Buscar

Pere Aragonès necesita matar a su padre

Amadeo Palliser Cifuentes
Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Sólo unas líneas para dejar constancia del resultado de las elecciones entre los militantes de Junts, sobre su continuidad en el gobierno de coalición de la Generalitat, con ERC.

Ya comenté, hace días, sobre la nula representatividad que tienen 6.465 militantes de Junts, para decidir el futuro de la gobernabilidad de Catalunya, pues, como expresé, más que democracia, fue una dejación de responsabilidades y falta de valentía por parte de los cargos electos; que pueden consultar, pero no inhibirse de sus prerrogativas intransferibles. Ya no insistiré en este punto.

Únicamente señalar, que el resultado fue la participación de un 79,18%, de los cuáles:

  • el 42,29% voto mantener la participación en el gobierno;
  • el 55,73% votaron dejar el gobierno;
  • y el 1,88% votó en blanco.

Es decir, votaron 5.119 militantes, de los cuáles, 2.853 votaron salir del gobierno, y 2.165 votaron la continuidad. En definitiva, 688 militantes decidieron el cambio estratégico del gobierno. Un ridículo total, como para alardear de democracia.

Pero, aún así, me felicito por la salida del gobierno, dado que ERC no ha cumplido ninguno de los tres compromisos pactados en el acuerdo de investidura; y, encima, se ha vanagloriado de cargarse el nombramiento de Carles Puigdemont, como president de la Generalitat, apoyó cesar a la presidenta del Parlament, Laura Borràs, y también de Jordi Puigneró, como vicepresident de la Generalitat, todos ellos de Junts. Y, para más inri, atacar a la ANC y no participar en la manifestación de la pasada Diada (11 de setiembre), ni en la del 1 de octubre (quinto aniversario del referéndum), ya que lo había organizado el Consell de la República (Carles Puigdemont).

Y, claro, sin olvidar que todo ello lo ha hecho tanto por pura ‘venganza’ contra su rival de siempre, como para hacer un seguidismo del gobierno del estado, por miedo a más represalias; y, por lo tanto, conformarse con el gobierno autonómico disminuido, como lo muestra la falsa mesa de diálogo.

En definitiva, ERC sigue con la tónica de siglos atrás, manteniendo el combate, recordando a los nyerros y cadells (que ya comenté en un escrito anterior). Pero, ante las luces y taquígrafos, muestra su cara de dialogante y de mantener la mano abierta. Puro fariseísmo (que es hipócrita y finge una moral, unos sentimientos o unas creencias religiosas que no tiene).

Es preciso recordar que los fariseos fueron una secta religiosa judaica de la época de Jesús, que se caracterizaba por observar escrupulosamente y con cierta afectación los preceptos de la ley mosaica; en general se interesaba más por la manifestación externa de esos preceptos que por seguir el espíritu de la ley.

Y el sumo sacerdote fariseo, Oriol Junqueras (el actual Caifás y Anás), ahora descarta pactar los presupuestos con el PSC/PSOE, por haber respaldado el 155 (pero ‘olvida’, que su mismo partido de ERC pacta los presupuestos de Pedro Sánchez), y comentó que es el momento de ser conscientes, ante los que inconscientemente han decidido salir del gobierno. Que desvergüenza,  cuando han hecho todo lo posible e imposible para echarlos, siguiendo la máxima: para que se consiga el efecto sin que se note el cuidado’; de Felipe V, en el decreto de nueva planta, de 1716.

Contrarios a los fariseos, fueron los saduceos (zadokitas), descendientes del sumo sacerdote Sadoq, de la época de Salomón. El nombre de Sadoq significa ‘justicia’ o ‘rectitud’, por lo que saduceos puede traducirse como justos o rectos. Y representaron el judaísmo oficial, ya que esta agrupación estaba formada, fundamentalmente, por la aristocracia sacerdotal y los grandes propietarios.

Y, siguiendo con el símil, Junts podría representar el paralelo a la secta de Sadoq, y, éste, simbolizar a Carles Puigdemont.

Los otros grupos judaicos de esa época fueron los zelotes y los esenios que, salvando las muchas diferencias, podríamos asimilar a la CUP.

Ayer, todos los partidos comentaron los resultados y, como pasa después de todas las elecciones, todos se proclaman vencedores. En realidad, todos son hipócritas.

Volviendo al Parlament, es preciso recordar que las elecciones del 14 de febrero del 2021 dieron el siguiente resultado:

  • PSC/PSOE: 654.766 votos – 33 diputados.
  • ERC: 605.581 votos – 33 diputados.
  • JuntsXCat: 570.539 votos – 32 diputados.

En todos los parlamentos democráticos, suele gobernar el partido que mayoritariamente vence las elecciones, o, en su caso, el mayoritario junto con un minoritario; o, también, varios minoritarios formando un gobierno de coalición. Ésta fue la fórmula utilizada en Catalunya.

Pero, ahora, lo que ya es ilógico del todo, y antidemocrático, es que un gobierno que no ha ganado las elecciones, y es minoritario, gobierne en solitario (salvo apoyos externos más o menos inconfesables, como podría ser acabar con el movimiento independentista)

Pere Aragonès no ha hecho autocrítica, por perder el apoyo del 52 % de los diputados (primero le abandonó la CUP, y ahora Junts). Y ahora, se plantea seguir gobernando con un 24,4% de los diputados del Parlament. Y no se atreverá a pedir una moción de confianza (como se había comprometido en la investidura, con la CUP; y como le propuso Junts, hace unos días). Quedará expuesto a una posible moción de censura, cuando les interese a los unionistas (posiblemente, después de las próximas elecciones municipales)

Aragonès se esconde en la trinchera, con discursos grandilocuentes de garantizar la estabilidad, dada la crítica situación inflacionaria.

Igualmente, los mentirosos Pedro Sánchez y Ada Colau, también se prestan a apoyar para garantizar la estabilidad. Sánchez, para garantizarse la aprobación de sus presupuestos; Colau, únicamente por puro protagonismo, ya que ella no pinta nada en esta crisis, pues mencionar las familias que no tienen vivienda y las que no llegan a final de mes, es pura demagogia, y si realmente quiere hacer frente a estos problemas, que deje de malgastar millones de euros para remodelar las Ramblas, o para desgraciar otras zonas, con sus islas pacificadas, nada más).  

Pedro Sánchez, desde Berna, tuvo la desfachatez de lanzar su matraca de siempre: que, ante la guerra contra Rusia, con la crisis energética, con la inflación, con la pandemia todavía no superada totalmente, que no es el momento de inestabilidades añadidas, y que, como ha hecho siempre, extenderá la mano para estabilizar el gobierno de la Generalitat y para superar la crisis de convivencia entre los catalanes.

No se pueden decir más mentiras y más inexactitudes; pero el narcisista Pedro Sánchez, no sabe más, ese es su estilo; mentir y después incumplir. Ya lo hemos sufrido muchos años.

Y escudarse, como hace siempre, en los grandes problemas: la guerra de Rusia, la crisis energética, la pandemia, etc., para no afrontar los problemas más próximos, es propio de incompetentes. Decir que las democracias deben ser estables ante estos problemas, es pura mentira.

Sobre el particular, es preciso señalar que la primera ministra de Dinamarca, Mette Frederiksen (socialdemócrata), dado el ultimátum presentado por la líder liberal Sofie Carsten-Nielsen, el pasado 2 de julio (por un informe crítico sobre la decisión de sacrificar a millones de visones por una mutación del Covid), al ver que no ha podido gestionar el actual gobierno de minoría con apoyos puntuales, y ahora, con el riesgo de sufrir una moción de censura, ha decidido convocar elecciones para el día 1 de noviembre; reconociendo que la situación actual es complicada (especialmente por el sabotaje en el conducto de gas en el Nord Stream 1 y 2, pero reconoce que es lo que desea la mayoría del parlamento.

Esto es una gran lección de democracia, que deberían aprender Pedro Sánchez, Pere Aragonès, Oriol Junqueras, Ada Colau, etc. Pero, claro, estas lecciones ni las miran, ese día hicieron novillos en el colegio, y confabulaban para seguir mandando / chupando.

Por lo tanto, nada de lecciones de democracia, lo único que les interesa es mantenerse en el gobierno.

Y Pedro Sánchez únicamente sueña en su futuro: presidente (rotatorio semestral) de la UE, el segundo semestre del 2023, y la presidencia de los socialistas europeos (su futuro empleo soñado); por eso, los problemas caseros de España, ya le quedan muy lejos y le molestan.

Para finalizar este escrito, puntualmente excepcional, sólo me queda recomendar a Pere Aragonès que, si quiere ‘madurar’ y reafirmarse, no le queda otra que ‘matar a su padre’ (Oriol Junqueras), psicoanalíticamente hablando.

Sigmund Freud (1856-1939), expresó la idea de ‘matar al padre’, como metáfora impactante, para reflejar la necesidad de romper determinados vínculos paternos, que le impiden volar por su cuenta.

Freud se inspiró en Honoré de Balzac (1799-1850) que había escrito: ‘cuando la República cortó la cabeza a Luis XVI, se la cortó a todos los padres’.

Freud, en el Congreso Psicoanalítico de Munich (1912) discutió con su discípulo Carl Gustav Jung (1875-1961), sobre las razones por las que Amenophis IV decidió eliminar todo vestigio iconográfico del reinado de su padre Amenophis III, para transformarse en Akenaton.

Freud escribió: ‘Querías matar a tu padre para ser tú mismo tu padre. Ahora ya eres tu padre, pero un padre muerto’. Y a los muertos se les temía más que a los vivos.

Si Pere Aragonès no lo hace, si no tiene la valentía de romper con Junqueras que, como ‘macho alfa’, actúa de pater-familias, ostentando el poder absoluto garantizado por el derecho romano y, posteriormente por la cultura cristiana, no madurará.

Es muy factible, también, que Aragonès esté acomplejado ante su mentor (se ve muy inferior) y sin el cual no sería nada, pues, en realidad, Junqueras tiene un alto nivel cultural (pero, ahora, pasado de vueltas, ya que se ha convertido en un fantoche mesiánico). Y Aragonès, hasta el momento, únicamente se ha mostrado como un simple gestor entre mediocre y correcto.

Hay frutos que pasan rápidamente de verdes a podrirse, ya que su maduración es muy rápida. Veremos, ahora, si Aragonès seguirá estando verde, o si se decide y puede madurar; o si se podrirá, sin más.

La composición del gobierno, y su gestión lo demostrarán. Su tiempo para hacer equilibrios con la independencia y la dependencia, ya ha caducado.