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Pedro Sánchez: todo irá bien (para ellos), si todos remamos juntos bajo su dirección.

Sánchez repitió, por activa y por pasiva, que el virus no entendía de fronteras, para ‘justificar’ la centralización la gestión contra la pandemia, despreciando, así. los poderes autonómicos. Pero, eso sí, cerró la frontera con los países colindantes, ya que esas fronteras sí que debía conocerlas el virus.

Ahora bien, los políticos, los científicos, los sanitarios, etc. obviaron la verdadera frontera que el covid, como la generalidad de enfermedades, siempre diferencian, y ésta frontera es el nivel socioeconómico de la población.

Es verdad que esta pandemia ha afectado en gran medida a ciudades del primer mundo, especialmente a New York, Madrid, Barcelona, etc., pero en estos últimos meses se ha constatado que la pandemia ha causado más fallecidos y afectados en los países, regiones y barrios más pobres, y eso por múltiples causas: menor posibilidad de acceso sanitario, zonas superpobladas, viviendas reducidas y compartidas por gran número de personas, trabajadores con menores posibilidades de teletrabajar, personas con trabajos precarios que no pueden realizar la cuarentena ya que sin trabajo no pueden comer o pagar el alquiler, trabajadores sin papeles que efectúan sus faenas temporales como recolectores de frutas, etc.

En Barcelona, hade unas semanas se empezaron a realizar pruebas masivas de test PCR a la zona de Hospitalet, y ahora en Torre Baró y el Besós; y seleccionando a los jóvenes, de forma prioritaria.

En el año 2017 según unos estudios efectuados en Barcelona, los vecinos del barrio de Las Corts, viven 10 años más que los de Nou Barris.

Asimismo, la denominada brecha digital, es decir, el nivel de disponibilidad de ordenadores y móviles, así como de espacio familiar, acceso al wifi, etc., ha aumentado las diferencias entre los barrios ricos y los pobres.

Nada nuevo, efectuar un diagnóstico así hubiera sido fácil, pero nadie lo hizo, o, cuanto menos, no se habló, hasta que se hizo evidente. Ese ‘fenómeno’ es muy explícito en la siguiente fábula de Esopo (siglo VII a. C.)

“El enfermo y su doctor

Habiéndole preguntado un médico a un enfermo por su estado, contestó el enfermo que había sudado más que de costumbre.

Eso va bien, dijo el médico

Interrogado otro día sobre su salud, contestó el enfermo que temblaba y sentía fuertes escalofríos.

Eso va bien, dijo el médico.

Vino a verle el médico por tercera vez y le preguntó por su enfermedad. Contestó el enfermo que había tenido diarreas.

Eso va bien, dijo el médico.

Vino un pariente a ver al enfermo y le preguntó que cómo iba.

Me muero – contestó – a fuerza de ir bien.

Pues bien, ese doctor de la fábula me recuerda a Pedro Sánchez, que en sus discursos no para de decir que, así como hemos superado la crisis sanitaria, si remamos todos juntos, también superaremos la crisis socioeconómica que tenemos ahora.

En definitiva, que, si en su momento no efectuaron un análisis en profundidad, el diagnóstico no podía ser correcto, pues, por lo que explicaban, se centraron en el factor edad de la población, pero obviaron la fragilidad de los sectores más sensibles, a nivel socioeconómico, aspecto que se puso de relieve con los trabajadores inmigrantes que se juntan cada año para efectuar los trabajos temporales de la recogida de fruta. Y, especialmente, en primera instancia se ‘olvidó’ también el sector de las residencias de la tercera edad. Y cuando esos sectores entraron en crisis, se encendieron todas las alarmas, pero ya tarde.

Y todos sabemos que las personas y familias con menos recursos, siempre sufrirán más las consecuencias de las crisis, ya sea las económicas, como ya vimos, como ahora la sanitaria y también socioeconómica. Por eso debemos actuar, dejar de ser sumisos, debemos actuar democráticamente, para romper el círculo ‘ouroboros’, citado en anteriores escritos, y que, como veremos, se refiere al ‘eterno retorno’ de lo mismo.

Nietzsche, tratando el tema en toda su profundidad, lo explicó de forma muy clara, como se puede ver seguidamente:

Friedrich Wilhelm Nietzsche (1844-1900), en ‘La Gaya Ciencia’ (1882), define de forma clara la pérdida de un horizonte, de una verdad ordenadora, una pérdida del centro. Y en el parágrafo 341, penúltimo aforismo del Cuarto Libro (inicialmente debía ser el último, pero después añadió otro), antes del despertar de Zaratustra, en el último aforismo:

341 – El peso más pesado

¿Cómo te sentirías si un día o una noche un demonio se deslizara furtivamente en la más solitaria de tus soledades y te dijera:

‘Esta vida, tal como la estás viviendo ahora y tal como la has vivido (hasta este momento), deberás vivirla otra vez y aún innumerables veces. Y no habrá en ella nunca nada nuevo, sino que cada dolor y cada placer, cada pensamiento y cada suspiro y todo lo indeciblemente pequeño y grande de tu vida deberá volver a ti, y todo en el mismo orden, y la misma secuencia e incluso también esta araña y esta luz de la luna entre los árboles, e incluso también este instante y yo mismo. ¡El eterno reloj de arena de la existencia se invertirá siempre de nuevo y tú con él, pequeña partícula de polvo!’?

¿Acaso te lanzarías al suelo rechinando los dientes y maldecirías al demonio que te hablara de esa forma? ¿O has vivido alguna vez un instante extraordinario, en el que hubieras podido responderle: ‘¡Eres un dios y nunca he oído algo más divino!?

Cuando un pensamiento así se apoderase de ti, te metamorfosearía, tal como eres, o tal vez te trituraría; ¡la pregunta sobre cualquier cosa ‘¿quieres esto otra vez y aún innumerables veces?’ se impondría sobre tu actuar como el peso más pesado! O, (podríamos preguntarnos), ¿qué tan bien dispuesto debes estar hacia ti mismo y hacia la vida para no desear ninguna otra cosa que no sea esta última, eterna confirmación, este sello?

(www.revistaarcadia.com)

Nota:

‘La Gaya Ciencia’ (El alegre saber) toma el título de una locución occitana muy frecuente en la época ‘gai saber’ (…) y hacía referencia a todas las habilidades necesarias para crear poesía, es decir, así como Gea (Tierra Madre) crea vida, lo poético crea un Arte’

(Wikipedia)

Es evidente que el citado autor, con su visión amplia y profunda sobre la existencia del ser humano, evidenció, de forma clara y realista, la relación existencial.

Y, aterrizando en lo cotidiano, afirmó:

‘¿Queréis que el hombre bueno, sea modesto, diligente, bienintencionado y moderado? A mí se me antoja el esclavo ideal’

Nietzsche ‘La voluntad de poder’

Es decir, que no podemos estar insensibles, que no podemos hacer ver que no pasa nada, que nosotros estamos bien, y que eso ya es suficiente; y no es así, lógicamente.

Los gobernantes nos querrían sumisos, que tragásemos cualquier cosa, desde la puesta en prisión de nuestros representantes políticos y sociales, sus políticas económicas, como, por ejemplo, la decisión de determinar el destino de los excedentes de los ayuntamientos, los rígidos controles del déficit de las comunidades autonómicas, la centralización de las futuras ayudas europeas, etc., y todo ello con un discurso de boy escout, diciendo lo contrario de lo que hace.

Todos sabemos que lo que impera es el consejo del cómico Cantinflas (Mario Moreno, 1911-1993):

‘Si necesita un sacrificio, renuncio a mi parte y agarro la suya’.

Y también son válidas sus siguientes famosas frases:

‘No sospecho de nadie, pero desconfío de todos’.

‘Tengo una duda ¿está todo muy caro o es que soy pobre?

‘El poder político es simplemente el poder organizado de una clase para oprimir a otra’.

Es decir, que, si no hacemos nada, seguiremos siendo fieles esclavos ideales, como dijo Nietzsche, no seremos capaces de romper el círculo que nos han impuesto durante tantas décadas.

Y una manera de romper ese círculo, es proclamar nuestra república catalana, sin los vicios del actual reino en el que estamos por la fuerza.

Esa será nuestra manera de conseguir un sistema plenamente democrático e igualitario, en el que no deberá quedar nadie en la cuneta, pues eso es un requerimiento ético y moral que deberá regir en todo momento, ya que, en caso contrario, no habríamos mejorado nada.

Amadeo Palliser Cifuentes

amadeopalliser@gmail.com