Buscar

Pedro Sánchez y Salvador Illa, políticos sin escrúpulos

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Constantemente tenemos pruebas fehacientes que nos muestran el nulo respeto de Pedro Sánchez y Salvador Illa por la democracia; y el súmmum es que se presentan como víctimas, como ‘heautontimoroumenos’; como intento explicar en este escrito.

Según el diccionario de la RAE, ‘las personas sin escrúpulos actúan sin preocuparse por su conciencia, o sin tomar en cuenta los criterios que socialmente se consideran buenos o correctos’. 

Pues bien, no hace falta rebuscar, ya que casi diariamente tenemos pruebas que nos confirman que Sánchez e Illa, el Dúo Sacapuntas, a modo de los humoristas que conformaron ese dúo: el monosabio, tocho y sarcástico, El Pulga (Juan Rosa Junquera) y el colérico El Linterna (Manolo Sarria), actúan, sin escrúpulos, buscando, especialmente, su rédito personal y partidista.

Así, ayer supimos que el gobierno más progresista de la galaxia, había confirmado la compra a una empresa israelí (Guardian Defense & Homeland Security, S. A.) de 15 millones de balas 9×19 mm, por un total de 6,6 millones de euros, para el cuerpo de la guardia civil, contraviniendo las promesas de no vender ni comprar a Israel, como ‘represalia’ por su actuación en Gaza. Por su parte, el president de la Generalitat, para mostrarse ‘más papista que el Papa’, había anulado ciertos actos folclóricos (salvando su entrevista con el escritor Cercas, por su españolidad, claro) e incluso, en un comunicado oficial, Illa apareció junto una senyera con crepón negro; contraviniendo, así, la aconfesionalidad establecida por la constitución y el Estatut. Y todo eso, claro, son muestras antidemocráticas, que contradicen ‘el gobierno de todos’, el mantra con el que nos machaca constantemente Illa.

El Pulga y El Linterna se hicieron famosos en 1987, cuando fueron seleccionados por Chicho Ibáñez Serrador, para su concurso ‘Un, dos, tres … responda otra vez’, y, en sus actuaciones de ‘yo quiero ser torero’, se preguntaban: ‘¿Cómo estaba la plaza? … ¡abarrotáaaaa!’, o su mantra: ‘el 22, 22, 22, …’.

Así, el dúo Sánchez e Illa se muestran como los monosabios que se creen tener las preguntas y las respuestas más ocurrentes.

Para contrarrestar las críticas generalizadas, especialmente de su socia de gobierno, Yolanda Díaz (Sumar), Sánchez envió a sus voceros (Alegría y Grande-Marlaska) para ‘justificar’ su decisión, mintiendo como bellacos, ya que expresaron que la compra ya estaba consignada antes de la toma de decisión de frenar sus relaciones comerciales con empresas israelís; y que romper ahora ese contrato, comportaría tener que pagar el importe más los recargos, y sin tener las balas.

La prensa ha demostrado hoy, que los días 23 y 24 de febrero del 2024 se licitó esa compra, y el 21 de octubre de ese mismo año, se confirmó la misma. Pero, claro, todo ello con posterioridad a las declaraciones de Sánchez, efectuadas el 7 de octubre del 2023, de romper las relaciones comerciales, y que Sánchez ha repetido como su mantra, tanto en foros españoles como de la UE.

Y ahora, viendo que la crisis iba en aumento, como las bolas de nieve, hoy, el gobierno de Sánchez ha comunicado que rompían ese contrato, sin especificar el coste de las contrapartidas. Pero eso no es sorprendente, hoy se cumple un año de su retiro espiritual fake, para acabar presentándose como el paladín de las reformas saneadoras del estado. Todo es pura filfa, hablar por no callar, y presentándose como el gran ‘apatrullador de la ciudad’, rememorando a Santiago Segura.

Lo grave, es ¿por qué necesita la guardia civil tantos millones de balas?, pues si son para ejercicios de tiro, son una exageración; y también para sus actuaciones ‘apatrulladoras’, similares a las de la canción del mencionado ‘apatrullador de la ciudad’:

Por la noche con su coche,

vigilando sin cesar

va tu amigo el policía, policía nacional

los peligros que le acechan a él

los debe de afrentar

pues adquiere un compromiso

con toda la sociedad.

Delincuencia y gamberrismo, violencia y drogadicción

con entrega y energía, él será la salvación

lo mismo rescata un perro de morir atropellado

que evita que den un golpe en el viz que haya burgado.

(…)

¿O es que Sánchez espera que nos invadan los rusos????

Y ese tipo de despilfarro, como el aumento del gasto de defensa, sin control parlamentario, es una grave afrenta a la ciudadanía; ya que, por más que nos diga que no recortará los servicios sociales, sabemos que ya los está recortando. Yo tengo claros ejemplos personales, pues, por temas de coste, no se me efectúan determinadas pruebas; por ejemplo, hace unos días, en el Hospital de Sant Pau, al presentarles un informe de segunda opinión diagnóstica (solicitada siguiendo los previstos trámites administrativos de la propia Seguridad Social), el Hospital de la Valle Hebrón apuntó que:

‘Teniendo en cuenta que el paciente presenta criterios de alto riesgo (ISUP 4, iT3a), recomendaríamos completar el estudio de extensión con PET-TC Ga-68 PSMA, y en caso de confirmarse ausencia de enfermedad metastásica …’ (confirmaba el diagnóstico y tratamiento prescrito originalmente)

Pues bien, viendo ese informe, la doctora de Sant Pau me dijo que esa ‘era la Tesla de las pruebas y que ellos aplicaban otras de inferior coste, pero también igualmente efectivas (…) por temas de coste (…) y que, por mi edad y datos, no se aplicaba la necesidad de esa prueba diagnóstica’. Ante mi protesta, diciéndole que mi vida, para mi, es muy importante y justifica esa prueba, volvió a repetirme que ‘en mi caso no se aplicaba’. En fin, 47 años cotizando como asalariado, y que, en el momento necesario, verte tratado como un viejo costoso, es vergonzoso, como para aplaudir a Sánchez despilfarrando en armamento …

Por su parte, Illa, sabiendo las críticas que recibiría, se puso las tiritas antes de las heridas, y se defendió diciendo que la cultura occidental tiene una base cristiana. Pero, claro, ‘excusatio non petita, accusatio manifiesta’ (excusa no pedida, culpa manifiesta); y eso el monaguillo Illa lo sabe.

Por todo ello no acepto que, encima, Pedro Sánchez y su monaguillo Salvador Illa, se presenten como ‘heautontimorumenos’ (del griego ‘heautou’, de uno mismo) los tormentadores de sí mismos, los grandes sacrificados, como en la comedia de Publius Terentius Afer (Africano), (Terencio, 184 a. C. – 159 a. C.), en la que los personajes actúan de forma rocambolesca y complicada buscando lograr sus objetivos.

Miguel de Unamuno y Yugo (1864 – 1936), en su cuento ‘Artemio, heautontimoroumenos’, explica:

‘El veneno de la víbora, ¿lo es para ella misma’ Es decir, si una víbora se picase a sí misma, ¿se envenenaría? (…) ¿no podrá un hombre empozoñarse mordiéndose a sí mismo, en un ataque de rabia, a falta de otro hombre a mano en quien poder ensañarse desahogando su mordaz rabia?

Artemio A. Silva se lanzó a la vida pública, a su carrera social, llevando en sí, como todo hijo de hombre y mujer, por lo menos dos yos, acaso más, pero reunidos en torno de estos dos que los acaudillaban. Llevaba su ángel bueno y su ángel malo, o, como habría dicho Pascal, su ángel y su bestia. Eran como el doctor Jekyll y el Mr. Hyde del maravilloso relato de Stevenson, relato que nadie que quiera saber algo de los abismos del alma humana, debe ignorar.

El un yo de Artemio A Silva, el que podríamos llamar más externo o público, el más cínico, era un yo sin escrúpulos, arribista o eficacista; su mira, lo que en el siglo se llama medrar y triunfar y fuera como fuese. Su divisa, la del eficacismo, esto es, que el fin justifica los medios. Y su fin, gozar de la visa, lo que se llama así.

Pero por más dentro tenía Artemio A. Silva, otro yo, que diríamos más interno, un yo privado, un yo hipócrita, lleno de escrúpulos y con la preocupación moral. Era el yo del mandamiento moral; era la fuente del remordimiento. Y era su yo pesimista, así como el otro era el optimista. Artemio le llamaba a ese yo su conciencia, como si el otro también no lo fuera.

(…) El escondido yo moral de Artemio admiraba ocultamente -pues quería ocultárserlo a si mismo- a su yo eficacista o inmoral. 

(…) No conocíamos alma más complicada y torturada que la del pobre Artemio A. Silva, un nuevo heautontimoroumenos, el que se atormentaba a sí mismo (…) Artemio era, en rigor, un envidioso de sí mismo, Porque cuando se revolvía alguno que hubiese medrado en el siglo, decíase: ‘¡Así pude haber sido yo si no me hubiesen contenido este maldito ángel, preocupado por la justicia y del deber! Y cuando se revolvía contra alguno que mantuviese la entereza de un corazón recto y justo y, con ella, el respeto de los mejores, decíase Artemio: ‘¡Así pude haber sido yo si no me hubiese empujado, y sin eficacia, este maldito demonio, que jamás pensó más que en su provecho!’ (…)‘

En definitiva, deberíamos ser críticos, extremadamente críticos, con los políticos (los nuestros en primera instancia, pero, también, con los internacionales), pues (Johanna) Hannah Arendt (1906 – 1975) escribió: ‘El revolucionario más radical se convertirá en conservador el día después de la revolución’. Pero también deberíamos ser críticos con nosotros mismos, para no escudarnos con cualquier excusa o conformarnos con mensajes tonteras, como la canción ‘Sobreviviré’ (de Mónica Naranjo) o ‘Resistiré’ (del Dúo Dinámico) que repetimos hasta el aburrimiento durante la pandemia, y que, después, rápidamente olvidamos.

Sólo siendo aguerridamente críticos, podremos, quizás, conseguir los objetivos que deseamos.