• Se acompañarán esfuerzos y se asumirá la responsabilidad legislativa sobre el tema: diputada Sodi Miranda
Al inaugurar el Congreso Nacional de la Educación de Sordo y Lenguas de Señas Mexicana, la presidenta de la Comisión de Atención a Grupos Vulnerables, diputada Gabriela Sodi Miranda (PRD), indicó que los integrantes de la LXV Legislatura acompañarán esfuerzos y asumirán el tramo de responsabilidad en los temas legislativos.
En el Congreso, realizado en conmemoración del Día Nacional del Sordo, la legisladora señaló la importancia de que las y los diputados conozcan las necesidades de esta población, con el fin de reforzar, generar y modificar las políticas públicas.
“La lengua de señas mexicana es un idioma nacional reconocido por las leyes como parte de la diversidad lingüística de nuestro país”, expresó.
La diputada Olga Juliana Elizondo Guerra (Morena) se dijo dispuesta a seguir construyendo puentes y lazos de comunicación con quienes ayudan a las personas con alguna discapacidad, porque todos merecen respeto dentro de los derechos humanos.
Participaciones de invitados
Luis Ramos Herrera, del Congreso Nacional de Educación para Sordos, explicó que los maestros y alumnos titulados sordos enfrentan diferentes dificultades, ya que la ley no señala que pueden ejercer en espacios públicos, por lo que se revisan leyes y estatutos para hacer más claros los marcos legales.
Álvaro Jiménez, de la Universidad de Gallaudet, comentó que hay quienes deciden trasladarse a otro país para buscar mejor estabilidad y aprendizaje para sus hijos sordos, pues en México hay muchas barreras.
En el encuentro, diversas personas sordas expresaron mediante el lenguaje de señas mexicana la importancia de seguir enseñando esta forma de comunicación a las nuevas generaciones, preservarla y evitar que se pierda, ya que es una herramienta que les permite desarrollarse en materia social, de educación y laboralmente.
En un video, Carla Gutiérrez, mexicana que vive en Los Ángeles, Estados Unidos, explicó la diferencia que hubo para lograr el lenguaje de señas americano.
En otro testimonio en video, Francisco García, de la 4ª generación de la Escuela Nacional de Sordomudos, destacó la importancia que este plantel tuvo para su educación, mientras que Alberto Hernández Aguilar, de la tercera generación de la misma escuela, resaltó que gracias a ésta poco a poco aprendió el lenguaje, además de que recibían distintos talleres.
Benjamín Moreno, quien es hijo de padres sordos, dijo que hay una carga de portavoz y atención a los padres, pero es una experiencia de falta de atención integral hacia las personas sordas, incluyendo la educación. “Como sociedad, para llamarnos incluyentes debemos expandir el lenguaje de señas hacia toda la persona mediante la impartición de una materia”.
Ana Orozco, también hija de padres sordos, señaló que a pesar de los obstáculos, el haberse mudado a Estados Unidos les ayudó a superarse, lo cual se comienza ya a replicar en México.
Angélica Alcántara, igualmente hija de padres sordos, dijo que es necesario que haya una educación integral para personas sordas, así como enseñar el lenguaje de señas a personas oyentes para que haya una atención de calidad en los distintos espacios, como puede ser en hospitales.
También Belem Rojas, quien es madre de una persona con problemas auditivos que trabaja en la Cámara de Diputados, dijo que en un principio su hija acudió a una escuela donde era obligada a oralizar, pero cuando llegó a la Cámara de Diputados su mundo se abrió y cambió. “El sordo debe aprender en su lengua”.
Blanca Inés Valencia Vázquez, jefa de la División de Ingeniería en Sistemas Computacionales, del Tecnológico de Estudios Superiores de Chalco, explicó el proyecto realizado junto a la asociación PANAL y el Congreso Nacional de la Educación de Sordo y Lenguas de Señas Mexicana, para la enseñanza a personas sordas y el impulso a la lengua de señas.
Ernesto Elizondo, quien cursa la maestría en la UAM Xochimilco, dijo que los docentes no están preparados para recibir población con alguna discapacidad, lo que repercute en la calidad educativa y genera poco a poco exclusión. “En México hay una deserción alta que es mayor cuando se tiene discapacidad”.
