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El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, nos ha mostrado su habitual desfachatez, presentándose como un mercenario, un ‘político de fortuna o arma de alquiler’, rememorando a los soldados que, esencialmente, buscaban beneficios y fama personales. Lo triste y penoso, es que esas figuras las vemos en todos los ámbitos: empresarial, deportivo y, como no, en el político, como intento explicar a continuación.
El término ‘mercenario’ proviene del latín ‘mercenarius’ de ‘merces, edis’ (pago), y se aplica a ‘personas con preparación y conocimiento militar, que realiza un trabajo por una retribución, generalmente económica, o que actúa con el único interés de ganar dinero, participando en algún conflicto bélico en la defensa de un país extranjero’.
‘En italiano, al jefe de las tropas mercenarias se le denominaba ‘el condottiero (en plural, condottieri), con ese nombre se conocía a los capitanes de tropas mercenarias al servicio de las ciudades estado italianas. La palabra ‘condotta’ designaba el contrato entre ese capitán de mercenarios, ‘capitani di ventura’, y el gobierno que alquilaba sus servicios.
Esos condottieri consideraban la guerra como un verdadero arte, aunque, a veces, sus intereses no eran los mismos que el que los contrataba, pues buscaban riqueza, fama y tierras para ellos; y no estaban ligados por lazos patrióticos a la causa por la que luchaban. Eran célebres por su falta de escrúpulos: podían cambiar de bando si encontraban un mejor postor, antes e incluso durante la batalla. Conscientes de su poder, a veces eran ellos los que imponían condiciones a sus supuestos patronos.
Niccolò di Bernardo dei Machiavelli (Maquiavelo, 1469 – 1527) llegó a decir que los condottieri se enfrentaban entre sí en batallas grandiosas, pero, a menudo, inútiles y casi incruentas.
Con el tiempo, los intereses económicos y políticos de los condottieri se convirtieron en graves problemas en las guerras decisivas y cruentas: los capitostes mercenarios frecuentemente eran traidores que tendían a evitar el combate y ‘resolver’ la lucha mediante sobornos (ofreciéndolos o aceptándolos)
Por ejemplo, la guardia suiza del Vaticano son los restos modernos de un ejército mercenario, históricamente eficaz.
Entre los condottieri famosos tenemos a Roger de Flor (el monte templario, Rutger von Blum, Rontserius, 1267 – 1305), Malatesta da Verucchio (1212 – 1312), Francesco Sforza (1401 – 1466), César Borja (1475 – 1507), etc.
(fuente: diversas páginas de Vilaweb)
Pues bien, volviendo a la situación actual, todos hemos visto a futbolistas, trabajadores de empresas (podría escribir un libro), políticos, etc., que actúan como verdaderos mercenarios, buscando, de forma especial, su propio interés personal (económico, prestigio, fama, etc.) y, por ello, dispuestos a cambiar de bando, a traicionar a sus patronos, pues no tienen ideología, ni ética, ni, por lo tanto, compromiso. Y esa falta de compromiso, esos mercenarios ‘adornan’ sus actividades con mentiras y todo tipo de falsedades, para adular y engañar a sus contratistas.
Y en este momento, viendo la actitud de ayer, del secretario general de la OTAN, Mark Rutte, alineado totalmente con el prepotente, déspota y mal educado Donald Trump, que, con su vicepresidente J. D. Vance, intentaron humillar a Volodímir Zelenski, con todo tipo de mentiras. Y ante ese conflicto, el neerlandés Rutte, como fiel vasallo y servidor de su amo Trump, instó a Zelenski a ‘buscar una manera de restaurar la relación con el presidente americano, y respetar todo lo que Trump ha hecho por Ucrania’, pues, ahora más que nunca, Washington, Kiev y Bruselas, han de actuar unidos para conseguir la paz en Ucrania (…) he hablado dos veces por teléfono con el presidente Zelenski, para decirle que hemos de permanecer unidos, los EUA, Ucrania y Europa, para llegar a una paz duradera (…) pues hemos de dar a Trump el crédito que se merece (…) no comentaré cada frase dicha ayer en el despacho oval’.
Por su parte, Elon Musk, para no perder un nuevo minuto de gloria, hoy, respondiendo un mensaje de Ian Jaeger y un artículo del senador republicano Mike Lee, ha confirmado que ha llegado la hora de que los EUA abandonen la OTAN y la ONU, reducir drásticamente la participación de los EUA en esas y otras organizaciones internacionales, incluso salir de ellas. Musk ya había comentado que la OTAN es una organización del pasado y anacrónica, que necesita una revisión completa de ese organismo y de sus miembros, pues, la Guerra Fría acabó (…) siempre me he preguntado por qué la OTAN continúa existiendo, a pesar de que su némesis y la razón de existir, el Pacto de Varsovia, se había disuelto. El mencionado senador Lee, apuntó ‘Ucrania o EUA. Si los aliados entran en Ucrania, hemos de retirarnos completamente de la OTAN, pues los países europeos no han de arrastrar a los EUA a un conflicto potencialmente nuclear, y asimismo se mostraba, totalmente contrario a que Ucrania entrase en la OTAN (…) la OTAN supone u gran acuerdo para Europa, pero un mal acuerdo para los EUA’.
La actitud de Musk es la que es, la propia de un lobo del clan de Trump, y allá ellos (y nosotros, por sus consecuencias).
Y como ‘no hay mal que por bien no venga’ (refrán que a veces se cumple), este momento deberían aprovecharlo los gobiernos y todo tipo de organizaciones, para quitarse la tutela americana y afrontar / redefinir el futuro, con total independencia, sin la ‘PAX USA’.
Rutte proviene de la cultura política europea, y no debería olvidarse de ello, como está haciendo ahora, con su papel de típico comercial, vendedor de trajes de El Corte Inglés, con una sonrisa de oreja a oreja, en todas las fotografías.
Pero no me sorprende que ahora, Rutte sea el felpudo de Trump, pues conocemos su historial: jefe del ‘partido popular por la libertad y la democracia’ (VVD) desde y con una larga carrera política neerlandesa, desde el 2002 (él nació en 1967), tras un breve lapsus en Calvé (1992 – 1997) y Unilever (1997 – 2002). Y, desde ese momento, ocupando todo tipo de cargos políticos, entre ellos ministro y primer ministro de los Países Bajos. En esa carrera tiene acciones y decisiones que son verdaderos fiascos democráticos, como, por ejemplo, el escándalo que arruinó la vida a más de 26.000 personas vulnerables (muchas de origen inmigrante), y por lo que Rutte se vio obligado a dimitir (enero 2021), dimisión que extendió a todo su gabinete, para diluir responsabilidades.
‘Según sus críticos, Rutte es ‘Mr. Normal, y sencillamente se adapta a las circunstancias. No tiene problema en explicar que lo único que ha hecho es cambiar de opinión porque las condiciones lo requieren. Mr. Pragmatismo (…) Cuando la contradicción es demasiado evidente, Rutte tiene tendencia a explicar que se ha olvidado de aquello que provoca la contradicción. La mala memoria selectiva ha sido en varias ocasiones una herramienta política para él (…) hay unas memorias de Rutte: ‘Memoires van Mark Rutte, con el subtítulo ‘No recuerdo nada de eso’, y es una libreta de 80 páginas en blanco con una cubierta en la que se distingue la silueta de Rutte en bicicleta’. ‘Todo le resbala, y esa actitud le ha ayudado a sobrevivir en diversas crisis, lo que ha dado lugar a otro de sus apodos: ‘Teflon Mark’, en referencia a las sartenes antiadherentes. Todo le resbala, nada deja marca (…) Rutte ha esquivado diferentes crisis que se han cobrado un buen número de cadáveres políticos, pero nunca el de Rutte. Flexible, pragmático y duro, todo a la vez.
Sus gobiernos se caracterizaron por ser la némesis de los gobiernos del sur de Europa, y aplicó firmemente el látigo contra los despilfarradores; su ministro Dijsselbloem, dijo que los países del sur gastaban el dinero en vino y mujeres.
En el primer mandato de Trump, ‘sin orgullo, sin altanería, sin demasiada preocupación por la estética del movimiento, se dedicó, sencillamente, a adular a Trump, a hacerle sentir el más listo, el más avanzado, el que lleva la razón, convirtiéndose, por lo tanto, en un interlocutor óptimo con el presidente republicano. El hombre de los mil apodos, recibió uno nuevo: ‘el susurrador de Trump’
Y así, tenemos a ese teflón susurrador, haciendo de portavoz de Trump, contra Zelenski; demostrando que ha dejado de ser un europeísta, para ser un mercenario trumpista, un condottiero antieuropeo.
Como apunté en un escrito anterior, ha llegado el momento de que Europa tenga personalidad, y la primera muestra debería ser anular las bases de la OTAN y de los EUA. Y claro, Pedro Sánchez, si fuera un estadista, y no otro mero teflón susurrador de los poderosos, clausuraría las que tienen en España.
Pero vemos que el estilo de políticos, como Rutte y Sánchez, únicamente tienen un objetivo, su propio beneficio, sacar la mejor tajada personal en cada ocasión, como cualquier mercenario.
En definitiva, si queremos aprovechar la crisis generada por Trump y sus clones (entre ellos Rutte), debemos aprovechar el momento, para renovar a fondo la estructura y operativa de los estados (que deberían perder gran parte de su poder), de la UE, de la ONU, etc., en las que no sea imprescindible, ni necesaria, la participación de los EUA, Rusia ni China, consiguiendo un ejército de las naciones unidas, no sólo para intermediación, si no, para intervención en temas puntuales, acordados comúnmente (sin ningún tipo de vetos)
Y claro, en esa utopía, la regeneración debería ser total, y derrocar la actual monarquía española y, con ella, todos sus vicios y corrupción; y, evidentemente, conseguir nuestra República Catalana, limpia, también, de todo tipo de defectos.
Este nuevo mundo, aparentemente ilusorio, requiere estadistas (no mercenarios ni burócratas), pero toda carrera de maratón, se empieza con un primer paso.