amadeopalliser@gmail.com
En el debate del estado de la nación que se realiza estos días, el presidente del gobierno español ha demostrado de nuevo sus dotes de vendedor de neveras en el polo norte, y de estufas en el desierto del Sáhara. Y aún así, hay incautos que compran sus productos, e interesados que, para defender sus privilegios, disimulan comprarlos.
Por ejemplo, las medidas ‘estrella’ anunciadas de forma sorpresiva (ya que ni sus socios de gobierno, ni la mayor parte de ministros de su propio partido, el PSOE, estaban al corriente de esa promesa, como han manifestado posteriormente), fueron:
- Un impuesto especial a la banca y a las grandes empresas energéticas durante los años 2023 y 2024. Es preciso recordar que ese impuesto a la banca ya figuraba en el programa electoral del PSOE en el 2018, y Pedro Sánchez, inmediatamente lo archivó; y ahora recupera, estimando que recaudará 3000 M€ en esos dos años.
Este impuesto a la banca (que únicamente devolvió 6000 M€ de los 58.000 M€ que representó su rescate), se calculará sobre el beneficio suplementario que comportará a los bancos la subida de los tipos de interés del BCE (0,25% este mes, y otra subida en el próximo trimestre)
Respecto al impuesto a las compañías energéticas, sobre sus beneficios ‘caídos del cielo’ (por el cálculo del coste basado en el del gas, que es el más elevado), tampoco clarificó cómo se calcularía.
La ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero, al salir del hemiciclo del congreso, dijo a la prensa que el gobierno tiene unos meses para definir y precisar las normativas a aplicar, y publicarlas en el BOE, una vez hayan sido aprobadas las proposiciones de ley.
Efectivamente, que Pedro Sánchez lance esas medidas populistas, sin haberlas estudiado a fondo, refleja que la obtención del incremento de recaudación no deja de ser un mero globo sonda, por lo que es un mensaje ‘farol’ de cara a sus socios de gobierno, que veremos cómo acaba, si realmente llega a aplicarse. Todos sabemos que cuando se sepa la letra pequeña, esos miles de millones previstos, acabarán en nada, o casi nada.
Asimismo, y como señalan los especialistas, no fijar topes en los precios finales a los consumidores, acabará como pasó con la subvención de los 0,20 € por litro de combustible; que fueron absorbidos por las empresas intervinientes y, al final, los consumidores no hemos tenido ningún beneficio. Por eso, sabemos que los bancos repercutirán ese nuevo coste en sus tarifas y comisiones, como también harán las empresas energéticas.
En definitiva, unas medidas populistas, de cara a la galería, y nada más. Esas medidas no frenarán los altos índices de inflación (récord de los últimos 40 años), pues los costes finales se trasladarán a los precios de los respectivos consumidores.
- Gratuidad en determinados billetes multi-viaje de Renfe, entre el 1 de setiembre y el 31 de diciembre de este año; demandando a los responsables de las comunidades autonómicas, que hagan lo mismo en los transportes urbanos y de cercanías que dependen de ellas.
Ahora bien, como respondió el President de la Generalitat de Catalunya, Pere Aragonès, esa demanda era puramente demagógica, pues pedir que las comunidades, ya de por sí infra-financiadas, asuman esos sobre costes, es impensable. Asimismo, la repercusión en esos transportes, ya saturados, y con múltiples deficiencias, comportará repercusiones previsibles.
Sobre el particular, la diputada Ana María Oramas, de Coalición Canaria, respondió a Pedro Sánchez, que esa medida es un ejemplo más de su olvido de las Islas Canarias, pues en ese archipiélago no había trenes, ¿subvencionará las ‘guaguas’, les preguntó?, sin obtener respuesta.
Está claro que una medida así, para un cuatrimestre, no solucionará la inflación; asimismo, comporta una complejidad técnica. La ministra de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, manifestó que tenían dos meses para solucionar los aspectos de los actuales billetes integrados en diferentes redes de transporte, dependientes de distintas administraciones; y, claro, después tendrá que informarse a los usuarios y programar las máquinas. Y eso en pleno período estival, y en plena elaboración de los presupuestos de las respectivas comunidades y ayuntamientos.
Todo es, por lo tanto, una mera ocurrencia de los asesores de Pedro Sánchez, sin pensar en la complejidad real. Pero, claro, el narcisista Sánchez ya ha conseguido su foto de ‘izquierdista’, que, aunque le dure cuatro días, ya le vale.
- Becas suplementarias de 100 € mensuales para los estudiantes de más de 16 años que actualmente ya están recibiendo una beca. Una buena medida, pero insuficiente, refiriéndose a cuatro meses.
- La construcción de 12.000 pisos sociales para Madrid. Esto ya es el colmo. Refleja claramente, que ‘Madrid es España y España es Madrid’, como dijo la infumable Isabel Díaz Ayuso (PP), presidenta de la comunidad de Madrid.
Como vemos, y constatamos por enésima vez, el Pinocho Pedro Sánchez, reforzado por los medios de comunicación sistémicos, ha vuelto a levantar la camisa a la población. Lástima que a Pedro Sánchez no le crezca la nariz, como pasaba en el cuento de ‘Las aventuras de Pinocho’ (de Carlo Collodi, seudónimo de Carlo Lorenzini, 1826-1890) publicado en 1882-1883; pues Pedro Sánchez tendría la nariz kilométrica.
Pero los asesores de Sánchez le deben aconsejar que obtener esa foto ahora, ya le vale la pena. Aunque muchos veamos que sólo hay humo. Por eso me parece idóneo reproducir el siguiente cuento, como metáfora.
La carreta vacía.
Alejandra caminaba con su padre cuando éste, de repente, se detuvo en una curva del camino. Después de un breve silencio, le preguntó: Además del cantar de los pájaros, ¿qué oyes, Alejandra?
La niña paró, aguzando sus oídos. Después de unos segundos, respondió: Papá, estoy oyendo el ruido de una carreta que se acerca.
Muy bien, respondió su padre, tienes razón, se está acercando una carreta vacía.
Alejandra, asombrada, preguntó a su padre: ¿Cómo sabes que es una carreta vacía si aún no la has visto?
Entonces, el padre respondió: Es muy fácil cuando una carreta está vacía, por el ruido que hace. Cuanto más vacía está la carreta, mayor ruido hace.
Alejandra se convirtió en adulta y, siempre que veía una persona interrumpiendo una conversación y hablando demasiado de sí misma, de forma inoportuna o violenta, o presumiendo de lo que poseía, tenía la impresión de oír la voz de su padre diciendo: Cuanto más vacía está la carreta, mayor es el ruido que hace.
No es difícil aplicar este cuento a Pedro Sánchez que, con sus medios de comunicación subvencionados, no deja de hacer y multiplicar su ruido, cuando, en realidad, Sánchez es una carreta vacía, pues las medidas citadas, cuando se hagan efectivas en la proposición de ley, veremos que se han empequeñecido, quedando casi en nada.
Es el mismo juego de ‘trilero’ que Pedro Sánchez hace con la mesa de diálogo con el president de la Generalitat de Catalunya, para, teóricamente, solventar el problema catalán. Pero, hoy se ha hecho público que Sánchez tiene previsto enmarcar esa reunión, en una serie de reuniones bilaterales con otros presidentes autonómicos (como ya hizo la anterior ocasión). Una vergüenza más, ya que, de ese modo, desvirtúa la finalidad de esa mesa de diálogo, tan defendida por ERC; pero, Sánchez, de cara a su partido y al resto de los españoles, demostrará que no está supeditado al problema catalán.
Y viendo todo eso, es triste constatar que nuestros líderes catalanes sigan creyéndose gallos rojos (como explicaba la canción de Chicho Ferlosio, que reproduje en mi escrito de ayer), cuando, en realidad, son gallos descabezados, que se mueven por pura inercia.
En estos momentos, los únicos gallos rojos, como me comentó un compañero de Meridiana Resisteix, somos los que seguimos incordiando y recordando el túnel negro en el que estamos. Y, evidente, el gran gallo rojo sigue siendo Carles Puigdemont, el president en el exilio.
Exilio que se complica, pues hoy hemos visto que el abogado Richard de la Tour, del TJUE ha respaldado la tesis del juez español Pablo Llarena, respecto a las euroórdenes; si bien la decisión debe ser corroborada por la sentencia final.
Que los argumentos sean que Bélgica no puede entrar a valorar si el supremo español es la autoridad competente, y que el riesgo de no tener un juicio imparcial no es evidente, pues se han de demostrar las deficiencias sistémicas y generalizadas en el funcionamiento del sistema judicial español.
Está claro que no hay más ciego que el que no quiere ver. Parece que no sepan lo que ocurrió en el juicio a los políticos y líderes sociales, que acabaron más de tres años en prisión, hasta su indulto condicionado. Y tampoco ven la cantidad de juicios que se están haciendo y los que están pendientes. Y tampoco ven que la fiscalía pida 6 años de prisión y 21 años de inhabilitación a la actual presidenta del Parlament de Catalunya, Laura Borràs.
Como vemos, los independentistas catalanes estamos muy solos (como los pueblos mapuche sudamericanos, el pueblo corso de Córcega, el pueblo sardo de Cerdeña, el pueblo palestino, y un sinfín de pueblos minorizados, como nos recordaron ayer los compañeros, Jorge e Ivano, que nos visitaron en la avenida Meridiana de Barcelona).
Y, en nuestro caso, delante de un estado amoral (igual que en los otros casos), como nos demuestran sus cloacas, que vamos conociendo.
Por eso, tendríamos que ser inteligentes, y aprender de Sun Tzu, ‘El arte de la guerra’ (que también cité en mi escrito de ayer):
Ese autor, entre sus máximas, citó: ‘La estrategia sin táctica es el más lento camino hacia la victoria. Las tácticas sin estrategia son el ruido antes de la derrota’.
Y, en este momento, los independentistas catalanes actuamos con diferentes tácticas, más o menos aisladas, pero nos falta una estrategia global.
