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Promisoria, pero con importantes áreas de mejora, la estrategia de seguridad de Sheinbaum a 100 días

  • La actual estrategia de seguridad se desmarca de la anterior al enfrentar los problemas en vez de negarlos e implementa principios clave de política pública al mando de un liderazgo civil.
  • Los operativos para debilitar al crimen organizado aumentaron 596.6% y los enfrentamientos frontales 96.8% en comparación de los primeros 100 días de AMLO; sin embargo, aún no hay una tendencia a la baja en la violencia homicida y falta una abordaje integral a la violencia del crimen organizado.
  • México Evalúa presentó “Balance de la seguridad a 100 días de la era Sheinbaum”, un análisis de la violencia asociada al crimen organizado, las acciones para combatirlo, así como la alineación entre ambos elementos.

En los primeros 100 días de gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, los operativos para debilitar al crimen organizado incrementaron 596.6% y los enfrentamientos frontales 96.8%, en comparación con los primeros 100 días del sexenio de López Obrador. Sin embargo, los resultados aún no son alentadores: un informe de la organización México Evalúa revela que no es posible identificar una tendencia a la baja en los homicidios dolosos, ya que el comportamiento ha sido fluctuante. En dicho periodo, se contabilizaron 7,090 homicidios dolosos y se identificaron 25 movimientos estadísticamente significativos en esta métrica: 12 al alza y 13 a la baja.

En los 100 días iniciales de la actual presidenta, la tasa de homicidios dolosos por cada 100 mil habitantes se ha concentrado en ocho entidades: Colima (24.4), Guerrero (16.7), Morelos (16.4), Sinaloa (16.3), Baja California (11.9), Guanajuato (11.3), Chihuahua (11.1) y Tabasco (10).

Tras analizar la alineación entre las necesidades de seguridad y la intervención del Gobierno, el reporte revela que la estrategia de seguridad no brinda la atención suficiente a todos los estados que requieren atención inmediata, como Tabasco, Morelos o Colima, y que no aborda a la violencia del crimen organizado de manera integral. 

El análisis contempló 19 variables relacionadas con violencia urbana, disputas criminales por el control de los territorios locales y violencia delictiva de alto impacto social. Destaca que el volumen global de los robos disminuyó 34.8% en comparación con el mismo periodo de AMLO; la violencia asociada a las disputas criminalesincrementó 219.9%; mientras que las víctimas de delitos de alto impacto social aumentaron 18%.

Entre las fortalezas de la actual estrategia de seguridad, la organización identificó, la implementación —aún imperfecta— de un enfoquepara la reducción de la violencia en territorios prioritarios; el desmantelamiento de redes políticas del crimen organizado; un aumento significativo en capturas de generadores de violencia; así como un incremento notable en decomisos de armas y drogas, especialmente fentanilo.

“La presidenta Claudia Sheinbaum recibió el país más violento de la historia moderna. Considerando sus principios más generales, los efectos positivos y negativos de las acciones desplegadas y sus omisiones, la estrategia de seguridad actual es promisoria, aunque existe un amplio margen de mejora para apuntar a la pacificación sostenida de todos los territorios que hoy se encuentran en una profunda crisis de violencia”, apuntó Armando Vargas, coordinador del programa de seguridad de México Evalúa.

En cuanto a las debilidades de la estrategia, el reporte señala la ausencia de metas claras a corto y mediano plazo, así como de una visión integral que aborde más allá de homicidios dolosos; el abandono de territorios prioritarios; y la falta de estrategias contra la violencia político-criminal y de planes para evitar enfrentamientos entre grupos criminales.

El documento incluye una serie de recomendaciones a corto y mediano plazo en materia de seguridad, entre ellas: 

  • Implementar políticas públicas que aborden diversas dimensiones de la violencia del crimen organizado además del homicidio doloso; así como políticas no violentas para frenar las guerras criminales.
  • Formular políticas específicas contra la violencia político criminal, apuntando a los procesos electorales que se celebrarán en materia judicial.
  • Demostrar la confiabilidad de las cifras de incidencia delictiva, transparentando los métodos de recolección y sistematización.
  • Fortalecer la supremacía del poder civil frente al poder militar.
  • Diseñar un plan y cronograma para la construcción de un piso mínimo de capacidades policiales estatales y municipales.