- l bebé llegó al servicio de Urgencias con vómito persistente y sin poder alimentarse.
- Un equipo de especialistas, bajo la dirección del cirujano pediatra Jorge Vidal Medina, realizó el procedimiento.
- La madre y el padre de familia agradecieron el buen trato que les brindó el hospital; además, reconocieron la experiencia y destreza del cuerpo médico.
Un bebé de apenas dos semanas de nacido, que presentaba vómitos intensos, incapacidad para retener alimento y riesgo inminente de fallecer, fue intervenido quirúrgicamente con éxito por una atrofia del píloro (válvula que regula el paso del alimento del estómago al intestino delgado) en el Hospital General Regional (HGR) No. 196 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) Estado de México Oriente.
El cirujano pediatra Jorge Vidal Medina, encargado del procedimiento, explicó que el pequeño llegó al servicio de Urgencias con un cuadro severo de vómito y sin haber ingerido alimento, situación que alarmó a sus padres. Ante el empeoramiento del estado de salud de su hijo, decidieron acudir al HGR No. 196, ubicado en Ecatepec, donde un equipo de especialistas logró salvarle la vida.
Indicó que el diagnóstico fue estenosis pilórica, una afección común en lactantes, caracterizada por el estrechamiento o engrosamiento del píloro, impidiendo el paso normal del alimento hacia el intestino. Esto ocasiona vómitos, pérdida de peso y deshidratación. Mediante una intervención quirúrgica, de apenas 30 minutos, el bebé logró una recuperación satisfactoria, pudiendo alimentarse con normalidad a los dos días de la operación.
“El paciente llevaba dos semanas vomitando, y a las 48 horas de haber sido intervenido, ya se encontraba en su domicilio”, señaló el cirujano pediatra. Por su parte, la madre y el padre expresaron su alegría y agradecimiento por el éxito de la cirugía y el trato que se les otorgó en el hospital.
El especialista subrayó que este problema suele desarrollarse entre la tercera y cuarta semana de vida, iniciando con vómitos intermitentes que se vuelven más frecuentes e intensos. El píloro, detalló, es una válvula situada entre el estómago y el intestino delgado que regula el paso del alimento. Cuando este músculo se atrofia, se engrosa hacia el centro, impidiendo completamente el paso del alimento.
“La intervención consiste en realizar una pequeña incisión en la parte externa del píloro, lo que permite que el músculo se relaje y se abra, restableciendo el paso del alimento. Es una patología que, una vez tratada correctamente, no vuelve a presentar complicaciones”, explicó.
El cirujano pediatra concluyó que, con un diagnóstico preciso y la experiencia clínica adecuada, esta condición puede resolverse de forma rápida, efectiva y sin riesgos.