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Quieren que todos seamos unos pasotas

Amadeo Palliser Cifuentes
amadeopalliser@gmail.com

Las decepcionantes noticias, fundamentalmente centradas en dimes y diretes de baja estrofa, entre ‘políticos’ de mínimo nivel intelectual, ético y moral, comportan un claro efecto: que olvidemos las grandes inhumanidades que se producen en Ucrania y Gaza (España sigue vendiendo armas a Israel), por citar dos guerras próximas a Europa y, a la vez, la desafección de la ciudadanía, como intento explicar a continuación.

Me parece que es vergonzoso observar que, en general, los telediarios, los periódicos, las tertulias, etc., se ocupan de los temas políticos atendiendo, únicamente, los aspectos más superficiales y anecdóticos, obviando el verdadero núcleo duro de los mismos. Así, tenemos una prensa y unos medios, convertidos, en una prensa y tertulias rosa o amarilla, según los casos.

Y la culpa, sí, la culpa, la tienen la mayor parte de los políticos, pues se puede imputar directamente esa desinformación a los propios políticos y partidos, con mínimas excepciones.

Así, vemos que Isabel Díaz Ayuso y a Alberto Núñez Feijóo (ambos del PP), llenan todas las portadas por sus comentarios, insultos y mentiras sobre Catalunya; pero, también a Marta Rovira (ERC) pidiendo explicaciones a Junts sobre los contactos que tuvo en el verano pasado con el PP, y, claro, sacando pecho señalando que su partido no negocia con los autores de la represora ‘operación Catalunya’, olvidando que el PSOE también apoyó, y sigue aplicando, directa e indirectamente esa operación.

Y como en general, el morbo gusta al personal, más que un pirulí a un tonto, así vemos que todas las paridas se multiplican, para ver quién la dice más gorda, y quién tiene la última palabra en esos falsos relatos y así ocupa más espacio en los telediarios. Y, por lo tanto, vemos que apenas se debate del núcleo duro, del golpe judicial que se está fraguando contra la separación de poderes, por citar un ejemplo.

Y eso no es nuevo, el estado español tradicionalmente ha funcionado y funciona así. Un claro ejemplo de esa censura, lo hemos tenido estos días, como explico a continuación:

Amadeo I fue rey de España durante el breve período de 1870 a 1873, durante el Sexenio Revolucionario, después de la Revolución Gloriosa de 1868 que expulsó a la dinastía de los Borbones de España.

Amadeo de Saboya, duque de Aosta (1845 – 1890) fue elegido constitucionalmente en España, con el soporte de los progresistas y de los carlistas, tras la negación de otros candidatos, y el 16 de noviembre de 1870 fue nombrado rey de España, sucediendo a Isabel II.

Pero al llegar a Madrid para tomar carga de su nuevo cargo, su principal valedor, el general Joan Prim i Prats (1814 – 1870), fue asesinado; e inmediatamente se dio cuenta que su nuevo reino, en realidad era un verdadero avispero, pues era un hervidero de continuas crisis: conspiraciones republicanas, alzamientos carlistas, separatismo de Cuba, algunos atentados contra su persona, etc.

Por todo esto, Amadeo I abdicó por iniciativa propia el 11 de febrero de 1873, volviendo a Italia; y, aquí, seguidamente se proclamó la Primera República española (11 de febrero de 1873 hasta el 29 de diciembre de 1874, cuando el golpe de estado del general Martínez Campos dio lugar a la restauración de la monarquía borbónica)

Esa abdicación por iniciativa propia, según la versión oficial, discrepa de la tradición madrileña que aseguró que, al mediodía del citado 11 de febrero, los partidos republicanos le comunicaron al rey su ‘despido’ mientras esperaba la comida en el restaurante del café de Fornos; de inmediato, anuló el pedido, pidió una grappa, recogió a su familia, renunció al trono y, sin esperar la autorización del congreso de diputados, marchó de España, diciendo que ‘los españoles son ingobernables’.

En definitiva, el primer intento de una monarquía parlamentaria en España, fue breve y acabó en fracaso.

Que España es ingobernable dentro de un sistema democrático y parlamentario, ya lo comentó el canciller Otto Eduard Leopold von Bismarck-Schönhausen (1815 – 1898), pues dijo: ‘estoy firmemente convencido de que España es el país más fuerte del mundo, pues lleva siglos queriendo destruirse a sí misma y todavía no lo ha conseguido’.

Estos días me ha sorprendido la ausencia de referencias a la mencionada abdicación y a la proclamación de la Primera República; y eso que los medios, en general, aprovechan cualquier efeméride, para recordarlas. Pero está claro que recordar la patada al culo a la borbónica Isabel II, que reinó durante los años 1833 y 1868, y vivió hasta 1904 en París, un exilio de 36 años (en 1870 abdicó a favor de su hijo, Alfonso XII); así como la implantación de la república, no deben ser plato de buen gusto a los plebeyos del actual rey Felipe VI, descendiente de la susodicha reina, expulsada al grito de ‘¡Mueran los Borbones!’, ¡Mueran los Bribones!’

Tras el exilio de la reina, los hermanos Bécquer, Gustavo Adolfo Bécquer el poeta, y Valeriano Domínguez Bécquer, firmaron con el seudónimo SEM, la obra ‘Los Borbones en pelotas’, una serie de acuarelas realizadas entre 1868 y 1869.

Una reina que no dudó que el jefe de gobierno, el general Espartero bombardease Barcelona desde el castillo de Montjuic en 1942. Una reina que fue considerada ninfómana, con unas costumbres particulares, pues se acostaba a las cinco de la madrugada y se levantaba a las tres de la tarde, que hacía honor a su madre, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias, mientras era la viuda regente (hasta la mayoría de edad de Isabel), en las tabernas y conciliábulos se decía que ‘la regente es una dama casada en secreto y embarazada en público’, y ‘clamaban los liberales / que la reina no paría / y ha parido más muñecones / que liberales había’; en definitiva, Isabel era una reina con un bajo nivel intelectual, como muestran las cartas que se conservan en la Academia de Historia de Madrid; y que cuando su madre le impuso que se desposase con su primo Francisco de Asís de Borbón, Isabel dijo: ¡No, con Paquita, no!’; entre los amantes de Isabel II se contaba el general Serrano (el bonito); el cantante José Mirall; el compositor Emiliano Arrieta; el coronel Gándara; Manuel Lorenzo de Acuña, marqués de Bedma; el capitán José María Arana (el pollo Arana); Enrique Puig Moltó (el pollo real); el general O’Donnell; el secretario Miguel Tenorio; el cantante Tirso Obregón; etc., por lo que los hijos de esa reina no eran de su marido. Por ejemplo, Alfonso XII era hijo del capitán de ingenieros Enrique Puig Moltó, que por tener un hijo varón, la reina le nombró marqués del Real Acierto.

Su marido aceptó esa vida, pues él convivió con su amigo Antonio Ramón Meneses; y a cambio de reconocer a los hijos de su esposa, recibió un millón reales por cada uno.

Con todos estos cotilleos me acerco a la prensa rosa, ufff.

Al final de su vida, Isabel II, en una entrevista con el escritor Benito Pérez Galdós (1843 – 1920), le decía:

‘¿Qué había de hacer yo, jovencilla, reina a los catorce años, sin ningún freno a mi voluntad, con todo el dinero a mano para mis antojos y para darme el gusto de favorecer a los necesitados, no viendo al lado mío más que personas que se doblaban como cañas, ni oyendo más voces de adulación que me aturdían, qué había de hacer yo?, póngase en mi caso.

Así describía Pérez Galdós a Isabel II: ‘El reinado de Isabel II se irá borrando de la memoria, y los males que trajo, así como los bienes que produjo, pasarán sin dejar rastro. La pobre Reina, tan fervorosamente amada en su niñez, esperanza y alegría del pueblo, emblema de la libertad, después hollada, escarnecida y arrojada del reino, baja al sepulcro, sin que su muerte avive los entusiasmos ni los odios de otros días. Se juzgará su reinado con crítica severa: en él se verá el origen y el embrión de no pocos vicios de nuestra política; pero nadie niega ni desconoce la inmensa ternura de aquella alma ingenua, indolente, fácil a la piedad, al perdón, a la caridad, como incapaz de toda resolución tenaz y vigorosa. Doña Isabel vivió en perpetua infancia, y el mayor de sus infortunios fue haber nacido Reina y llevar en su mano la dirección moral de un pueblo, pesada obligación para tan tierna mano’.

Efectivamente, Isabel II careció de joven de un ambiente familiar y de la afectividad de su madre, así como la ausencia de una educación, pues todos los preceptores (progresistas o conservadores) partían del principio básico de que ‘cuanto más ignorante permaneciera, mejor resultaría servirse de ella y de su cargo’.

(Fuente, varias páginas de wikipedia y, en especial: nuevatribuna.es)

Como he dicho, no es de extrañar que el actual régimen del Borbón Felipe VI no esté muy orgulloso de esos antecedentes y, por eso, los medios de comunicación subvencionados y dirigidos por verdaderos súbditos y servidores, este domingo no hicieron ninguna reseña, ninguna alusión al final del reinado de Isabel II ni a la instauración de la Primera República.

Y todo esto no es más que una nueva muestra de cómo nos adoctrinan a los ciudadanos, pues nos dan el pienso que consideran adecuado para seguir manteniéndonos sumisos, dóciles.

En la novela ‘Un mundo feliz’ (1932) de Aldous Leonard Huxley (1894 – 1963), se facilitaba el ‘soma’ (*) una droga a la población, para mantenerla deprimida y controlar sus sentimientos.

(*) droga utilizada por los brahmanes en la época védica.

Ahora nuestro soma son la prensa y las tertulias rosas y amarillas, como he comentado; así nos desmotivan, desmoralizan y desmovilizan, pues quieren siervos pasotas.

Ante este panorama tan negro, y para animar un poco al amable y paciente lector que haya sobrevivido hasta este punto, a continuación reproduzco unos chistes de pasotas, para no desentonar:

‘Le dice una madre a su hijo: hijo, ve a echar la primitiva, y el hijo dice … abuela, a la puta calle’.

‘Dos pasotas que andan fumando porros por el monte se encuentran con un oso. Uno de ellos coge un gran cuchillo que llevaba, el otro se pone unas deportivas de la mochila. El primero le dice, ¿no querrás correr más que el oso?, y el segundo le responde: que va, me basta con correr más que tu’

‘Un pasota entra en una panadería y pregunta al panadero: ¿tiene pan de ayer?, si claro, le dice el tendero. Pues no haber hecho tanto, le responde el pasota’

‘Un pasota llega a las cinco de la madrugada a su casa, y su mujer le dice: ¿te crees que son horas de llegar, son las cinco menos cuarto?, Joderrr, en esta casa siempre falta algo…’

‘Un motorista va a todo gas por la calle, no toma una curva y se empotra a toda velocidad contra un local, y sale hecho polvo diciendo, como pille al macarra que ha puesto el cartel de ‘se traspasa’’

En definitiva, así nos quieren, pasotas, indiferentes, despreocupados, que nos importen un bledo los verdaderos problemas, los principales temas, que, así, siguen manoseando; es decir, actúan como los citados preceptores de Isabel II: ‘cuanto más ignorante permaneciera, mejor resultaría servirse de ella y de su cargo’.

Por todo eso, tenemos mucho trabajo para informarnos bien y, en las próximas elecciones, europeas, autonómicas y generales, actuemos de forma consciente y con un elevado nivel ético.