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Política al punto

DL en la parrilla

Donaldo López Trumpador

Las encuestas en los estados clave de la Unión Americana marcan un empate técnico con ventajas que caen dentro del margen de error. Sería interesante que los gringos echaran un vistazo a lo sucedido en México en la elección de 2006.
Y es que las similitudes entre ambos momentos son muchas. Por un lado la contienda es entre dos proyectos y el pronóstico es reservado.
También es notable que Trump lleve días sembrando la idea de un fraude electoral y poniendo en duda el conteo de votos en todas sus modalidades. No solo eso, el republicano ha insistido en que fue víctima de un fraude en 2020 justificando así el increíble intento de toma del capitolio que protagonizaron sus simpatizantes.
No hay que olvidar cuál fue la forma en que López Obrador procedió a partir de la tarde de aquel dos de julio del 2006. Todo con la finalidad de imponer una narrativa que hasta el día de hoy no ha podido probar, pero con la que sigue insistiendo día con día con una terquedad Goebbeliana.
Es importante traerlo a la memoria porque nuestros vecinos podrían considerarlo, al menos en la construcción de escenarios. Y es que prácticamente todos coinciden en que Donald Trump no aceptará los resultados electorales en caso de resultarle
adversos.
¿Qué es lo que se puede esperar de un personaje como Trump? En el proceso electoral anterior estiró la liga al grado de alentar a sus seguidores a tomar el capitolio en enero de 2021 con la finalidad de evitar que se certificara el triunfo de Joe Biden.
Para muchos, las imágenes de aquella turba enardecida que trató de vulnerar al poder legislativo norteamericano resultan aun increíbles. Pero también es de no creerse que López Obrador colocara un plantón en una de las principales arterias viales de la CDMX por cerca de 45 días durante aquel conflicto postelectoral de hace 18 años.

Además de las protestas desmedidas, la derrota del Peje marcó el inicio de una serie de reformas que solo entorpecieron el proceso democrático por “complacer” los caprichos del mal perdedor de aquella contienda. Más importante que otra cosa, comenzó el desmantelamiento de un robusto sistema electoral basado en dotar de confianza a las elecciones que se construyó en décadas de articular la voluntad democrática de la gran mayoría de las fuerzas políticas de nuestro país.
Nadie duda de las imperfecciones de la Democracia, tanto en México como en Estados Unidos sobran ejemplos de sus deficiencias y áreas de oportunidad.
También es cierto que no hay un modelo que mejor convierta la voluntad popular en gobierno legítimo.
Pero eso se logra, sí y solo sí, los convocados a los procesos electorales son verdaderos demócratas y no ambiciosos vulgares. Las similitudes entre los exmandatarios Trump y López Obrador son muchas.
Delirios de grandeza, megalomanía, disciplina Goebbeliana para mentir, incapacidad de reconocer derrotas y/o errores, más un largo etcétera, son razones suficientes para que los gringos se vean en nuestro espejo.
Si Kamala Harris gana la elección, nuestros vecinos entrarán en una escandalosa espiral donde cada día tendrá menos sentido el espíritu democrático tan padroteado por la unión americana por todo el mundo.


¿Término del corte? Bien cocido


Muchos acusan de ingenuo al Mayo Zambada por haber caído en la emboscada planeada por los chapitos. Otros no pueden creer que el gran capo, con toda su experiencia, cayera en la trampa. Sin embargo, hubo algo que convenció al criminal de acudir a esa reunión, una señal inequívoca de la formalidad del encuentro.
Lo menos que podemos pensar del Mayo es que confirmó la asistencia del gobernador Rocha Moya. Esa fue la señal que convenció a Zambada de acudir a la celada, esa fue la traición por la que la cabeza del Rocha tiene precio. Al tiempo.