Finalmente, a la vista de los datos epidemiológicos y las previsiones de los especialistas sanitarios, los partidos políticos han acordado retrasar las elecciones del 14 de febrero al 30 de mayo, con la confianza de que en ese momento el covid esté en horas bajas, por las medidas adoptadas y por la vacunación.
Obviamente, la decisión no fue fácil, ya que cada partido únicamente miraba por sus propios intereses, mirando los sondeos, especialmente el PSOE-PSC, que no quería que se diluyera el boom mediático de su candidato Salvador Illa.
Dado que estas elecciones vienen decididas por la inhabilitación del president de la Generalitat, Quim Torra, efectivamente, la fecha del 14 de febrero fue marcada por los requisitos de la Loreg (ley orgánica del régimen electoral general), que especifica con todo detalle las características de las votaciones (colegios electorales, urnas fijas, horarios, etc.).
Y ahora resulta que el partido de ultraderecha Vox, que aspira a obtener escaños, por primera vez en el Parlament, puede impugnar el retraso, como puede hacerlo, también, cualquier ciudadano.
Otra discusión ha sido el mantenimiento de las listas electorales previstas (todavía no publicadas, pero conocidas), los tándems electorales, etc., y eso, especialmente lo pide el PSOE-PSC.
Pero, como muy bien explicó el catedrático de derecho penal, Joan Josep Queralt (RAC1), deberá actualizarse el censo, pues, en esos tres meses y medio, habrá jóvenes que cumplirán los 18 años, y tendrán derecho a votar, pero, no sólo deben preservarse sus derechos pasivos, sino también los activos, pues podrían presentarse en alguna lista electoral, o, teóricamente, crear un nuevo partido.
Obviamente, la recogida de firmas para los candidatos de formaciones de nueva participación, las peticiones de los votos por correo postal, todo, deberá renovarse. Y esto comporta una cierta complejidad burocrática.
Por todo esto, me parece ilustrativo, abusando un poco de la paciencia de los lectores, reproducir varias fábulas, que tienen que ver con el galimatías que tenemos planteado.
Casualmente, el próximo 24 de febrero, estaban previstas las elecciones para la presidencia del F. C. Barcelona, que se demorarán al mes de marzo, en principio. Pero estas elecciones, por muy necesarias que sean para el club, no deja de ser un tema menor, comparado con las elecciones al Parlament, aunque, como hemos visto, se reproducen los mismos fenómenos, pues el candidato que se ve ganador, como Jan Laporta, no quería retrasarlas, o hacerlo unas pocas semanas, mientras que los otros dos candidatos, preferían demorarlas más tiempo.
En una primera instancia, me parece preciso que los diferentes partidos que se presenten ya sean unionistas o independentistas, deberían ser capaces de mostrar unos programas claros, en positivo, constructivo, no en plan negativo, destructivo.
Pero los independentistas, sabemos que no podremos votar lo que queremos, la independencia, ya que:
Fábula de Eduardo Hughes Galeano (1940-2015):
‘Sobre la democracia
Cuenta Eduardo que fue a un restaurante, se sentó, y escuchó hablar al cocinero. Y el cocinero había hecho una asamblea, donde estaban presentes las gallinas, los patos, los cerdos, los conejos y los faisanes.
Y entonces, el cocinero les preguntó: ¿con qué salsa quieren ser cocinados? Todos quedaron asustadísimos, hasta que se escuchó a una humilde gallina decir: yo no quiero ser cocinada.
Entonces el cocinero dijo: ¡un momento! Está eso fuera de toda discusión. Ustedes lo único que pueden elegir es la salsa con que quieren ser cocinados’.
Es decir, deberemos votar la salsa en la que queremos ser cocinados, y nada más.
Así que las diferencias entre los partidos independentistas parecen ridículas, si realmente quieren la independencia en el menor plazo posible.
Los independentistas tenemos claro que la libertad es la vía, como refleja la siguiente fábula:
Fábula de Jean de La Fontaine (1621-1695)
‘Lobo emprendedor o perro empleado
Un lobo flaco y hambriento se cruza por el bosque con un mastín bien alimentado.
Como no está en condiciones de luchar, entabla la conversación, y el perro le invita a dejar la vida salvaje para poder disfrutar de la comodidad del servicio a los humanos.
Le promete que, como él, tendrá mucha comida y hasta algo de cariño, tan solo a cambio de proteger a los amos de los ladrones y siempre complacerles.
El lobo está muy tentado por la oferta, hasta que se da cuenta de que el mastín lleva el cuello un poco pelado. Le pregunta por el motivo. La respuesta del perro es por el collar. Normalmente está atado y no siempre puede correr adonde le da la gana.
La reacción del lobo es inmediata, afirma que no abandonaría su libertad ni por el mayor tesoro del mundo, y echa a correr.
Cuenta la fábula que sigue corriendo’.
Y nosotros, los independentistas no podemos ni correr, ya que estamos donde queremos estar.
Los partidos catalanes unionistas, aplican una estrategia que se merecería la pancarta que una mujer llevaba en una manifestación en Brasil tras la victoria de Jair Bolsonaro, en la primera vuelta de las elecciones presidenciales; pancarta que se divulgó en las redes sociales, haciéndose muy famosa:
‘Fábula de la cigarra que vota al insecticida:
La hormiga, por odio a la cucaracha, votó al insecticida. Murieron todos, hasta el grillo que se abstuvo’.
(El País, 25/2/2019)
Modificación fábula clásica ‘la cigarra y la hormiga’, de Esopo (siglo VII a. C.)
Los independentistas vemos que los unionistas prefieren perder todos nuestros derechos, y quieren eliminarnos como a las cucarachas, sin ver que todo ello les perjudicaría también a ellos.
Y respecto a Vox, el partido de ultraderecha, sabemos que, si finalmente se cumplen sus expectativas, y entran al Parlament como diputados, veremos que se cumple lo que explica la siguiente fábula.
Fabula del citado Esopo:
‘La perra y sus cachorros
Una perra a punto de tener su cría seriamente pidió a un pastor un lugar donde posarse para dar a luz a sus cachorros. Cuando su petición fue concedida, de nuevo suplicó permiso para alimentar y criar a sus hijos en el mismo sitio. El pastor otra vez aceptó.
Pero al cabo de algún tiempo, la perra, rodeada de sus cachorros ya crecidos, y capaces de defenderse y atacar, afirmó la toma del lugar para su derecho exclusivo, no permitiendo al pastor acercarse’
A pesar de toda esta complejidad, todos sabemos que deberemos participar, deberemos votar, ya que, en caso contrario, se cumpliría la siguiente fábula.
Fábula de Anthony de Mello (1931-1987)
‘La pelea del cuerpo
En cierta ocasión, los diversos miembros y órganos del cuerpo estaban muy enfadados con el estómago. Se quejaban de que ellos tenían que buscar el alimento y dárselo al estómago, mientras que éste no hacía más que devorar el fruto del trabajo de todos ellos.
De modo que decidieron no darle más alimento al estómago. Las manos dejaron de llevarlo a la boca, los dientes dejaron de masticar y la garganta dejó de tragar. Pensaban que con ello obligarían al estómago a despabilar.
Pero lo único que consiguieron fue debilitar el cuerpo, hasta el punto de que todos ellos se vieron en auténtico peligro de muerte. De este modo fueron ellos, en definitiva, los que aprendieron la lección de que, al ayudarse unos a otros, en realidad trabajaban para su propio bienestar’.
Todos sabemos que, si no votamos, ganarán los unionistas, así que deberemos participar, olvidando las prohibiciones que se expresan en la siguiente canción:
Joan Manuel Serrat:
‘Esos locos bajitos (álbum ‘En tránsito’, 1981)
A menudo los hijos se nos parecen
y así nos dan la primera satisfacción
esos que se menean con nuestros gestos
echando mano a cuanto hay a su alrededor
esos locos bajitos que se incorporan
con los ojos abiertos de par en par
sin respeto al horario ni a las costumbres y a los que,
por su bien (dicen) que hay que domesticar.
Niño, deja ya de joder con la pelota, niño
que eso no se dice, que eso no se hace
que eso no se toca, cargan con nuestros dioses
y nuestro idioma, con nuestros rencores
y nuestro porvenir, por eso nos parece que son de goma
y que les bastan nuestros cuentos para dormir.
Nos empeñamos en dirigir sus vidas
sin saber el oficio y sin vocación
les vamos transmitiendo nuestras frustraciones
con la leche templada y en cada canción,
niño deja ya de joder con la pelota,
niño, que eso no se dice,
que eso no se hace,
que eso no se toca.
Nada ni nadie puede impedir que sufran
que las agujas avancen en el reloj
que decidan por ellos, que se equivoquen
que crezcan y que un día nos digan adiós.
En definitiva, NO debemos dejar de joder, con el voto, gritando lo que nos plazca, haciendo las manifestaciones que queramos, tocando y rompiendo los esquemas que nos atan.
En caso contrario, nos pasaría como al loco del siguiente cuento de Joost Scharrenberg, basado en una fuente sufí:
‘Prisionero:
A través de una ventana con rejas que había en su celda, un preso gustaba de mirar al exterior. Todos los días se asomaba y, cada vez que veía pasar a alguien al otro lado de las rejas, estallaba en sonoras e irrefrenables carcajadas.
El guardián estaba realmente sorprendido. Y un día le preguntó: Oye, hombre, ¿a qué vienen todas esas risotadas día tras día?
El preso contestó: ¿De qué me río? ¡Pero estás ciego! Me río de todos esos que hay ahí. ¿No ves que están presos detrás de estas rejas?’
Perdón por haberme excedido con el uso y abuso de las fábulas, pero me parece que todas ellas son didácticas, y también, en la situación en la que estamos en Catalunya.
Amadeo Palliser Cifuentes