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Reflexiona Enrique Serna acerca de los retos del cuento en el Siglo XXI

• Destaca que este género literario es una herramienta que ayuda a ejercitar la imaginación de chicos y grandes.
• Afirma que los cuentos, aunque se han vuelto un género minoritario siguen alimentando a otros géneros como el cinematográfico.

Toluca, Estado de México, 27 de septiembre de 2020. El cuento es el género más antiguo de la literatura, junto con la poesía, para satisfacer una de las necesidades más profundas del ser humano, que es la necesidad de evasión, de transportarse a mundos fantásticos, declaró el escritor Enrique Serna en la conferencia “Los retos del cuento en el siglo XXI”, durante la Feria Internacional del Libro del Estado de México, FILEM 2020.
 
“T.S. Eliot decía que el ser humano no puede soportar mucha realidad y me parece que es una de las causas por las cuales hay tantos problemas de drogadicción y alcoholismo, pues desde los albores de la civilización hemos inventado historias que nos hagan escapar del presente, de una realidad que muchas veces puede ser opresiva”, señaló.
 
Serna comentó que el arte de contar cuentos se ha modificado y que resulta complejo que un cuentista contemporáneo escriba como si no hubiera existido Kafka o Chéjov, quienes han marcado un parteaguas en la historia.
 
Afirmó que los cuentos, aunque se han vuelto un género minoritario siguen alimentando a otros géneros como el cinematográfico.
 
En ese sentido, puso como ejemplo de la película “Aladdín”, de Disney, basada en los cuentos “Las mil y una noches”, o “La Cenicienta”, “Hanzel y Gretel” o “Rapunzel”, que son cuentos de los Hermanos Grimm.
 
“No me parece grave que la mayoría de la gente no sepa quiénes son los autores originales de esas historias, el mejor homenaje que se le puede rendir a un autor es que su nombre de olvide porque la obra se volvió muy popular, es a lo que aspiramos la mayoría de los escritores, aunque nuestra firma pase al olvido.
 
“Lo lamentable es que la gente sólo conozca las historias por las versiones cinematográficas y al limitarnos a eso privamos a los niños del trabajo imaginativo que los llevaría a pensar cómo son esos escenarios, los palacios, las princesas, los caballos y todo eso que es un privilegio de cualquier lector.
 
“Ejercer la creatividad para complementar el significado de un texto, y las niñas y niños tiene una enorme facilidad para hacerlo, pero al dar el material “empaquetado” la imaginación ya no se esfuerza por crear los mundos y eso empobrecedor y es una desgracia que deberíamos lamentar”, expresó.
 
Por otra parte, mencionó que los principales enemigos del cuento en el mundo actual son: la mercadotecnia del espectáculo y la mercadotecnia editorial, que van de la mano, al predecir con la mayor exactitud los gustos del público para poder ofrecer lo mismo una y otra vez. Las personas eligen algo porque eso se les enseñó y eso ha pasado con el cuento.
 
“El cuento es género que ya muchas editoriales no quieren publicar, aunque hay cuentistas jóvenes, les resulta difícil encontrar editores, porque las editoriales dicen que no se vende, basados en los reportes de venta anuales.
 
“Es indudable que se lee menos cuento que novela, la mercadotecnia está generando un círculo vicioso, hay una actividad pasiva sobre todo en las novelas comerciales y bestseller, en los cuentos el lector tiene que cambiar las coordenadas, meterse en un personaje nuevo, en qué lugar vive y las circunstancias, y esto provoca que un cuento de 150 cuartillas resulte más pesado que una novela de 500, tenemos esa paradoja y el cuento es víctima de un prejuicio en contra del arte de la condensación del significado en la literatura”, apuntó.
 
El escritor mexicano dijo que en la actualidad hay cuentistas con gran cantidad de lectores como Alice Munro, el brasileño Rubén Fonseca o Hakuri Murakami, cuyas cualidades permiten mantener contacto con el lector común y que es una tarea cultural de primer orden que ese puente no se rompa, para evitar que el cuento acabe siendo una especie protegida.
 
“Podemos revertir los efectos a través de la publicación de cuentos en las revistas que deberíamos conservar en todo el mundo, incluso en revistas no literarias; hay que librar una batalla en la escuela, una batalla que forma parte de cómo despertar el gusto en la lectura y los adolescentes, por desgracia los niños cuyos padres no leen, se encuentran en una grave desventaja en comparación a los que leen yo me hice lector por mi madre que era una lectora omnívora”.
 
Finalmente, tras recorrer la literatura en su vida, culminó con el hecho de que “el cuento es el género más difícil de la narrativa, porque el reto de contar una historia con el mínimo de palabras es siempre un desafío importante para cualquiera”.