
Ciudad de México, junio de 2025 – En el mundo del running, mejorar el rendimiento es una búsqueda constante. Nuevos tenis, ropa especializada, entrenamientos de intervalos… pero hay un factor que suele pasarse por alto y que puede marcar una gran diferencia: la forma en que respiras.
Una respiración eficiente no solo te ayuda a mantener el ritmo, sino que también optimiza el consumo de oxígeno, incrementa la resistencia y reduce la fatiga muscular. En otras palabras, respirar bien puede traducirse en mejores tiempos y una recuperación más rápida.
Durante la carrera, tu cuerpo exige más oxígeno. Si no respiras de manera adecuada, el rendimiento se ve afectado: aparece el agotamiento, la sensación de falta de aire y la dificultad para sostener el paso. En cambio, una respiración consciente y controlada mejora la oxigenación, aporta energía y favorece el desempeño muscular.
Una forma sencilla de comenzar a entrenar tu respiración es con esta técnica enfocada en el uso de la nariz, que te permitirá correr con mayor eficiencia:
- Inhala por la nariz de forma constante, llevando el aire hasta el diafragma.
- Exhala de manera lenta y controlada, procurando que dure aproximadamente el doble que la inhalación, eliminando la mayor cantidad posible de dióxido de carbono.
Este ejercicio favorece una mejor absorción de oxígeno y, con la práctica, puede transformar tu experiencia al correr: más estabilidad, más energía y mejor control del ritmo.
Un detalle muchas veces ignorado es el estado de las vías respiratorias. Si están secas o congestionadas, el paso del aire se dificulta, reduciendo la oxigenación y aumentando la fatiga y como consecuencia provocando un bajo rendimiento.
Por eso, mantener una buena humedad nasal es clave, sobre todo en climas secos o ambientes contaminados. Stérimar, solución isotónica de agua de mar 100% natural, puede ayudarte a mantener las fosas nasales limpias y humectadas antes, durante y después del ejercicio.
Este Día Mundial del Corredor, que se celebra el primer miércoles de junio, recordamos que el verdadero impulso no viene solo de las piernas. Viene de una respiración bien entrenada.
