· El sistema sanitario mexicano no pudo entrar a tiempo al mercado. No hay test suficientes, ni manera de probar cuántos mexicanos se han convertido en portadores y, por ende, en fuente de riesgo para el contagio, acusa
· Las consecuencias sanitarias de 17 días de inacción del Presidente López Obrador pueden llevarnos la próxima semana, a ver un brinco en las estadísticas de personas contagiadas por no habérseles hecho pruebas ni habérseles conminado al resguardo, asevera
· Puede generarse un ambiente que superará la capacidad del sistema de salud mexicano con la crisis que todos podemos imaginar, advierte
· Una sociedad sin conducción ni confianza en sus liderazgos actúa en el desorden y la anarquía, y eso tiene consecuencias políticas serias, alerta
· Desde de febrero -ante las evidencias y sucesos en Europa- el GPPRD alentó para que el gobierno tomara medidas provisorias y no hizo caso, refuta
El Grupo Parlamentario del Partido de la Revolución Democrática (GPPRD) en la Cámara de Diputados, a través de Antonio Ortega Martínez advirtió que la rectificación tardía del Presidente Andrés Manuel López Obrador -a golpe de críticas, reclamos y razonamientos de ciudadanos, instituciones y su propio Gabinete- para que se atienda la convocatoria básica del aislamiento; la prohibición de eventos masivos, y el decreto para dispensar licitaciones a fin de adquirir los insumos sanitarios requeridos para enfrentar la pandemia del Covid-19, implicará graves costos para nuestro país no solo en lo social, sino en lo político y en la seguridad.
“Bienvenida la rectificación –afirmó- pero las consecuencias no se podrán evitar y estamos frente a riesgos económicos, riesgos sanitarios y, desde luego, riesgos políticos porque la población se siente desencantada del gobierno, decepcionada del liderazgo que representa López Obrador, (y) una sociedad sin conducción ni confianza en sus liderazgos y gobiernos actúa en el desorden, en la anarquía y eso tiene consecuencias políticas muy serias. Es importante –enfatizó Ortega- que nos hagamos cargo de las consecuencias de nuestras decisiones y responsabilidades”, subrayó.
“El Presidente, a tropezones, emitió un decreto para que se dispensaran licitaciones, mecanismos de vigilancia para evitar corrupción y garantizar calidad y buenos precios. Las prisas lo han obligado a exceptuar requisitos y, con toda seguridad, se compran riesgos con adquisiciones sin convocatoria, licitaciones sin supervisión ni mecanismos que garanticen que lo que se adquiera (medicinas, equipos y todo lo que se requiere para la contingencia) sea el adecuado y de la calidad requerida. Esto es solo una pequeña muestra de las consecuencias del retraso en la decisión”, citó.
“Estoy seguro que apenas ahora, Hacienda y las demás dependencias empezarán a actuar tras la rectificación -17 días después- del Presidente”, fustigó el también integrante de la Comisión de Presupuesto y secretario en la de Hacienda en San Lázaro.
Indicó que las consecuencias sanitarias de 17 días de inacción del Presidente López Obrador pueden llevarnos a ver la próxima semana, un brinco en las estadísticas de personas contagiadas por no habérseles hecho pruebas ni conminado al resguardo.
“Seguirán en las calles teniendo contacto con ciudadanos, familiares, amigos, compañeros -de trabajo y de viaje en el transporte- que, sin duda, generarán un crecimiento en el pico y un brote de contagiados, de sospechosos que nos acercará a los tiempos de deterioro de España e Italia, alertó.
“Esto -apuntó- causará pánico, miedo y propiciará la aparición de defraudadores, venta de medicamentos inservibles y aparatos no probados. La duda, el miedo y el pánico provocan urgencias y las urgencias prisas que favorecen el fraude; y -en este marco- se puede generar un ambiente que, sin duda, superará la capacidad del sistema de salud mexicano con la crisis que todos nos podemos imaginar”.
“El costo sanitario, económico y político de ese retraso de 17 días, será enorme. Basta dar algunos pequeños datos: Un cubre-boca de tres pliegues costaba hace 17 días, 8 pesos; hace 30 días, dos pesos; hoy (que ya no hay en el mercado), alcanza un precio cercano a los 17 pesos. Los respiradores costaban 55 mil pesos hace 17 días; hace un mes costaban 22 mil; hoy no los encuentra nadie en el mercado; pero el precio mínimo son 200 mil pesos”, exhibió.
Ortega Martínez dejó en claro que desde febrero -ante las evidencias y lo que pasaba en Europa- el PRD alentó al gobierno para que tomara medidas provisorias; sin embargo, Morena y sus aliados bloquearon y se negaron a atender los puntos de acuerdo y los llamados hechos desde el Congreso para que autoridades de Salud y de Hacienda acudieran a explicar las acciones que se estarían planeando sobre esta crisis que se veía venir.
“Sin duda, ahora podemos confirmar que más valía exagerar las medidas, haber hecho los gastos y ahorros suficientes; que lo correcto era habernos preparado con anticipación y, lamentablemente, hoy todos estamos observando las consecuencias, y muchos mexicanos lo están padeciendo”, reiteró
“No sabemos con claridad y precisión sobre el número de contagios, pruebas hechas, mexicanos que irán apareciendo contagiados. Todo esto –concretó- porque el sistema sanitario mexicano no pudo entrar a tiempo al mercado. No hay los test suficientes, ni manera de probar cuántos habitantes son portadores y, por lo tanto, son riesgo de contagio.
“Las consecuencias están ahí, y alguien tiene que hacerse cargo de las malas decisiones”, finalizó.