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Perfectos caraduras

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Estamos padeciendo una profunda pandemia de perfectos caraduras, como vemos con personajes con incidencia global: Trump, Musk, Putin, Netanyahu, etc., pero también los tenemos en el reino español: Rajoy, Fernández Díaz, Mazón, Page, etc., y, como es lógico, también en nuestro país: Illa, Fainé, Sánchez-Llibre, etc.; y esta pequeña muestra, señalada por sus comentarios de ayer, nos confirma que esos personajes no padecen hipengiofobia (o hipengiafobia), son perfectos caraduras, como intento explicar a continuación. Y no hay vacuna para esa pandemia.

Ver y oír al expresidente Mariano Rajoy y a su ministro de interior, Jorge Fernández Díaz, afirmando que no sabían nada de la ‘Operación Catalunya’, ni de los casos Kitchen y Gürtel, que implicaron, directamente, al PP, dan la idea de que el aparato del estado va solo, que funciona de forma automática. 

Esos nefastos personajes mintieron ayer, en la comisión de investigación del congreso de los diputados, como hicieron en el juicio del procés (causa especial 20907/2017) del tribunal supremo; y, en ese juicio, mintieron también Soraya Sáenz de Santamaría (vicepresidenta del gobierno), Juan Ignacio Zoido (ministro de interior), y así, casi todos los testimonios del PP, incluidos los guardias civiles y policías nacionales implicados. 

Pero no pasó nada, el ‘juez’ Manuel Marchena, el inquisidor mayor del reino, no vio, en ningún caso, esas mentiras, a pesar de ser extremadamente flagrantes, pues el 1 de octubre del 2017, el día más delicado y comprometido para el reino, Rajoy ‘se enteraba por Sáenz de Santamaría’, y ésta, ‘por la televisión’; y nadie dio ninguna orden para atacar a los votantes, ni contraorden para frenar ese lastimoso espectáculo. Es decir, todo se generó ‘automáticamente’, por generación espontánea. Y, Marchena, asumiendo esos argumentos, no vio ningún tipo de responsabilidad en todos ellos, claro.

Mentir, e incluso de forma sarcástica, con chascarrillos, como hizo ayer Rajoy, forma parte del ADN de los funcionarios de la ‘españa-castellanizada’, recordando la figura de los hidalgos (etimológicamente, ‘fidalgo’, de ‘fijo dalgo’, hijos de algo); y ese algo, claro, ahora, es la unidad del reino, de SU reino.

En ese mismo grupo de especímenes, he incluido a Isidre Fainé presidente de la Caixa, que ayer emitió una nota de apenas cinco líneas, para informar que la Fundació La Caixa (de la que depende el holding CriteriaCaixa) regresaba su sede a Catalunya, después de más de 7 años desplazada a Palma (Mallorca); pero avisando que la sede de CaixaBank, seguirá en Valencia.

El argumento dado para ese regreso, fue que ‘ya no se dan las circunstancias que causaron el traslado temporal de las sedes en 2017’; y, claro, todos los papagayos subvencionados, se apuntaron al relato de que ‘no se trataba de una decisión política’, que ‘se trataba de normalizar la situación’, etc., cuando, la realidad es que tanto su marcha como su regreso, son decisiones políticas o con connotaciones políticas, como no puede ser de otra forma. Y si ahora fueran honestos, esos argumentos deberían avalar el traslado, también, de CaixaBank, pero … no es así, como vemos.

La salida de muchas empresas, en el último cuatrimestre del 2017, fue una decisión de subordinación al estado, pues el nefasto Felipe VI (‘borboneando’ como sus antecesores, Juan Carlos I, Alfonso XIII, etc.) llamó a los máximos responsables, para forzar a ese traslado (Seat, Caixa d’Enginyers, Mango, Grífols, etc., mantuvieron dignamente, sus sedes en Catalunya; mientras que La Caixa, Banc Sabadell, el Grupo Planeta, el Institut Dexeus, etc., se doblegaron servilmente, olvidando el origen y la base de sus negocios)  

El miserable Rajoy y su ministro y mercenario Luis de Guindos (exministro de economía, industria y competitividad), aprobaron el real decreto-ley 15/2017 del 6 de octubre, ‘de medidas urgentes en materia de movilidad de operadores económicos dentro del territorio nacional’ para que, de forma simple e independientemente de lo que dijeran sus respectivos estatutos, pudieran trasladar sus sedes, sin más.

Asimismo, el gobierno de Rajoy (el que dice que no sabía ni sabe nada), ordenó que las principales empresas estatales y ministerios, retirasen sus cuentas millonarias en los bancos catalanes, para forzar el cambio. Y, como sabemos, La Caixa, Banc de Sabadell, etc., se rindieron y acataron, no así la Caixa d’Enginyers, por lo que los argumentos del temor de quedar fuera del sistema regulador europeo, no deja de ser un argumento espurio (falso e ilegítimo)

Como lo es su regreso. El Banc de Sabadell lo efectuó hace unas semanas, pero por intereses propios, para ser ‘más defendidos’ por la Generalitat, ante la OPA agresiva que tiene planteada el BBVA desde hace meses. CaixaBank, aduce, ahora, que las perspectivas económicas de Catalunya, aconsejan ese traslado, así que, además del interés económico, está, obviamente, la conveniencia de respaldar la ‘normalidad política’ que defienden Pedro Sánchez, Salvador Illa y sus respectivos equipos. 

El ministro de economía, comercio y empresa, Carlos Cuerpo, se ha multiplicado por diferentes medios de comunicación, argumentando la independencia de las empresas en la toma de sus decisiones, y que él se enteró del traslado de sede de la Fundació de La Caixa, cuando la decisión ya había sido tomada, pero que eso refuerza la ‘normalidad política catalana’. Por su parte, el represor Illa, quiso ponerse una medalla, diciendo que ‘es la recompensa al trabajo callado y reservado que va haciendo su gobierno, y que se alegraba por ello, pues es una buena noticia para Catalunya’.

Yo creo que, contemplando la situación en su globalidad, ese regreso no es una buena noticia, pues esos ‘irresponsables responsables’, nos mostraron su servilismo, su falta de compromiso y de rigurosidad; y no nos hacen ninguna falta (‘más vale honra sin barcos, que vivir deshonrado’, como dijo Hernán Cortés de Monroy Pizarro Altamirano, 1485 – 1547)

Y también es de una irresponsabilidad total, que la mayor parte de los medios de comunicación de Catalunya (La Vanguardia, El Periódico, TV3, RAC1, etc.) encima, pongan la alfombra roja y muestren su servilismo por ese retorno. Como lo hacen Josep Sánchez Llibre, presidente de Foment del Treball, organización empresarial catalana.

Sánchez-Llibre (n. 1949), ha sido diputado o senador, desde 1988, es decir, un patrón de empresarios que nunca ha trabajado de forma autónoma o en una empresa ajena (es vicepresidente de Conserves Dani, de su hermano Daniel Sánchez-Llibre, expresidente del RCD Español)

Me parece, mejor dicho, estoy convencido, que mientras sigamos dominados por personajes como Isidre Fainé (82 años), Josep Sánchez Llibre (75 años), etc., miembros de la alta burguesía catalana (mayoritariamente franquista tras la guerra incivil o neofranquista después), no conseguiremos nada. Pues, ese tipo de personajes, a través de su larga trayectoria han ido consolidando y estrechando sus relaciones y vínculos, por eso los podemos encontrar en todos los círculos de poder, en muchos consejos de administración, y, claro, repartiéndose todo tipo de reconocimientos, como doctorados honoris causa, medallas, etc.

Todos esos personajes, desde Trump, Musk, Rajoy, Fainé, etc., por su poder, nos confirman que no padecen de hipengiofobia (o hipengiafobia; del griego ‘engys’, estrecho), es decir, un miedo persistente, obsesivo, irracional y enfermizo ante cualquier tipo de responsabilidad.

Esos personajes, en todo caso, sobreactúan para ocultar sus verdaderas carencias y temores, pero lo observable y constatable, es su respectiva manifestación de su poder. Y eso, precisamente, es el reflejo de su ‘caradurez’ oportunista, ‘genuflexos’ ante los poderes ‘superiores’ y duros y ‘verborrágicos’ con los inferiores. 

Ayer, Rajoy y Fernández Díaz, etc., mostraron su habilidad kinesiológica (kinesis: movimiento), manipulando sus músculos y movimientos, petrificando sus rictus faciales, (pues su apariencia petrificada, era como si se hubieran inyectado todo el bótox y colágeno disponible)

Con toda esta casta, que nunca pagarán las consecuencias de sus hechos, pues el sistema les protege y protegerá, no tenemos nada que hacer, por eso, la única alternativa es independizarnos, y montar nuestra barraca republicana desde cero, olvidando todos esos malos modelos. No hay otra.