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Previenen en contra de restaurar un presidencialismo envejecido y antidemocrático, que atropella y avasalla

En la Universidad Americana de Acapulco, César Camacho y Manuel González Oropeza presentaron el libro Constitucionalismo mexicano de las entidades federativas, que reivindica a estados y municipios

México vive el intento de restauración de un presidencialismo envejecido y antidemocrático, al tiempo que se atropella al Instituto Nacional Electoral, se propone una reforma electoral con medidas populistas, se rompe el equilibrio de poderes, se torpedea a los organismos constitucionales autónomos con el ánimo de desaparecerlos y se mantiene la distorsión que representa la Guardia Nacional dentro del marco de la militarización del país, pese a la prohibición expresa de la Constitución.

            A 200 años del surgimiento de la nación mexicana, el federalismo que se necesita debe basarse en la articulación de los tres órdenes de gobierno, sin que darle a uno signifique quitar a los otros, y el equilibrio de poderes, evitando que uno avasalle en un ejercicio que busca imponer voluntades.

En la presentación del libro Constitucionalismo mexicano de las entidades federativas en la Universidad Americana de Acapulco, César Camacho y Manuel González Oropeza, autores del mismo, y el rector de esa institución, Mario Mendoza Castañeda, quien llevó la moderación, expusieron el origen de la obra editada por El Colegio Mexiquense, detallaron su contenido y respondieron a inquietudes del auditorio sobre algunas de las situaciones que vive México hoy.

César Camacho habló del tránsito de la gobernabilidad a la gobernanza que se ha vivido en los últimos años, dijo que actualmente lo público es la suma de lo gubernamental y lo social, a la vez que subrayó la relevancia de que la comunidad participe en la toma y la ejecución de las decisiones para asegurar que estas le beneficien porque impactan en su calidad de vida, todo lo cual supone la reivindicación de lo local.

Señaló que hace veinte años inició en México una redistribución del poder, tanto entre el Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial, como entre federación, estados y municipios, en busca de un equilibrio sano y democrático, en el entendido de que la lucha por el poder es episódica, y por ello los ciudadanos no deben olvidar dónde está la fuente del poder y asegurarse de que este rinda cuentas y transparente sus acciones.

            Manuel González Oropeza dijo que en el libro se dialoga sobre el constitucionalismo de las entidades federativas cuando el actual gobierno federal cree que lo nacional es mejor que lo local, pese a que desde este ámbito -el de las entidades federativas y los municipios- se ha contribuido históricamente a fundar muchas instituciones, como el juicio de amparo y la competencia y las controversias constitucionales.

            Los autores también abordaron el tema de la constitución de la Ciudad de México, que tiene sus mayores fortalezas en el reconocimiento de los derechos humanos, se detuvieron en analizar el significado del control constitucional y expresaron su preocupación por un desmedido ejercicio de poder que atropella y desdeña, al que no le gusta estar sometido al escrutinio y la verificación, y que cuando otro no hace lo que su interés dispone, descalifica.

También se refirieron al análisis de la guardia nacional que se hace en el libro, en momentos en que se aprovecha un hueco nominal en el texto constitucional y en que se hace un ejercicio de simulación, en un contexto de militarización prohibido en la Carta Magna.

La propuesta de reforma electoral también fue comentada por los autores, quienes destacaron el papel cumplido por el IFE-INE, y consideraron que las propuestas que la integran están hechas para gustar en términos populistas, pero se tiene conciencia de que no existen condiciones para que sea aprobada y por ello mismo se prepara desde ahora la acusación en contra de quienes no la apoyen para decir que impidieron sus supuestos beneficios.