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Política de provocaciones

Amadeo Palliser Cifuentes
Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Es habitual ver que determinados políticos, carentes de un programa positivo, fundamentado, y con visos de realidad, en función de la percepción de su propio poder, actúan de forma destructiva, negativa.

Así vemos que partidos que ostentan el poder, actúan de forma prepotente, efectuando el ‘bullying’, el acoso y derribo del contrario; un ejemplo claro lo tenemos con el PSOE/PSC, que realiza un trato vejatorio y descalificatorio de los independentistas catalanes.

Por su parte, los que son débiles, actúan de forma provocativa e insultante; un ejemplo lo tenemos en Ciudadanos, que ayer instaló su tenderete informativo de su campaña, justo en el lugar en el que venimos manifestándonos los de Meridiana Resisteix.

Y es incomprensible que el conseller de interior de la Generalitat, Joan Ignasi Elena, autorice la instalación de esa barraca en el mismo lugar donde desde hace años nos venimos manifestando los independentistas (y, precisamente, la plaza es el lugar donde nos confinó ese mismo conseller, para no cortar la avenida Meridiana).

Efectivamente, la calle es de todos. Pero hay lugares que deben respetarse. Y no es aceptable que autoricen ese tenderete hasta las 20.00 h, justo la hora del inicio de nuestra manifestación. Y el colmo, es que no estuviera presente ningún vehículo de los mossos d’esquadra (la policía catalana). Afortunadamente, no pasó nada, a la hora indicada recogieron sus bártulos, pero, a las 20.07 h., todavía pusieron su himno español a toda pastilla desde su furgoneta; querían provocar, ese es su estilo. Pero nosotros somos pacíficos, y lo saben, por eso abusan.

Como digo, hay lugares que deberían merecer una sensibilidad especial; por ejemplo, sería inaceptable que el partido de ultraderecha Vox, se manifestase en el Fossar de les Moreres, un lugar sagrado para los independentistas, en el cual se conmemora la resistencia y sacrificio de los barceloneses en 1714.

Pero, claro, si lo que pretenden el gobierno de la Generalitat (de ERC) y la alcaldesa Colau (de Comunes) es seguir machacándonos a los independentistas que seguimos manifestándonos diariamente, todo cuadra.

Volviendo al bullying (término acuñado por el psicólogo escandinavo Dan Olweus en 1978), es preciso recordar que, etimológicamente, ese término viene del inglés ‘bull’ (toro), así el bullying es la actitud de actuar como un toro en el sentido de pasar por sobre otro u otros, sin contemplaciones.

La OMS considera que hay bullying cuando hay violencia intencional, hay una relación desigual o desequilibrio de poder y hay violencia repetida y continuamente. Se han descrito hasta 8 modalidades de acoso: bloqueo social, hostigamiento, manipulación, coacciones, exclusión social, intimidación, agresiones y amenazas. Y, precisamente, esta es la actitud y proceder del reino español respecto a los independentistas.

Es interesante recordar que:

‘La influencia de las nuevas teorías psicológicas a principios y mediados del siglo XX, de autores como Jean Piaget y Lev Vygotsky, influyen en los nuevos paradigmas educativos. Así surge el constructivismo que introduce la idea de que el sujeto construye sus propios conocimientos y el docente es un facilitador. Este método se opone a la idea tradicional prevaleciente en la historia de que el docente es una autoridad incuestionable y el estudiante, un simple receptor de conocimientos’

(revmgi.sld.cu)

Pero, los catalanes, en general (independentistas y unionistas), hemos constatado, históricamente, que la violencia ha conformado, implícita y explícitamente, la forma de proceder del reino español, que sigue aplicando la teoría de que ‘la letra (su constitución) con sangre entra’. Y de ahí las consecuencias entre los acosados, como pueden ser la judicialización, represión, amenazas, ansiedad, temor, etc.

A pesar de ello, los independentistas catalanes tenemos presente el siguiente pensamiento: ‘Guárdame de la violencia, ya se exprese mediante la lengua, el puño o el corazón’ (Martin Luther King, 1929 – 1968)

Hemos visto que el bullying, el acoso de los independentistas, por parte del toro españolista (valga la redundancia), ha conseguido sus efectos desestabilizadores, física y psicológicamente.

Una prueba de ello es que, en esta campaña electoral, ningún partido, de los que antes eran independentistas, ahora ni mencionan esa palabra en sus programas.

Y esa es una de las consecuencias del bullying, que es provocar la marginación del acosado; y ante ese temor de la marginación y represión, evitan hablar de la independencia, y ese es un proceder vergonzante. Vaya diferencia con el 2019, que vimos a centenares de alcaldes reunidos en el Palau de la Generalitat, alzando sus varas de mando gritando ‘independencia’.

Dada esta coyuntura culpabilizadora de todos los males a los independentistas catalanes, es didáctica la lectura de la siguiente fábula:

‘Los conejos provocadores

En cierto lugar habitaban una familia de conejos junto a una manada de lobos.

Los lobos declararon que no les gustaba la vida de los conejos (los lobos estaban fascinados con su propia forma de vida, porque era la única manera de vivir)

Cierta noche, algunos lobos murieron en un terremoto y de esto fueron culpados los conejos, ya que es bien sabido que los conejos golpean con sus patas traseras el suelo y ocasionan terremotos.

Otra noche, uno de los lobos fue muerto por un rayo, y de esto también se culpó a los conejos, ya que es bien sabido que quienes lechuga comen, rayos provocan.

Los lobos amenazaron con civilizar a los conejos si no se comportaban, y los conejos decidieron marchar hacia una isla desierta.

Pero, los demás animales, que vivían a cierta distancia, los regañaron hasta la humillación: ‘deben quedarse donde están y ser valientes. ‘Este no es un mundo para escapistas. Si los atacan los lobos, nosotros vendremos en su ayuda, con toda probabilidad’.

Así que los conejos continuaron con su vida al lado de los lobos, y un día hubo una gran inundación, ahogándose muchísimos lobos. De eso también fueron culpables los conejos, ya que es bien sabido que quienes zanahorias roen, inundaciones causan, especialmente si además tienen las orejas largas.

Los lobos descendieron sobre los conejos, por su propio bien, y los encerraron en una oscura cueva, por su propia protección.

Cuando nade se supo de los conejos, después de unas semanas, los demás animales exigieron saber qué les había pasado.

Los lobos contestaron que los conejos habían sido comidos y como habían sido comidos, el asunto permanecía como puramente interno.

Pero los demás animales advirtieron que podrían unirse en contra de los lobos a menos que se diera una razón para la destrucción de los conejos.

Así que los lobos les dieron una razón: ‘estaban tratando de escapar’, dijeron los lobos. Y, ‘como ustedes saben, éste no es un mundo para escapistas’

(https://www.libertaddigital.com)

Los independentistas catalanes, como los conejos de la fábula, estamos acosados por los lobos, y vemos que el resto de congéneres unionistas permanecen de forma acrítica y amoral, como en la fábula.

Aquí tenemos demasiados ejemplos de esos ‘congéneres’, ya que, incomprensiblemente, hay catalanes unionistas (que, sensibilidades históricas aparte, demuestran no ser objetivos ni racionales), y, claro, también entre los políticos catalanes, que se muestran ‘conllevantes’ (como indignamente predijo el españolista Ortega y Gasset), pues ese conllevar significa seguir sufriendo y soportando las impertinencias de su estado.

Dado todo ese caldo de cultivo, y para no ser un ‘escapista’ (siguiendo con la fábula) estoy convencido que el voto nulo sería la mejor opción; pero, estoy ponderando si es preferible votar a Trías, con una pinza en la nariz, pues me desagrada su actual deriva, su desapego, alejamiento y desvío del independentismo, pero, al menos ese voto tiene un plus adicional, que es intentar echar a Colau de la alcaldía, ya que está claro que sigue los mandatos de los lobos del deep state, para garantizar el unionismo; como ahora lo hace también ERC, desgraciadamente para ellos y para todos nosotros.