Los rusos votaron hoy en unas elecciones regionales cruciales para el partido del Kremlin, Rusia Unida, vapuleado en las encuestas, y que quedaron empañadas por la ausencia del líder opositor, Alexéi Navalni, envenenado cuando hacía campaña en Siberia.
«Si Rusia Unida pierde la mayoría (en los parlamentos regionales), el poder de esos criminales se evaporará inmediatamente. Tenemos un plan para derrotarlos», aseguraba Navalni en un vídeo grabado en Novosibirsk, la capital siberiana, días antes de entrar en coma.