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Pese a las remesas, no hay en México política social para los migrantes; quienes retornan son vulnerables en salud y empleo

*Se llevó a cabo la primera sesión del seminario dedicado a los migrantes de retorno, organizado por El Colegio Mexiquense; participaron representantes de organizaciones e investigadoras

Investigadoras y representantes de organizaciones de migrantes cuestionaron la falta de políticas sociales en México dirigidas a esos grupos y en especial para los que han debido retornar al país por deportación, al tiempo que detallaron algunos de los complejos problemas de quienes están en esa situación para incorporarse a las comunidades y la vulnerabilidad que afecta sobre todo a mayores de 50 años, mujeres y jóvenes indígenas.

Entre las dificultades que deben atender los migrantes de retorno estás la que implica obtener un documento de identidad e historiales educativos y laborales, el rechazo y la discriminación, empleos informales o mal pagados, en un contexto en que la mayoría mantiene vivo su deseo de regresar a Estados Unidos.

            En la primera jornada del seminario «Exclusiones e inclusiones de migrantes de retorno y en tránsito por el país frente a la pandemia de Covid-19», organizado por El Colegio Mexiquense, Lucía Cristina Ortiz Domínguez, investigadora de estancia postdoctoral que diseñó y llevó a cabo el encuentro, se concentró en el papel de la etnicidad de los retornados, destacó la carga política y social del término, a la vez que compartió los resultados de un análisis comparativo sociodemográfico en que destacó que el Estado de México está entre las cinco entidades con mayor proporción de migrantes de retorno.

Otros datos señalan que la etnicidad juega un papel importante en la discriminación y la desigualdad, la mayoría de los migrantes de retorno son hombres, más de la mitad del total regresó a zonas urbanas y menos de uno por ciento de ellos tiene educación superior, 21 % son mujeres y del total de retornados con acceso a los servicios de salud solo 22% lo tiene como prestación laboral.

Víctor Hugo Manuel, representante de la organización Otros Dreamers en Acción Estado de México, presentó su testimonio, habló de la resistencia a la adaptación, la depresión y la angustia, así como de la dificultad de los retornados para hacer valer la formación que muchos de ellos recibieron en Estados Unidos por no poder acreditarla, para apostillar documentos o de plano no contar con ellos, lo que significa que no se aprovechen formaciones que no le costaron al Estado mexicano.

Ana Laura López, representante de la organización Deportados Unidos en Lucha, habló en especial de las «migrantas» e hizo una exposición detallada sobre los retos y problemas que afectan a las mujeres, invisibilizadas de muchas maneras y que han debido afrontar la separación de sus familias por las deportaciones.

Aseguró que los migrantes han vivido en el limbo del olvido por parte del gobierno federal actual y el anterior, a la vez que cuestionó que la credencial de elector sea el único documento de identidad en México, pese a que su propósito central sea otro, lo que se traduce en lo que llamó la «violencia básica» de la falta de acceso a los documentos por parte de los migrantes retornados.

            Advirtió de que muchas mujeres emigran por violencia doméstica y en Estados Unidos encuentran también acoso y desigualdad; en los casos de deportadas, sobre todo las «mamás transnacionales», deben hacer frente también a los juicios que cuestionan sus decisiones sobre sus hijos, pese a darse en situaciones extraordinarias como lo es una deportación.

En tanto, Ana Elizabeth Jardón Hernández, profesora-investigadora de la Universidad Autónoma del Estado de México, dio información de su trabajo con migrantes de retorno en los municipios de Coatepec Harinas, Villa Guerrero, Tenancingo y Tonatico, antes y después de la pandemia, con datos numéricos.

Destacó que los migrantes no son sujetos de la política social en México, aun con la importancia y peso que tienen las remesas que envían, lo que hace más difícil su reinserción, lo que en el caso de los retornados se traduce en inseguridad, temor, ansiedad y angustias generadas por sentirse extraños en su propia tierra, pues están regresando a espacios donde son discriminados y rechazados, con el doble estigma de la deportación y la sospecha infundada de que sean portadores del virus de Covid-19.

Como moderadora de la sesión, la investigadora Emma Liliana Navarrete López también se refirió a la heterogeneidad de los retornados, la falta de políticas públicas dirigidas a ellos y las problemáticas específicas que tienen las mujeres, los adultos mayores, los indígenas, los jóvenes y los niños.

El seminario tendrá una segunda sesión el jueves 13 de mayo, de 10 a 12 del día, dedicada a los migrantes en tránsito por México, la cual será trasmitida por YouTube y Facebook Live.