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Pro restauración de Carles Puigdemont

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Ayer, desde Elna (Catalunya Nord), el president Carles Puigdemont hizo público su deseo de presentarse a las elecciones para la Generalitat de Catalunya, fijadas para el próximo 12 de mayo; y ese anuncio, ya previsto, provocó un terremoto de magnitud 9 (*) en la política española y catalana; y sobre esas reacciones me centro seguidamente.

(*) el máximo previsto en la escala de Charles Francis Richter (1900 – 1985)

Para los lectores no es ninguna sorpresa mi postura pro Carles Puigdemont, ya que lo he manifestado en repetidas ocasiones, y me parece que en este momento, viendo las extremas reacciones de todos los partidos políticos, es preciso resaltar que, a mi modo subjetivo de ver, Carles Puigdemont, sigue siendo el 130 president legítimo de la Generalitat de Catalunya, destituido de forma represiva, inmoral y con una falta de toda ética por el opresor estado español el 28 de octubre del 2017, mediante la aplicación del artículo 155 de la constitución.

Son claros los siguientes datos objetivos: que siendo el president legítimo, de acuerdo con nuestras instituciones, los absolutistas poderes de la metrópoli lo destituyeron; y si dentro de unos meses, se aprueba la ley de la amnistía y los poderes judiciales la acatan, Carles Puigdemont, si gana las elecciones, podrá volver a ser asumir su cargo.

En las elecciones de diciembre del 2017, convocadas por el gobierno central, Carles Puigdemont optó a la presidencia de la Generalitat; Junts quedó en segunda opción, por detrás de Ciudadanos, pero la suma independentista (Junts + ERC + Cup) fue de 70 diputados, dos más de la mayoría absoluta; pero el tribunal constitucional impidió la votación de su candidatura, y el Parlament, en ese momento presidida por ERC lo asumió, dada su habitual tibieza.

Pues bien, a mi modo de ver, los catalanes, independentistas y unionistas, deberíamos respetar nuestras instituciones, y considerar estos siete años, como un período negro, un paréntesis a superar, corregir. Y así, los legales presidents de la Generalitat de ese período, deberían haberlo asumido de forma transitoria, provisional, hasta el retorno del president legítimo y, al regresar éste, el provisional debería haber dado un paso al lado, para permitir que Puigdemont recuperase su cargo, de forma directa, automática.

Por todo ello, ahora, con el regreso, Carles Puigdemont debería acceder directamente el cargo de president, sin elecciones.

Ya sé que legalmente este proceder no es viable, pero a situaciones provocadas por acciones extremas, las reacciones también deberían ser del mismo calibre, excepcionales. Por eso, hubieran debido gestionarse las modificaciones legales precisas al efecto.

Pero sé, también, las ambiciones y las ansias de poder que tienen muchas personas y, en especial, muchos ‘líderes’ políticos.

Por eso no me extrañan las respuestas provocadas por el citado terremoto Puigdemont, que anunció que volverá para ser investido president, si tiene la mayoría requerida, pues considera que esas elecciones serán una oportunidad para sacar a Catalunya de la letargia paralizante provocada por la represión.

Y en esa conferencia, apostó por la unidad de los partidos independentistas, si bien admitió que la situación actual no es la del 2017, y que es consciente del desánimo y desmoralización de una parte de la población que respondió siempre que se le pidió, pero que ha sufrido la frustración porque los responsables políticos independentistas dejaron el trabajo a medias y no han sabido superar la desunión, lo que ha llevado a la fragmentación y a la desconfianza (…) pero que él hará lo posible para realizar un nuevo referéndum de autodeterminación.

Las reacciones del PP y PSOE y de todos los medios españolistas, reaccionaron dura e insultantemente, y eso era esperable, claro, pues el estado pervive gracias al férreo control, y no acepta que, desde la periferia, alguien intente moverles la foto y les ponga en peligro sus beneficios de explotación de las colonias. Por eso, que Salvador Illa (PSC/PSOE) siga con su mantra de disco rayado diciendo que conviene pasar página, muestra sus mínimos o nulos reflejos políticos, así como su nula capacidad para reconocer sus errores apoyando la aplicación del 155, y, queriendo engañar a la ciudadanía presentándose como el gran valedor de la unidad. Vergonzoso e inmoral.

Y que La Vanguardia, en la publicación de ‘Las Claves de hoy, 22/3’, abra las noticias diciendo: ’El expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, huyó oculto en un maletero y se refugió en Bruselas para eludir a la justicia española. Ahora, como candidato de Junts, afirma que regresará si puede recuperar el cargo. Las encuestas no se lo ponen fácil, pero nada parece sencillo hoy en día’ (Xavier Mas de Xaxàs).

Y repetir ese cúmulo de mentiras, como la del maletero y la de huir para eludir la justicia española, son una muestra más del vergonzoso discurso españolista del medio del Conde de Godó.

Pero que ERC responda al minuto uno tras el discurso, para rechazar la propuesta de unidad, pues considera que eso sería un error (cuando, la única vez que fueron unidos, con el ‘JuntsxSi’, fue un rotundo éxito electoral; otra cosa es que después, los líderes de los diferentes partidos no estuvieran a la altura de la ciudadanía), y que ERC achaque ahora a Puigdemont  que ‘después de abandonar Junts el govern del 52% o votar contra los presupuestos más sociales de la historia de este país, proponer una lista única en medio de críticas es repetir errores del pasado’

Pues bien, que ERC mezcle esos comentarios, que no llegan ni a razonamientos, pues junta varios temas sin juzgar ni analizar el contexto y las causas de cada una de esas acciones, muestra su nerviosismo, pues esa forma de actuar es totalmente inmoral, claro.

Como lo es que exijan a Puigdemont que ahora se defina apoyando la propuesta de singular financiación presentada electoralmente hace un par de días; y que se comprometa a hacer president a Pere Aragonès (ERC) si gana las elecciones.

Yo creo que el paso efectuado por Carles Puigdemont, incluso anunciando que no se volverá a presentar a las elecciones de la UE, merece un mayor respeto institucional.

Efectivamente, no se puede simultanear el desarrollo de dos cargos como el de diputado en el Parlament y en la UE; pero, sí que hubiera podido ser candidato de ambos, y, en el momento oportuno, optar por uno u otro.

Pero, como digo, renunciar a no presentarse para diputado de la UE, es un gesto de valentía, dado el percal de la justicia española, que considera a Puigdemont el enemigo número 1 y hace lo posible y lo imposible para encarcelarlo; y ese gesto, como mínimo, debería ser valorado y reconocido por ERC.

Pero ERC sigue con su política de ‘despotismo des-ilustrado’, ya que su despotismo partidista, atendiendo al ‘despotismós’ griego, pretende expandir su poder autocrático absoluto del partido a la sociedad catalana en general, faltando y limitando el respeto institucional mencionado. Y ese ‘despotismo des-ilustrado’ dista, asimismo, del ‘despotismo benevolente’ que surgió en Europa en la segunda mitad del siglo XVIII, pues ahora, ERC pretende seguir manteniendo el actual sistema monárquico español, una reliquia del Antiguo Régimen europeo; ya que, en el movimiento político de la Ilustración, la razón era la única guía para el gobierno de la ciudadanía; mientras que esa razón, brilla por su ausencia en la actual ERC.

Por todo eso, me parece que la ciudadanía catalana, independentistas y unionistas, deberíamos saber aprovechar el actual momento, para, como he comentado, defender unidos a nuestras instituciones y restaurar al principal titular del 2017, así como a Carme Forcadell (ERC) como presidenta del Parlament. Y ese momento electoral, debería volver a elevar los ánimos, la moral, a todos, todos, ya que las instituciones deberían prevalecer por encima de los deseos partidistas.

Puigdemont ya lo comentó ayer, al señalar que esas elecciones deberían comportar la sustitución de la actual moral de derrota, por la moral de victoria del conjunto de la sociedad catalana; y, para ello, apuntó que, si no hay unidad, cuanto mínimo, las listas de Junts, se abrirán a la ciudadanía.

En definitiva, que todo es muy complejo, obviamente, por eso, me parece interesante acabar este escrito con las siguientes frases:

‘La victoria está reservada para aquellos que están dispuestos a pagar su precio’ (Sun Tzu)

‘Siempre y cuando tengamos fe en nuestra causa y una voluntad inconquistable de ganar, la victoria no nos será negada’ (Winston S. Churchill)

‘Los ganadores no son personas que nunca fracasan, sino personas que nunca se rinden’ (popular)

‘La victoria pertenece al más perseverante’ (Napoleón Bonaparte)

‘El fracaso derrota a los perdedores, pero inspira a los vencedores’ (anónima)

‘El éxito no se consigue ganando siempre. El éxito real llega cuando nos levantamos después de caer’ (Muhammad Alí)

‘En el momento más oscuro, la victoria puede estar más cerca’ (William McKinley)

‘No puedes esperar la victoria si te preparas para una derrota’ (Joel Osteen)

‘Ganar no lo es todo. Querer ganar sí lo es’ (Vice Lombardi)

‘Vencer es un arte que se aprende en las derrotas’ (Simón Bolivar)

‘La batalla la gana el lado que está determinado a ganar’ (León Tolstóy)

‘La victoria siempre es posible para la persona que se niega a parar la lucha’ (Napoleon Hill)

‘Si te rindes una vez, se vuelve un hábito. Nunca te rindas’ (Michael Jordan)

‘Sin formación, carecerían de conocimientos. Sin conocimientos, les faltaba confianza. Sin confianza, les faltó la victoria’ (Julio César)

Obviamente, estas frases son pedagógicas, didácticas, pero no debemos olvidar que enfrente tenemos un poderoso estado que, junto con sus socios europeos, nunca nos lo pondrán fácil.

España ha utilizado y utilizará todos sus poderes, legales, alegales e inmorales, para defender sus intereses. Por eso no nos extrañará que la descontrolada INjusticia española acabe deteniendo a Carles Puigdemont, o aplique subterfugios para impedirle tomar posesión de la presidencia, si consigue los votos parlamentarios para ello, ya tiene experiencia. La amnistía, tal como está argumentada, es para conseguir la mal llamada ‘reconciliación’, por lo que, pueden llegar a considerar que esa ‘reconciliación’ no se consigue con el nombramiento de Puigdemont y, así, revertirla, aunque no podrían eliminar sus consecuencias, pero se entraría en un complicado limbo jurídico, mejor dicho, en un infierno, que es el caldo de cultivo que quiere el estado español.

Nota final: Ayer, a las 19.00 h, además de la mencionada conferencia de Carles Puigdemont, en Elna, Carles Castellanos, en Barcelona, presentó su libro ‘Fem la Independència’ (hagamos la independencia), que comentaré en un escrito posterior, pues las ideas de este maestro y compañero de activismo en la Avenida Meridiana, son muy relevantes, máxime en el actual momento político.