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Salud mental y nutrición para reducir el estrés laboral

Por Marien Garza, Miembro del Consejo Consultor de Nutriólogos de Herbalife

¿Quién no ha sentido la presión del día a día? Entre el trabajo, la familia y las responsabilidades del hogar, el estrés se ha convertido en una constante en nuestras vidas. Si bien, es algo con lo que todos lidiamos de vez en cuando, el estrés puede tener un impacto negativo en nuestra calidad de vida y salud. La Real Academia Española define al estrés como: tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves. Está definición incluye el agobio o la angustia en todo aspecto, tanto corporal como mental por lo que la salud mental es algo que debemos cuidar de manera interna y externa. 

La preocupación y el exceso de trabajo, suele llevarnos a adoptar malos hábitos en todos los aspectos. La buena alimentación es algo que podemos descuidar cuando aparece el estrés laboral.

Al estar bajo presión, tendemos a optar por alimentos rápidos y poco nutritivos, ricos en azúcares y grasas saturadas, lo que a su vez, puede aumentar los niveles de estrés y afectar nuestra salud a largo plazo.

Desafortunadamente, estas opciones no saludables, normalmente crean más estrés a largo plazo, creando un círculo vicioso muy negativo.

A continuación presento las conductas en el trabajo a las que debemos poner atención que obstaculizan una alimentación adecuada y fomentan estrés. 

Saltarse comidas o ayunar

Comer no está en la lista de actividades cuando se hacen muchas cosas a la vez o se tienen muchos pendientes laborales. Se debe cuidar que esto no suceda. Dar tiempo a cada alimento es fundamental para tener energía y mejorar la productividad.

Comer sin poner atención

El estrés también nos hace propensos a comer emocionalmente, es decir, comemos a pesar de no tener hambre y porque se siente reconfortante. Golosinas, galletas y papas fritas, suelen ser los productos no saludables que se consumen durante las jornadas de trabajo y generan más estrés.

Olvidar el agua

¡Cuidado! Muchos oficinistas no beben agua y solo la obtienen de refrescos o café.

Para contrarrestar estos hábitos que crean mayor inestabilidad debemos optar por opciones sencillas para tener una vida más tranquila:

  • Desayunar todos los días antes de empezar la jornada laboral.
  • Beber agua, té o infusiones que reduzcan el exceso de café, además de hidratarnos.
  • Tener a la mano bocadillos saludables como una barra de proteína o un batido. Éstas son opciones prácticas para hacer más sencilla la preparación de alimentos y con ello reducir el estrés.

No es necesario ser perfecto todo el tiempo. Evitemos los auto-juicios de valor negativos al ser críticos con nuestro propio trabajo más de lo necesario. Trabajemos dentro de nuestras limitaciones y busquemos ser amables con uno mismo y con los demás.

Por último, recuerda que el ejercicio constante, el buen descanso y una vida social bien llevada, también deben formar parte del equilibrio de todo ser humano productivo.