Por LCR Capital Partners
El panorama inmobiliario en todo el mundo parece advertir un crecimiento estable en términos de inversión, los cambios en el mercado han favorecido nuevas formas de concebir proyectos que permitan ajustarse a las necesidades actuales de la población. Los sectores que conforman la industria inmobiliaria han encontrado oportunidades de desarrollo a raíz de estos cambios estructurales que se generaron durante la pandemia, la cual todavía no permite a los principales actores de la industria divisar una recuperación total, al menos no mientras ésta se mantenga activa.
Hay que recordar que, en los últimos dos años de pandemia, la industria inmobiliaria sufrió importantes pérdidas económicas que impactaron en su crecimiento, tan solo basta investigar en sitios especializados para dar cuenta de que algunos proyectos tuvieron que posponerse o cancelarse indefinidamente. Los distintos sectores que conforman a la industria fueron obligados a repensar su esencia y adaptarse, conformando un nuevo modo de operar en medio de un contexto que tiende hacia lo digital.[1]
Especialistas han afirmado que el 2022 será un año récord para los volúmenes de inversión inmobiliarios transfronterizos, lo cual nos indica una reapertura de los mercados hacia oportunidades de inversión en otros países. Además, indicaría una cierta certidumbre entre los inversionistas, quienes han ampliado sus opciones de inversión fuera de su lugar de origen, diversificando su portafolio e incrementando su capital, incluso percibiendo beneficios para su estilo de vida, como en el caso de las inversiones EB-5 en Estados Unidos; un tipo de visa suscrita al Programa EB-5 para Inversionistas Extranjeros, la cual permite a los beneficiados obtener la residencia permanente.
Las economías más sólidas son las que suelen atraer a inversionistas de todo el mundo y parece que en este año las tendencias no se modificarán. Entre los principales destinos de capital transfronterizo por volumen se encuentran Estados Unidos, Reino Unido, Alemania, Francia y Países Bajos. Tan solo en Estados Unidos se esperan entradas de capital que ascienden a los 44 mil millones de dólares, si solo consideramos el flujo dentro de la industria inmobiliaria.[2]
Tendencias de la industria inmobiliaria en México
El contexto global procura avanzar frente a las complicaciones que se han suscitado por el COVID-19, los gobiernos buscan una recuperación económica valiéndose de los sectores comerciales de mayor envergadura. En el caso de México, la industria inmobiliaria se encuentra en un periodo de madurez, caracterizado por el auge del sector de la infraestructura y el crecimiento de las inversiones tanto nacionales como extranjeras, que representan una fuente de desarrollo para las empresas.
Actualmente, la integración de inversiones inmobiliarias en portafolios es una práctica común, desde la diversificación de activos hasta la obtención de recursos de financiamiento. Este es un nuevo mercado con un terreno fértil para el desarrollo y la inversión, y puede convertirse en muchas oportunidades para las empresas que entiendan los nuevos esquemas del mercado.[3]
A mediados del 2021, las cifras mostraron un fuerte crecimiento del sector de la construcción, a una tasa anual del 9.5%. En ese sentido, era de esperarse un fuerte avance para el segundo trimestre, dado que un año antes el sector se contrajo más del 20%. Si bien esto puede significar un crecimiento importante, todavía no sería correcto afirmar que hay una recuperación factible.
Además, hay que destacar un factor demográfico muy importante que se extiende en México, el 55% de la población es menor a 30 años, por lo que se espera que este sector de la población impulse el crecimiento de la demanda de vivienda en los próximos años.
Con esta transformación del mercado, tenemos evidencia de tres tendencias diferentes:
- Pequeñas y medianas empresas: El surgimiento de pequeños y medianos desarrolladores en regiones estratégicas del país motivará la búsqueda de mayores ganancias para sus respectivas empresas, no sólo en la venta de inmuebles, sino en el desarrollo de activos inmobiliarios, e incluso su posterior enajenación para maximizar la rentabilidad.
- Desarrollos de uso mixto: La tendencia a integrar en un mismo edificio espacios con diferentes fines, como el residencial, el comercial y el industrial, es cada vez más habitual. Hace diez años, sólo el 15% de las opciones eran de uso mixto, hoy es casi el doble, lo que supone una oportunidad de negocio para los inversores.
- CKDs, FIBRAs e instrumentos de inversión: Los mecanismos de financiamiento están potenciando la industria inmobiliaria porque ofrecen una opción para diversificar el portafolio inmobiliario, lo que permite minimizar riesgos y facilitar la integración de inversionistas nacionales y extranjeros. Dos de estos instrumentos son los fideicomisos de inversión inmobiliaria (Fibra) y los certificados de capital de desarrollo (CKDs).[4]
Por último, además de la gama de recursos disponibles para los inversionistas interesados en mover su capital dentro de la industria inmobiliaria, también es importante resaltar el importante papel de las compañías que se dedican a la gestión de dicho capital, como el caso de LCR Wealth, una de las compañías afiliadas de LCR Capital Partners, la cual facilita los procesos de inversión y abre las puertas a posibilidades de expansión en el mercado norteamericano, e incluso, favorece el crecimiento de un portafolio de inversión sólido y confiable.
[1] PWC. Emerging Trends in Real Estate 2022. https://www.pwc.com/us/en/industries/asset-wealth-management/real-estate/emerging-trends-in-real-estate.html
[2] Knight Frank. Trends in Global Real Estate Investment. Active Capital. 2022. https://content.knightfrank.com/research/1801/documents/en/active-capital-the-report-2021-8447.pdf
[3] KPMG. Real Estate, a market of opportunities in Mexico. 2017. https://assets.kpmg/content/dam/kpmg/mx/pdf/2017/03/real-estate-english-2016%20TAGS.pdf
[4] Ídem. https://assets.kpmg/content/dam/kpmg/mx/pdf/2017/03/real-estate-english-2016%20TAGS.pdf