos de tener una nueva prueba de Pedro Sánchez que ‘está que erre que erre todo el día’, como escribía Francisco de Quevedo (1580-1645), en su ‘Cuento de cuentos’, pues sigue con su ‘reiteración, insistencia y obcecación, como ‘dale que dale’, en su obcecación de seguir adelante con su ley ómnibus, caiga quien caiga.
‘El citado Quevedo, en su obra ‘La rebelión de Barcelona ni es por el güevo’ ni es el por el fuero’. 1641, panfleto contra la revuelta catalana de 1640, señala:
‘Son los catalanes aborto monstruoso de la política. Libres con señor; por esto el Conde de Barcelona no es dignidad, sino vocablo y voz desnuda. Tienen príncipe como el cuerpo, alma, para vivir; y como éste alega contra la razón apetitos y vicios, aquellos contra la razón de su señor…’
‘Es verdad que cuando escribió ese panfleto, en 1641, llevaba dos meses agonizando en la húmeda y oscura prisión de San Marcos, y siendo anciano, enfermo y medio ciego, pudo haber perdido completamente su dignidad, por intentar conseguir que Olivares y el rey Felipe IV le dejasen libre (…) y que por eso atacase a los que creía enemigos del rey, a fin de adularlo. Por esta razón, es preciso admitir cierta ambigüedad en la interpretación de dicha obra’.
(Wikipedia)
Pedro Sánchez, si no fuera tan orgulloso y vanidoso, si realmente fuera consciente del ‘dolor social’ que dice que provocan los que han votado en contra de su macro-proyecto, procedería a trocearlo, a fragmentarlo, ya que tiene asegurado el voto afirmativo a los temas esenciales: revalorización de las pensiones, subvenciones al transporte público y a los afectados del siniestro provocado por la DANA en la comunidad valenciana.
Si tuviese la más mínima empatía con los partidos políticos que le invistieron presidente, y que ahora precisa para aprobar ese proyecto, dialogaría y negociaría con ellos, sin imponerles un trágala, como si tuviese la mayoría absoluta.
No quiero entrar en el detalle del articulado, he leído las 140 páginas en diagonal, y es fácilmente observable lo siguiente:
Medidas en materia económica: medidas de soporte a la solvencia empresarial y al sector energético y en materia tributaria; en materia de prevención de blanqueo de capitales y del financiamiento del terrorismo; prórroga del mecanismo de soporte para garantizar la competitividad de la industria electrointensiva; suspensión de la causa de disolución por pérdidas provocada por diversos sucesos naturales; deducciones en el impuesto de la renta de las personas físicas y límites para declarar; libertad de amortización en inversiones que utilicen energía procedente de fondos renovables; medidas en relación con los depósitos fiscales de gasolinas, gasoil y otros carburantes; impuesto sobre el incremento de valor de los terrenos de naturaleza urbana; régimen fiscal aplicable a las finales de la UEFA Champions League Femenina 2024 y de la UEFA Europa League 2025; modificación impuestos sobre actividades económicas; régimen excepcional en materia de endeudamiento autonómico 2025; etc.
Y no es hasta el artículo 18 (página 60) que figuran las ayudas directas al transporte terrestre de viajeros.
Y las medidas sobre las pensiones y otras prestaciones públicas, aparecen en el artículo 78 (página 85).
Y después, sigue con medidas en materia de ocupación; de vivienda; ayudas s colectivos vulnerables; etc., hasta ocupar 140 páginas.
Y cada uno de todos estos capítulos hace referencias a infinitos articulados de leyes anteriores, por lo que la lectura y comprensión es complicada para un profano, e incluso para expertos, ya que se precisan verdaderos especialistas en cada materia.
Y claro, conociendo al PSOE (igual que el PP, cuando gobernaba), que siempre tienen el dominio y control de la letra pequeña, pues para ello tienen todas las instancias (abogacía del estado, por ejemplo, y asesorías variopintas), me parece claro que Junts no pueda validar, en su totalidad ese proyecto ómnibus.
Pedagógicamente es sabido que, en los conflictos familiares, entre padres e hijos, la mayor responsabilidad para desescalar los problemas, la tienen los adultos, pues, generalmente, tienen el control.
A tal fin, hay muchos consejos, pero el primero es determinar si el problema está total o parcialmente dentro de su área de control o si está total o parcialmente fuera del mismo.
Y entonces, los padres deben valorar sus propios recursos y herramientas para solucionar, de forma adulta, el problema. Y la base está en el diálogo. No hay otra.
Pues bien, en un conflicto entre el gobierno central y los partidos políticos minoritarios pero necesarios para aprobar cualquier nueva ley, el ejecutivo está obligado a dialogar y negociar.
Y para ello, debe conocer los semáforos rojos, amarillos y verdes de sus socios necesarios, y respetarlos.
Y, llegado el momento de no encontrar el consenso; si el ejecutivo tiene verdadero interés en tirar adelante su proyecto, tiene la necesaria obligación de ceder parcialmente, y de forma paulatina, hasta llegar al acuerdo final.
Lo que no es de recibo, en absoluto, es que Pedro Sánchez, no respete a los partidos que precisa; que intente imponer sus decisiones, aplicando su rodillo, como si tuviera el apoyo mayoritario de la ciudadanía y del parlamento.
Y más vergonzante, todavía, es que, de cara a los medios de comunicación, traslade el conflicto presentándose como la víctima de un chantaje de los cálculos partidistas de la oposición (como si él no los hiciese). Y eso es inmoral y antidemocrático.
Y el súmmum de la desvergüenza, es traspasar el conflicto a la ciudadanía; y, encima, lamentarse del ‘dolor social’ provocado por los partidos que no le han respaldado.
Y claro, mintiendo, ocultando la totalidad del articulado, y centrándose, únicamente, en los aspectos clave (y, desgraciadamente, los medios de comunicación pensionados, alimentados en su abrevadero, le siguen el relato)
Y todo esto no es más que una nueva muestra del narcisista honor de los antiguos hidalgos castellanos, que se veían obligados a no retractarse, aún habiéndose equivocado.
La mencionada frase del poema del Mío Cid, es:
‘Esta opinión es honrada. Procure siempre acertalla el honrado y principal; pero si la acierta mal, defendella y no enmendalla’
Y claro, una vez el hidalgo y ‘principal’ Pedro Sánchez ha desenvainado su espada, por orgullo y por mantener las apariencias, ha de matar, ha de hacer sangre, aunque mantenerse en el error provoque daños peores que no mantenerlo.
Estoy convencido que, a estas alturas, el equipo de asesores de Pedro Sánchez se ha dado cuenta de que la han ‘acertado mal’, pero estoy convencido, asimismo, que el orgullo de Pedro Sánchez sigue en su ‘defendella y no enmendalla’ ya que todos ellos lo llevan en sus genes de rancios conquistadores castellanos.
Hay un meme que circula por las redes sociales, en las que se ve a Mariano Rajoy, vestido de hidalgo, que dice: ‘los gobernantes de la Generalitat, como todos, están sujetos a la ley del imperio …quiero decir, al imperio de la ley’. Y esa mentalidad es la dominante en el estado español.
Con toda seguridad, dentro de unas semanas, Pedro Sánchez se presentará ante la opinión pública, mostrándose como un mártir y nos dirá que se sacrifica, dividiendo el proyecto ómnibus, para evitar’ el dolor social’, pero, la verdad, es que el dolor ya está causado y, pensando mal (que es la forma de acertar) eso es precisamente lo que buscaba ese malévolo personaje (para desprestigiar a sus oponentes)
Por todo lo expuesto, me parece que a los independentistas catalanes, el presente conflicto nos ha de enseñar que debemos independizarnos de esos mini-emperadores castellanos, que pretenden gobernar la finca que consideran de su propiedad.
Y debemos olvidar los relatos que nos quieren imponer desde Madrid (y sus acólitos y subordinados en Catalunya), ya que son como el siguiente chiste:
La profesora pregunta a Jaimito: ¿qué tiempo es ‘llovía?
Y Jaimito le responde: uno muy malo, señorita.
En definitiva, debemos obviar los diálogos de besugos, y las respuestas necias del Jaimito Pedro Sánchez, debemos seguir nuestro camino, no hay otra.