Las diputadas y diputados de la LXI Legislatura del Estado de México son adalides de la homofobia en la entidad. Si no, ¿cómo entender su resistencia para reconocer el derecho al matrimonio igualitario?
Aunque hace siete años, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) determinó que cualquier Código Civil en el país que considere el matrimonio como “la unión entre un hombre y una mujer o cuyo fin sea la procreación” es inconstitucional, el Congreso local se ha negado a modificar la normativa al respecto, avalando y perpetuando la discriminación hacia las personas por su orientación sexual.
Una y otra vez, la Legislatura mexiquense, particularmente, la Junta de Coordinación Política, bajo excusas exiguas, ha dado cátedra de lastimosa hipocresía, doble moral y argumentos ramplones para detener la dictaminación y votación ante el pleno de las tres iniciativas actuales sobre el tema.
Al mismo tiempo, diputadas y diputados de distintas fracciones parlamentarias insisten en celebrar más foros de discusión, apelan a que las personas LGBTTTI+ entendamos que “existen otras prioridades”, intentan disuadirnos de protestar en las calles, se indignan si escuchan nuestros reclamos, exigen que activistas “cabildeemos” con otros partidos y asumamos con servilismo las migajas que nos ofrecen a cambio de una fotografía.
Por ello, desde esta organización civil alzamos la voz para exigir a las comisiones de Gobernación y Puntos Constitucionales; de Procuración y Administración de Justicia y de Igualdad de Género, que emitan el dictamen correspondiente sin mayor dilación. Reclamamos a los diputados Maurilio Hernández González, Elías Rescala Jiménez, Enrique Vargas del Villar, Sergio García Sosa, Martín Zepeda Hernández y a la diputada, María Luisa Mendoza Mondragón, que impulsen el tema, no como una concesión, sino como una obligación ciudadana para que salga adelante antes de finalizar el año.
Sabemos bien que, de no ser así, ante la coyuntura política-electoral, en la que se renovará la gubernatura estatal en 2023, el concubinato y el matrimonio igualitario serán relegados en las campañas y procesos de los partidos, a pesar de que las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) estiman que en el Estado de México vivimos, por lo menos, 550 mil personas abiertamente LGBTTTI+.
El enojo y la profunda decepción que hoy sentimos en contra de las y los representantes populares no se resuelven con promesas falsas, tácticas dilatorias o reuniones sin sentido. No confiamos en las declaraciones que desde las curules se emiten hasta que no existan resultados concretos.
No dejaremos ni dejaremos de insistir ni de luchar con los medios a nuestro alcance para que, de una vez por todas, el Congreso salde parte de la deuda histórica que tiene con la diversidad sexual.
¡Ya al matrimonio igualitario en el Estado de México!
A T E N T A M E N T E
FUERA DEL CLÓSET A.C.