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Quien siembra vientos recoge tempestades

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Esta mañana (domingo 3 de noviembre), los reyes Felipe y Leticia, acompañados de Pedro Sánchez, presidente del gobierno, y del presidente de la comunidad valenciana, Carlos Mazón, han visitado Paiporta, la zona cero de la tragedia provocada por la DANA, y han sido recibidos entre grandes abucheos y lanzamiento de barro; confirmándose que ‘cada palo ha de aguantar su vela’, como explico a continuación.

La comitiva real ha sido recibida con gritos de ‘asesinos’, ‘fuera, fuera’, Mazón dimisión’, ¿cuántos muertos hay?, etc.; mientras les tiraban barro y cubos de agua sucia, la que tienen.

Supongo que los reyes y sus asesores deben tener un mínimo de sentido común, y debían saber que no serían recibidos con aplausos, loas y lanzamiento de rosas. 

Con un mínimo de empatía, era previsible saber que la crispación general de la ciudadanía, abandonada a su desgracia durante ya casi toda una semana, no sería un besamanos, como los que están acostumbrados, entre sus súbditos paniaguados y palanganeros que conforman su pesebre.

Según parece, una mujer le ha gritado a Leticia, ya bastante mojada: ‘a ti no te falta el agua, ni a ti ni a tus hijas’; y según algunas fuentes, la reina ha dicho a sus acompañantes: ‘¿Cómo no han de sentirse así, cómo no han de estar empreñados (…) estamos muertos ya (…) qué vais a sacar’?

De ser cierta esta última frase, requeriría todo un análisis, pues ¿se refería a ellos en concreto?, ¿a la monarquía?, ¿a todo el estado? Será cuestión de esperar que el tiempo aclare estos comentarios; si bien, con toda seguridad, quedarán en el olvido interesado en preservar a la casa real (más bien irreal, pues es una institución fuera del tiempo, desfasada y antidemocrática)

El rey, por lo que muestran las imágenes, ha intentado mantener el tipo, incluso escuchando a unos ciudadanos, y abrazándolos.

El protocolo de seguridad ha decidido que la visita fuese breve, y han anulado el resto del programa, que tenía previsto visitar la población de Xiva.

Y el ‘valiente’ Pedro Sánchez fue el primero en marchar y, según las imágenes, aparentemente aturdido, pero al llegar al centro de mando ubicado en el ayuntamiento, ha dicho que los gritos han sido de una minoría marginal, y ha rechazado la violencia.

Evidentemente, en el sueldo de los políticos y del rey, va aguantar todo tipo de críticas; y lo que no pueden hacer, es reducirlas a minorías violentas, sin entender que son mayorías cansadas de tanto sufrimiento.

El presidente de la comunidad valenciana, Carlos Mazón, aguantó hasta el final, acompañando a los reyes, y, posteriormente, ha emitido un mensaje diciendo que ‘entiende la indignación social y que su obligación política y moral era quedarse en la calle para aguantar las críticas’ (en una velada crítica a Sánchez, que marchó el primero, totalmente aturdido, y evacuado en un coche que fue apedreado) ‘y ha elogiado y considerada de ejemplar la actitud de los reyes, al haberse quedado durante más de media hora hablando con los vecinos a pesar de la elevada tensión y haber recibido el lanzamiento de barro y objetos’.

Objetivamente es comprensible el cabreo de la ciudadanía, habiendo visto el descontrol entre las diferentes administraciones (central y autonómica), que fallaron en la previsión, coordinación de la alarma y, ahora, de la supervisión, rescate y abastecimiento de las cosas más básicas.

La ciudadanía también ve el galimatías con los miles de voluntarios, mayoritariamente jóvenes, motivados para efectuar todo tipo de trabajos, a pesar de la descoordinación, pues el gobierno autonómico está desbordado y es incapaz de organizar adecuadamente a este contingente de personas voluntariosas, altruistas, pero carentes de los conocimientos más elementales. Por eso ha habido algunos accidentados e intoxicados. Y, claro, precisan de toda una logística, para alimentarlos, etc.

Lógicamente, una respuesta así muestra que todavía hay mucha gente con altos niveles éticos y morales. También hay otras, éstas si minoritarias, que aprovechan la situación para hacer todo tipo de pillajes. Así es la condición humana.

Pero es evidente que recoger alimentos por muchas poblaciones, hacer aportaciones en las cuentas facilitadas, etc., son acciones propias de estados tercermundistas, ya que los ciudadanos pagamos nuestros impuestos para cubrir todo tipo de eventualidades, incluso de esta índole y gravedad.

La ciudadanía necesita que, en momentos de esa gravedad, aparezcan en los medios personas con los conocimientos técnicos y organizativos precisos, que informen adecuadamente de las acciones que se están haciendo, y del programa de prioridades que afrontarán inmediatamente.

No queremos que aparezca personal uniformado (militares ni policías) como en las primeras semanas del Covid. Se precisa que aparezcan técnicos cualificados, como, en ese momento, lo fue el doctor Fernando Simón Soria, médico epidemiólogo, director del centro de coordinación de alertas y emergencias sanitarias.

Esta mañana he oído parte de una entrevista radiofónica a un catedrático valenciano de medicina preventiva, jubilado, (no sé su nombre, pues, al conectar, la entrevista ya estaba iniciada) que explicaba que a él nadie le había consultado nada, ni ahora, ni en el momento de establecer los protocolos, que, en líneas generales están unificados en la UE. Y ha dicho, también, que:

  • Por su experiencia en países africanos, y en el tsunami de Asia Oriental, se requiere personal realmente formado y equipado para las labores de limpieza y rescate; pero ver a ciudadanos, vestidos de forma inadecuada para esas labores, es peligroso, ya que bajo el barro hay todo tipo de materiales que pueden provocar heridas y traumatismos, por lo que se requiere calzado y vestido adecuado, mascarillas, guantes, y herramientas, no simples escobas y palas.
  • Asimismo, ya que las conducciones de agua, restablecidas parcialmente, no aportan agua potable en muchas poblaciones, por haberse roto los circuitos, y estar mezclada con agua residual, se requiere una formación previa, y si no, en este momento, para explicar las formas de depurar esas aguas: hirviéndolas, con gotas de lejía, con depuradoras portátiles, etc., como hacen en muchas poblaciones africanas. Pero eso nadie lo explica.
  • Otro aspecto que ha comentado es la falta de conocimiento técnico, pues ver a los voluntarios tirando agua al barro y echándola a las alcantarillas, es un grave error, pues dentro de no mucho tiempo, se solidificará ese barro y taponará los desguaces. Según él, el barro debe quedarse en la calle, amontonado, y ser extraído con maquinarias precisas.
  • Y ha comentado, también, que falta información sobre las consecuencias inmediatas, pues el agua estancada, y más con cadáveres, y alimentos putrefactos, en breve se verán focos epidemiológicos, así como la invasión de ‘vectores’ (mosquitos, ratas, cucarachas, etc.) (me ha extrañado la denominación de ‘vectores’ a esas plagas, pero debe ser la denominación técnica), con las lógicas consecuencias insalubres. Y eso requiere y exige una rápida información.
  • Y, claro, la priorización de la ciudadanía: niños, embarazadas, personas mayores, minusválidas, etc.; aspecto que, aparentemente, tampoco se está haciendo.
  • Etc.

Pero en lugar de tener a profesionales así, informando y dando confianza a la población, hemos visto al president de le Generalitat Valenciana, Carlos Mazón, falseando informaciones, borrando tuits, ocultando la información sobre los muertos y desaparecidos, y, un día dificultar la labor de los voluntarios y al día siguiente improvisando su organización, un día decir que ha pedido la ayuda de 500 militares y que al día siguiente, ‘si fueran necesarios’ pediría otros 500, y, al día siguiente pedir 5000. Y todo eso no da ningún tipo de confianza, está claro, pues demuestra un desconocimiento y descontrol de la magnitud de la tragedia.

La ciudadanía valenciana ha generalizado el grito de ‘Mazón dimisión’, y si tuviera un mínimo de decencia, debería hacerlo de inmediato, ya que una persona y un equipo inadecuado, incompetente e inepto, como se ha visto, no puede garantizar la reestructuración de todos los servicios necesarios.

Y Pedro Sánchez también ha demostrado su ineptitud (por decirlo de forma suave), ya que, parapetado por la burocracia legalista, ha antepuesto la politiquería, a la eficacia.

Un presidente del ejecutivo, viendo el desastre y las previsibles consecuencias, desde el minuto uno debería haber ofrecido toda la ayuda; no esperar, cinco días para decir, ‘que el president Mazón pida lo que necesita, que no se trata de recursos, si no de salvar vidas’. Y, claro, éste, ayer pidió 5000 militares, que en breve se desplazarán, muchos ya lo han hecho, como miles de policías y guardias civiles, pero la maquinaria pesada para realizar las labores tardará días en llegar, ya que ha de ir desde diferentes puntos de España.

Por todo ello, y como señaló Ricard Chulià, en su artículo titulado: ‘Mazón tiene las manos manchadas de sangre’:

‘La respuesta tiene muchos rostros, pero es única. Tiene nombres y apellidos, para empezar: Carlos Mazón i Guixot, president de la Generalitat; Salomé Pradas Ten, consellera de Justicia e Interior, con responsabilidades en emergencias; Emilio Argüeso Torres, secretario autonómico de seguridad y emergencias y director de la agencia valenciana de seguridad y respuesta a las emergencias. Hay muchos nombres más, estos sólo son algunos (…) esta gente tiene las manos manchadas de sangre, porque su manifiesta incompetencia ha provocado muertos que se podrían haber evitado. Que se habrían evitado en otras circunstancias y con otros responsables

(…)

No se podía evitar la catástrofe natural y, seguramente, una gran parte de los daños materiales tampoco se podrían haber evitado. Pero sí la catástrofe humana. Y aquí entra la responsabilidad de unos gobernantes criminales, porque su incompetencia ha costado vidas (…)

(Vilaweb, 1 de noviembre)

En definitiva, esta situación nos muestra, una vez más, que el reino español es una clara expresión del ‘rey desnudo’ (El traje nuevo del emperador), el cuento escrito por Hans Christian Andersen y publicado en 1837, pues en toda la estructura del estado, en las instituciones, en los partidos políticos, en los sindicatos, y también en las empresas privadas, predominan los aduladores acríticos, que no se atreven a decir al rey que va desnudo y, claro, eso beneficia a la cúspide, como a  Guido y Luigi Farabutto del cuento, que decían poder fabricar la tela más suave y delicada que nadie pudiera imaginar, y que sería invisible para los estúpidos (y nadie quiere pasar por ser considerado así). El mismo rey, cayó en esa misma trampa, claro. Hasta que al final fue un niño el que gritó que el rey iba desnudo.

Y aquí en España, vemos que pasa eso mismo, se han montado estructuras y superestructuras de poder, burocratizadas y ocupadas por clónicos grises con ansias de promocionar.

Y hoy, los habitantes de Paiporta (Valencia) han gritado a Felipe y compañía, que iban desnudos, que su vestido de hipocresía y actitud farisaica, es una farsa amoral.

Y eso es positivo, siempre que sirva para recapacitar, que el estado de shock que ha tenido Pedro Sánchez, le sirva para dejar de estar ensimismado y tocar con los pies en el suelo, si bien, la respuesta final, atribuyendo los gritos a una minoría violenta, nos muestra que, ni así, aprende la lección, por más que, a partir de ahora, escenifique y teatralice grandes ayudas, siempre televisadas, claro. Pero, tarde y mal.

Por eso, ‘quien siempre vientos, recoge tempestades’, como han visto hoy los regios visitantes.