Situación de base:
Los resultados de las elecciones generales realizadas ayer, 23 de julio, en el reino español, dieron los siguientes resultados en cuanto se refiere a escaños en el congreso de diputados:
PP, 136; PSOE, 122; Vox, 33; Sumar, 31; ERC, 7; JuntsxCat, 7; EH Bildu, 6; PNV, 5; BNG, 1; CC, 1; UPN, 1.
Revisando el ‘pactómetro’, vemos que:
PP + Vox + CC + UPN = 171 escaños (11.292.066 votos)
PSOE + SUMAR + ERC + EB + PNV + BNG = 172 escaños (11.999.330 votos).
es decir, ambos cócteles, están por debajo de la mayoría de 176, requerida. Es preciso señalar que, en ambas coaliciones posibles, está excluido JuntsxCat (7 diputados), pues de forma clara nos ha dicho en la campaña, que NO apoyarían ni a Pedro Sánchez ni a Alberto Núñez Feijóo, salvo compromisos concretos respecto a la amnistía y el referéndum de autodeterminación.
Avance de un análisis sobre la gobernabilidad:
En primer lugar, es preciso destacar que la derecha y extrema derecha, a pesar de vencer las elecciones, no podrán formar gobierno, salvo que las presiones del estado profundo (judicial, militar, financiero, económico, mediático, etc.) fuercen al PSOE para que asuma la victoria del más votado (PP, 8.091.840; PSOE, 7.760.970), a pesar de que constitucionalmente no sea así, pues no estamos en un régimen presidencialista, y votamos partidos, que después pactan y llegan a acuerdos, a pesar de que sean ilógicos y amorales, como vimos de forma repetida en la alcaldía de Barcelona.
Esa línea de pensamiento de ‘respetar’ al más votado, ya la planteó Feijóo (PP) en la campaña, e incluso llegó a anunciar que contactaría con los ‘varones’ del PSOE, para buscar la vulnerabilidad de la disciplina de voto y romperla.
Sabemos que los términos como lógica, moral, etc., no forman parte de la función política; y sabemos, también, que los que más dicen ‘respetar’ la constitución, son los primeros en incumplirla. Y hemos visto, también, que la ‘solidez’ de liderazgo de Feijóo en el PP, tiene importantes fisuras, siendo la principal la ambición de Isabel Días Ayuso, presidenta de la comunidad de Madrid, como se expresó ayer en las expresiones de su lenguaje no verbal.
Así que la pírrica victoria de Feijóo, será, una ‘amarga victoria’ (rememorando la frase de Felipe González tras perder frente a José M. Aznar en 1966: ‘Nunca una derrota ha sido tan dulce, ni una victoria tan amarga’).
El PP argumentará que ha fallado Vox, por sus pésimos resultados (ha pasado de 52 a 33 diputados), pero parte de esa pérdida ha sido por el giro dado por Feijóo, hacia el final de la campaña, distanciándose de ese partido, al ver el negativo resultado de los pactos en los gobiernos y municipios, especialmente en Valencia, Baleares, Extremadura, etc.
En segundo lugar, y respecto a las posibilidades de Pedro Sánchez (PSOE) para reeditar su gobierno, es preciso destacar que toda su campaña ha girado sobre dos ejes: frenar a la derecha, y ‘superar’ la subordinación respecto a los partidos independentistas. Sobre este segundo eje, llegó a decir que Carles Puigdemont, hasta el 2019 ‘era un problema para España’, pero ahora, ‘no pasa de ser una anécdota’, pues ‘su palabra vale lo que valió su declaración de independencia, es decir, nada’.
Conocemos que la principal característica de Pedro Sánchez es su personalidad camaleónica, que él confunde con la resiliencia (para adaptarse a la adversidad), como desarrolló en su propio manual; pero cambiar los planteamientos en cada momento, en función de las necesidades puntuales, muestra no tener principios, ni palabra, y claro, exige ser un mentiroso compulsivo. Y todo eso lo hemos experimentado y sufrido los independentistas catalanes y los catalanes en general, pues el déficit fiscal, por ejemplo, nos afecta a todos los catalanes, sin distinción (aunque los unionistas catalanes no lo quieran ver).
En el mencionada ‘pactómetro’ que he indicado más arriba, he incluido el apoyo de EH Bildu, entre otros, pero tampoco está claro que se confirme; ya que, por primera vez, ha superado al PNV, y a primeros del 2024 tendrán las elecciones en Euskadi, así que igual no regalan su voto tan fácilmente.
Efectivamente, en la hipótesis de que EH Bildu apoyara la investidura de Pedro Sánchez, todo dependería de Junts x Catalunya, pues sus 7 diputados le darían la mayoría absoluta, llegando a 179, por lo que podría ser investido en primera ronda; y, si no fuera así, si Junts se abstuviera en la segunda ronda, también sería investido Sánchez, pues tendría 172 votos afirmativos, frente a 171 negativos.
En definitiva, por lo que parece en este momento, todo dependerá de la postura que adopte Junts, es decir, si respeta o no lo manifestado en la campaña electoral. Muchos confiamos que así sea, y que resista las presiones de todo tipo, para conseguir su abstención.
Vemos que todos los medios de comunicación unionistas están a favor de esa abstención, argumentando ‘la responsabilidad de estado’ para evitar el colapso y la repetición de las elecciones. Ayer comenté que a los independentistas catalanes nos quieren ‘domesticados’, cuando la realidad es que nos quieren ‘vencidos, derrotados, rendidos y humillados’.
Y no podemos caer en las trampas del flautista de Hamelín (de los hermanos Grimm) que es Pedro Sánchez, pues volverá a mentir, superando a Pinocho (Pinocchio, de Carlo Coloodi), prometiendo el ‘oro y el moro’ (expresión racista, perdón), pues una vez investido presidente, se volverá a olvidar de sus compromisos, como vimos con la mal llamada y mal concebida mesa de diálogo, con el mantenimiento de la infrafinanciación de Catalunya, y con el mantenimiento de la represión policial (espionaje telefónico, infiltración en colectivos independentistas, etc.), por citar unos ejemplos. ‘Curiosamente’ hoy hemos visto que la fiscalía ha solicitado al instructor del tribunal supremo, Pablo Llarena, que dicte una nueva orden de búsqueda y captura internacional contra Carles Puigdemont y Toni Comín; esa es la visión de ‘estado’ de Pedro Sánchez.
Como en el caso de Feijóo, Sánchez se escudará, asimismo, tras la debacle de Sumar, pues ha perdido más de 700.000 votos, respecto a su anterior matriz: Podemos y Más País, en definitivas, una perdida de 7 escaños. Pero es evidente que Sumar, al descafeinar su anterior programa, para facilitar la coordinación con el PSOE, lo que ha comportado es que muchos votantes se hayan pasado al PSOE, por lo de votar a la fórmula original, antes que a la copia.
En tercer lugar, y centrándonos en Catalunya, vemos que el vencedor fue el PSC/PSOE, con 19 diputados (el 34,5% de los votos), frente a los 12 que tenía en el 2019, ratificándose la tendencia positiva de las últimas elecciones; siendo uno de los motivos, la desaparición del partido de Ciudadanos, ya que los votantes de este extinto partido, teóricamente, se distribuyeron entre el PP y el PSC/PSOE.
Otro aspecto relevante, ha sido el descenso del voto independentista, especialmente de ERC, que ha pasado de 13 diputados en el 2019, a 7, ayer; mientras que Junts ha perdido 1, pasando a tener 7. Y la Cup, ha perdido los 2 que tenía.
La explicación del descenso de voto independentista, fundamentalmente, es debido a la abstención, que ha aumentado un 3,98 % respecto al 2019. (En 2019, votaron 3.896.974 catalanes, es decir, un 69,39%; mientras que ayer votamos 3.535.755 catalanes, un 65,41% del censo); mientras que, en el conjunto español, la abstención se ha reducido.
Este margen diferencial de mayor número de abstencionistas ‘puntuales’ (que podríamos considerar que corresponden a independentistas molestos con la coyuntura actual), queda enmarcado en la totalidad abstencionista que, esta vez, ha sido de un 34,58%, es decir, 1.896.298 electores.
Ciertamente, la ANC, Clara Ponsatí, Elisenda Paluzie, el Cercle Català de Negocis, etc., postularon por la abstención, como fórmula de expresión del descontento.
Que ERC haya perdido unos 400.000 votos, explica, claramente, la incidencia del abstencionismo, como forma de rechazo a la estrategia seguida.
El voto en blanco también ha subido, pues ayer fueron 29.006 (el 0,82%), frente al 0,69% en el 2019; y los votos nulos han sido 31.874 (un 0,90%) frente al 0,53%.
Es difícil valorar la incidencia que puedan tener la abstención y los votos nulos y blancos, en la política cotidiana, ya que, por lo que vemos, los partidos políticos no hacen autocrítica; por ejemplo, Gabriel Rufián (ERC) se mostró contento por ser la primera fuerza independentista, no entrando a valorar la importante pérdida, que ‘justificó’ por la polarización entre el PSOE / PP.
Me parece que debería replantearse la opción de mostrar la disconformidad respecto a la política actual, mediante ese tipo de estrategias (abstención, voto blanco y nulo), pues hoy pueden tener una relativa importancia, pero mañana serán olvidados.
Consideración final, que no conclusiones:
Sé que mi opinión es la de un simple independentista de base, por lo que no puedo plantear conclusiones, pero sí puedo dar mi opinión que, con toda seguridad, podré ir perfilando según vayan sucediendo los acontecimientos. Y con esa rectificación no me refiero al paraguas de la ‘realidad dinámica’, como argumentó Pedro Sánchez, para ‘justificar’ sus giros draconianos, pues eso no es más que una nueva forma de mentir.
Y sé que muchos independentistas de base, desde el 2017 hemos venido pidiendo la unidad de los partidos independentistas.
Pero, claro, los partidos políticos, reconvertidos en empresas que buscan maximizar sus beneficios en detrimento de sus competidores, no están por la labor.
Por eso, me parece que hay varias alternativas, como la supresión de los actuales partidos políticos o la sustitución de sus actuales líderes, pues con todo lo que comportan en la actualidad (y en la historia), NUNCA, y NUNCA es NUNCA, conseguiremos la independencia.
Necesitamos una unidad real y efectiva, como la que vivimos con ‘Junts pel SI’, que resultó ganadora en 2015; incluso a pesar de las controversias internas de los partidos que la conformaban.
Por eso, la futura nueva plataforma debería ser efectiva, con bases éticas y morales. Y, en paralelo, debería comportar la desaparición de los actuales partidos independentistas, ya que, en caso contrario, el resultado sería potenciar la división, y aumentar la confusión entre los futuros votantes.
Esa futura plataforma unificada, debería potenciar la movilzación de la ciudadanía independentista; no como ha venido haciendo ERC, desmovilizando y desmotivando a las bases, incluso burlándose y ridiculizando a los pequeños grupos que seguimos manifestándonos, como, por ejemplo, Meridiana Resisteix.
Y esta catarsis que me parece necesaria, está en línea con la petición que desde hace años viene haciendo el músico y exdiputado Lluís Llach.
A tal fin, deberíamos partir de la base que la ‘realidad’, según el diccionario de la RAE, ‘expresa la existencia real y efectiva de algo; lo que es efectivo o tiene valor práctico, en contraposición con lo fantástico e ilusorio’.
Pues bien, la ‘realidad’ no se limita a la fotografía de los resultados de ayer, ya que se ha de contemplar toda la complejidad, la pérdida de los votos, la abstención, las divergencias internas, etc.
Filosóficamente, la ‘realidad’ es ‘aquello que realmente existe y se desarrolla, y contiene, en sí mismo, su propia esencia y sus propias leyes, así como los resultados de su propia acción y desarrollo’.
Por eso, la futura plataforma unificada, debería tener las propias leyes y dinámicas que sean propias a los objetivos deseados, es decir, la independencia; mientras que los partidos, como he indicado, se mueven por otras dinámicas ajenas a ese objetivo.
Ayer, en su análisis de valoración de los resultados, Gabriel Rufián (ERC) dijo que ‘en política, no eres lo que tienes, si no lo que vale lo que tienes’; una visión economicista, capitalista, de las empresas, que confunden los objetivos y las personas con sus posesiones y el valor de las mismas. Confundir el ser y el tener, de por sí, ya explica mucho de ese político.
Siguiendo con el argumento filosófico de la ‘realidad’, los diccionarios de filosofía concretan que ‘ésta ha de ser objetiva en toda su concreción; y, en este sentido, la realidad se distingue no sólo de lo aparente, imaginario y fantástico, sino, además, de lo que es solamente lógico (concebido), aunque esto último sea por completo justo; también se diferencia de todo lo que sólo es posible, probable, aunque aún exista’. Y el peligro son la gran cantidad de espejismos.
Es importante señalar que la realidad, tiene tres dimensiones, la realidad física (de los límites y posibilidades), la realidad percibida (basada en los sentidos y las emociones) y la realidad representada (basada en los discursos y los signos.
Si los independentistas vamos unidos, tendremos una mayor fuerza y visibilidad, así que nuestra realidad que puedan ver los unionistas, no podrá ser minimizada, como ahora.
Para ello, debemos ser capaces de aprender de las experiencias de lo sucedido desde el 2017, para no caer de nuevo ante las mismas piedras.
Sólo así escaparemos de la paradoja planteada por Erwin Schrödinger (1887 – 1961), del ‘gato de Schrödinger’ (1935), que ‘explica’ la simultaneidad de las realidades del gato vivo y muerto.
Pero debemos saber que unidos, mostraremos nuestra ‘tigreidad’, a pesar de no ser tigres de bengala; sólo así superaremos la diferencias entre la realidad, la apariencia y la ‘lógica’ aplicada.