BEIRUT, 9 ago (Reuters) – La policía libanesa disparó gases lacrimógenos para tratar de dispersar a manifestantes que arrojaban pedradas y bloqueaban un camino cerca del parlamento en Beirut el domingo, en un segundo día de protestas antigubernamentales causadas por la devastadora explosión de la semana pasada.
Un incendio se desató en un acceso a la Plaza del Parlamento cuando los manifestantes intentaron irrumpir en un área acordonada, mostraron imágenes de TV. También entraron por la fuerza en las oficinas de los ministerios de vivienda y transporte.
Dos ministros del gobierno renunciaron ante las repercusiones políticas de la explosión, después de meses de crisis económica, diciendo que el gobierno había fracasado en sus planes de reforma.
El estallido de más de 2.000 toneladas de nitrato de amonio el martes mató a 158 personas y dejó más de 6.000 heridos, empeorando un período de meses de colapso político y económico y dando lugar a furiosos pedidos para que el gobierno entero dimita.
Policías antidisturbios vestidos con protección corporal y bastones chocaron con manifestantes cuando miles convergieron en la Plaza del Parlamento, cerca de la Plaza de los Mártires, dijo un corresponsal de Reuters.
“Dimos a estos líderes tantas oportunidades para que nos ayudaran y siempre fracasaron. Queremos que se vayan todos, especialmente Hezbollah, porque es una milicia y solo intimida a las personas con sus armas”, dijo Walid Jamal, un manifestante desempleado, refiriéndose al grupo armado más influyente del país, apoyado por Irán, que tiene ministros en el gobierno.
El principal clérigo maronita cristiano del país, Bechara Boutros al-Rai dijo que el gabinete debería renunciar ya que no puede “cambiar la forma en que gobierna”.
“La dimisión de un diputado o de un ministro no es suficiente… todo el Gobierno debería dimitir ya que no puede ayudar al país a recuperarse”, dijo en su sermón del domingo.
El ministro de medio ambiente de El Líbano renunció el domingo, diciendo que el gobierno había perdido varias oportunidades para aplicar reformas, dijo un comunicado.
La salida de Damianos Kattar siguió a la renuncia de la ministra de información Manal Abdel Samad más temprano el domingo por la controversia que originó la explosión.
La furia derivó en escenas violentas en el centro de Beirut el sábado. Esas protestas fueron las mayores desde octubre, cuando miles de personas salieron a las calles para exigir que terminen la corrupción y las malas prácticas de gobierno.
Alrededor de 10.000 personas se reunieron en la Plaza de los Mártires, que se transformó en una zona de batalla por la noche entre la policía y los manifestantes, que trataron de romper una barrera en una calle que conducía al Parlamento. Algunos manifestantes irrumpieron en los ministerios y en la Asociación de Bancos Libaneses.
Un policía murió y la Cruz Roja dijo que hubo más de 170 heridos en los choques violentos.
“La policía me disparó. Pero eso no nos impedirá manifestarnos hasta que cambiemos el Gobierno de arriba a abajo”, dijo el domingo Younis Flayti, de 55 años, un oficial del ejército retirado.
Cerca de allí, el mecánico Sabir Jamali se sentó al lado de una soga atada a un marco de madera en la Plaza de los Mártires, como una advertencia simbólica a los líderes libaneses para que renuncien o se enfrenten a la horca.
“Todo líder que nos oprime debería ser colgado”, dijo, añadiendo que saldrá de nuevo a protestar.
información adicional de Maher Chmaytelli y Richard Lough; editado por Frances Kerry; traducido por Tomás Cobos y Gabriel Burin