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Pedro Sánchez y las lentejas

En la Biblia, Génesis, capítulo 25, versículos del 19 al 35, se narra la historia de los nietos de Abraham. Éste tuvo un único hijo, Isaac.

Isaac se casó, a los cuarenta años, con Rebeca; y cuando Isaac tenía sesenta años, tuvieron dos hijos gemelos. Nació primero Esaú, rubio. Después su hermano, Jacob. Los dos hermanos ya venían peleando en el seno materno. Lo peor vendría después: conseguir la primogenitura. Suceder a Isaac en el gobierno de las tribus de Israel y alzarse con el poder absoluto de aquellos nómadas en su égira por encontrar y asentarse en la tierra prometida. Ya se lo había dicho Yahvé a Rebeca, “dos naciones hay en tu seno y el pueblo será dividido”

Rebeca prefería a Jacob, y con su ayuda, consiguió el gobierno de las tribus gracias a una artimaña.

Crecieron los niños y Esaú fue diestro en la caza, hombre del campo; pero Jacob era varón quieto, que habitaba en tiendas.

Y amó Isaac a Esaú, porque comía de su caza; mas Rebeca amaba a Jacob.

Y guisó Jacob un potaje; y volviendo Esaú del campo, cansado, dijo a Jacob: “te ruego que me des a comer de ese guiso rojo, pues estoy muy cansado. Y Jacob respondió: “véndeme en este día tu primogenitura”.

Entonces dijo Esaú: “e aquí yo me voy a morir; ¿para qué, pues, me servirá la primogenitura? Y Jacob le dijo: “júramelo en este día. Y él lo juró, y vendió a Jacob su primogenitura”. Entonces Jacob dio a Esaú pan y del guisado de las lentejas; y él comió y bebió, y se levantó y se fue. Así menospreció Esaú la primogenitura.

Años después, antes de morir Isaac, Jacob engañó a su padre al cubrirse con piel de cordero para que Isaac, ciego por los años, al palpar a su hijo Jacob creyera que estaba tocando a Esaú, pues el primogénito verdadero, era mucho más peludo que su hermano Jacob.

Pido perdón al paciente lector por una referencia tan larga y conocida, pero me parece que podemos ver muchos paralelismos con la situación política española actual, como intentaré razonar seguidamente, mediante un juego de espejos mágicos.

Podríamos asimilar a Pedro Sánchez con Esaú, preferido de Isaac, en nuestro caso, preferido por los electores. Jacob podría simbolizar, en nuestro juego de similitudes, a los independentistas catalanes, es decir, preferido por nosotros, sus votantes.

Sánchez / Esaú, por conveniencias de su juego político, de su geometría variable, por un plato de lentejas, es decir, por el apoyo del partido de Ciudadanos, de derechas, a la nueva prórroga del estado de alarma, vendiendo así su “alma”, es decir, su ideología pragmática, que, por lo visto, cotiza muy poco.

Y tras esa venta, a Pedro Sánchez, el funambulista, mediante un nuevo giro copernicano, de los que ya estamos acostumbrados, sólo le queda disfrazarse con la piel de cordero, y asumir el papel de Jacob, poniendo su cara de niño que no ha roto nunca ningún plato, y engañar a su padre, es decir a los electores, con el argumento de que su estado de alarma está salvando cientos de miles de vidas; y, en consecuencia, dejar a los independentistas catalanes sin ningún papel en la historia (como le ha pasado a ERC, el Partido Republicano de Catalunya, pues ahora su peso en el Congreso ha pasado a ser irrelevante).

Y a Pedro Sánchez apenas le ha comportado ningún coste político, pues según dicen sus propias encuestas del CIS, incrementaría su apoyo popular.

Asimismo, estratégicamente ha hecho un negocio redondo, pues ha acabado pactando con el que desde hace años deseaba como socio predilecto (Ciudadanos), y el precio ha sido barato: una prórroga quincenal, en lugar de mensual, como pretendía; y asumir las exigencias de ese partido de derechas, unionista, nacionalista español y, como su historia ha mostrado desde su nacimiento, es decir, vetar toda demanda independentista catalán, por lo que la iniciada mesa del diálogo, si bien formalmente sigue, está más muerta que Isaac. Y eso, para Sánchez, es una ventaja adicional, obviamente, aunque diga que su deseo de diálogo sigue igual de vivo, pero ¿alguien le cree, a estas alturas?

Y Unidas Podemos, el partido liderado por Pablo Iglesias, socio de gobierno con el PSOE, en esta auca podría asumir el papel de Rebeca que, tras apoyar una opción, pierde todo tipo de papel, ya que es Jacob el que decide y actúa, sin mayor ayuda de su madre, coautora de la traición a su marido Isaac.

Como no puede ser de otro modo, este panorama político nos deja muy desamparados, ya que vemos que las decisiones que toma el gobierno español no son consistentes, ni transparentes, ni tienen el nivel didáctico requerido para ser comprendido y asumido por la población general.

Seguidamente expongo un par de ejemplos, que muestran la escasa capacidad organizativa del gobierno de España y del ayuntamiento de Barcelona:

1 – Uso de mascarillas:

“Ya a mediados de marzo del 2020, la OMS comunicó oficialmente que el virus ‘no se transmitía por el aire’ y que, en consecuencia, el uso generalizado de mascarillas por parte de la población no evitaría contagios. Simultáneamente, pero, afirmaba que el uso de mascarillas era fundamental para evitar el contagio de los sanitarios (era evidente que lo que pretendían los comunicados de a OMS era, en realidad, que a gente no acumulase absurdamente mascarillas, como había sucedido pocos días antes con otros productos (papel higiénico, etc.). ¿Es lícito, en todo caso, que una organización se exprese ambiguamente en sus comunicados oficiales con la intención de evitar males mayores (en este caso, que el personal sanitario se quedase sin protección)? ¿Cómo puede ser que, en sólo dos meses, una conducta, como llevar la mascarilla, que se llegó a ridiculizar, sea ahora obligatoria? No es descartable que aquellos primeros mensajes ambiguos causasen miles de contagiados evitables. Tampoco no es descartable, asimismo, que un mensaje en sentido contrario hubiese provocado un problema mucho peor. Por desgracia, la ética no sirve para resolver todos los dilemas, pero sí para repensarlos más allá de los lugares comunes” (Ferrán Sáez Mateu, profesor URL, Ara, 20/5/20).

En España, finalmente, después de muchos mensajes contradictorios sobre la obligatoriedad de las mascarillas, pues el portavoz del gabinete médico del gobierno, el Dr. Fernando Simón, la consideraba “altamente recomendable”, pero no obligatoria; si bien hoy (BOE núm. 142) se determina que su obligatoriedad “está justificada no sólo por la alta transmisibilidad (del virus), sino también por la capacidad que han demostrado las mascarillas para bloquear la emisión de gotas infectadas, muy importante cuando no es posible mantener la distancia de seguridad” a partir de mañana, en todos los espacios públicos cerrados, y en “ la vía pública, en espacios al aire libre y en cualquier espacio cerrado de uso público o que se encuentre abierto al público, siempre que no sea posible mantener una distancia de seguridad interpersonal de al menos dos metros” (…) detallando, asimismo, las excepciones a esa obligatoriedad, entre ellas (art. 2.c) para el “desarrollo de actividades en las que, por la propia naturaleza de estas, resulte incompatible el uso de mascarilla”.

Pues bien, ahora resulta que la constante discusión sobre el tipo de mascarilla (higiénica, quirúrgica, FFP2), ahora resulta que ya es igual, incluso una mascarilla casera, o un simple pañuelo, ya son válidos; por lo que se ve, el fondo real y efectivo de la obligación, tampoco es transparente.

Asimismo, el referido artículo 2.c, por el que se contempla el deporte, excluye esa obligatoriedad, cuando los corredores, por ejemplo, son los que exhalan más fuerte dejando una nube tras ellos, por lo que dos metros no garantizan nada, máxime cuando te pasan muy próximos; así que por ellos, los que vamos a pasear dentro de nuestras franjas horarias, deberemos cubrirnos, con la incomodidad que comporta, ya que si bien podemos salir brevemente, no podremos ni airearnos bien, ni tomar el sol, y eso sin tener culpa de nada.

2 – Utilización de las playas:

Según el ayuntamiento de Barcelona, “las playas abren solo para pasear o hacer deporte, por los puntos de acceso habilitados y en los horarios autorizados. Desde el 20 de mayo, se puede acceder a las playas entre las 6.00 y las 20.00 horas solo para pasear o hacer deporte. No se permite en ningún caso el baño recreativo ni quedarse en la arena para tomar el sol (…) por lo que las playas se abren exclusivamente para pasear y para la práctica de actividades deportivas individuales (…) Durante la franja deportiva (de 6.00 a 10.00 horas) puede acceder cualquier ciudadano del término municipal. Durante el resto de las franjas horarias, los que vivan en un radio de 1 kilómetro de las playas. No se puede acceder a las playas en transporte público ni en vehículo privado. Solo a pie o en bicicleta (…)”.

Un verdadero galimatías, pues los que vivimos más lejos y sólo podemos salir en las franjas horarias y en un radio de acción de 1 kilómetro de la vivienda, no podemos acceder. Si “nuestro deporte” es andar, y podemos ir hasta la playa, ¿porqué debemos limitar a verla desde el paseo marítimo?

Todo queda muy abierto, demasiado ambiguo y sujeto a interpretaciones de todo tipo; y eso es lo que debería evitar toda normativa, máxime si puede comportar sanciones. Pero, claro, “pedir peras al olmo”, es pedir demasiado, si bien, es responsabilidad de los dirigentes dirigirnos bien, pero si oímos a nuestra alcaldesa Ada Colau, al final siempre será culpa de la Generalitat de Catalunya; en lugar de comparar cómo lo están haciendo en otros municipios con similares problemáticas, y digo similares, ya que la densidad de la población de la ciudad realmente complica mucho todo tipo de decisiones, pero en otros países sí que hay grandes ciudades con playas, que podrían enseñar alguna metodología menos invasiva.

Pero esa escasa capacidad organizativa citada es endógena y es debida a la mínima capacitación intelectual de los máximos dirigentes, como podemos ver en unas recientes declaraciones sobre la incidencia del virus en España:

1 – Carmen Calvo Povato, vicepresidenta primera del gobierno español:

Comentó, ante la Comisión Constitucional del Senado “La verdad es que a veces los mapas los tiene uno en la cabeza y los tiene mal, no me había dado cuenta de que Nueva York, Madrid, Teherán y Pekín están en línea recta. No exactamente, pero casi en línea, en horizontal. Y son tres (si bien cita 4) de las grandes ciudades donde se ha dado un problema del demonio. (…) Leyendo, se había topado con una información que sugería que la expansión del virus parece que tiene que ver con unas determinadas temperaturas, que no son ni muy frías ni muy cálidas (…) Habían acabado dándose cuenta de a base de darle muchas vueltas de cómo esto ha afectado (…) Si eso es así, el verano no ayudará mucho y el otoño no sabemos cómo vendrá”.

“Lo cierto es que existe un estudio científico, publicado originalmente en marzo y revisado en abril (…) no obstante esa investigación, llevada a cabo por seis investigadores de diferentes universidades estadounidenses e iraníes, aún no ha sido revisada. La publicación, además, hace más referencias que una simple ‘línea recta’ (…) aseguraban haber encontrado una similitud tanto de temperaturas como de humedad en varias de las zonas que habían sufrido una importante transmisión comunitaria del coronavirus (…) Por otro lado, el estudio hablaba originalmente de Wuhan -origen del virus – y no de Pekín, Nueva York o Teherán (…) señalaba, además de Madrid, a otras siete ciudades como Tokio, Milán, Seattle o Qom (Irán) (…) y ponía en alerta a ciudades como Nueva York, Londres, Berlín, Vancouver, Varsovia o Kiev” (ABC).

2 – Teresa Rivera Rodríguez, vicepresidenta cuarta del gobierno:

Justificó la buena evolución de la pandemia en el país vecino a que “Portugal paró antes. Venía del este y ellos están un poco más al oeste y entonces pudieron parar un poco antes” (Heraldo).

Posteriormente tildó de un “yo diría lo que siempre he dicho, chascarrillos mal traídos aparte” su explicación sobre el porqué de la buena evolución del virus de Portugal

Parece que el principal argumento de Pedro Sánchez, de que el virus no entiende de fronteras, parece que sabe de geografía y climatología, por lo que su ideario de que “en esto entramos unidos y saldremos unidos”, cae por su propio pie, como vemos también en la progresión del desescalamiento.

Dado este elevadísimo nivel cultural, no es de extrañar que temas de mayor enjundia, como que en Catalunya todavía hayan 80.000 personas (un 11%) sin cobrar el prometido subsidio del ERTE (expediente de regulación de empleo) y, por lo tanto, sigan en el limbo de los justos; o que sigan “justificando” el estado de alarma que, a estas alturas ya se ve motivado por fines políticos y económicos, más que sanitarios; etc., nos muestra que en su momento debería efectuarse una auditoría de las respectivas gestiones, y obrar en consecuencia, pues los políticos deberían asumir sus responsabilidades, ya que gobernar es mandar, pero también rendir cuentas.

Claro que siempre tendremos a Pedro Sánchez, con su “habitual modestia”, que nos dirá que sólo fue un plato de lentejas, cuando hubiera podido pedir una mariscada.

Amadeo Palliser Cifuentes